15 de febrero de 1978:
Querida Rachelle:
Ahora te mire en el parque.
Con tus lentes y tu típico piercing en la nariz.
Aunque crean que te ves como fenómeno, yo no lo creo.
No me vistes.
Y era el único ahí.
De repente empezaste a llorar.
Y yo lloré contigo.