Una brisa abrazadora hizo que los cabellos de ella se movieran muy suave y ritmicamente.
Se sentó a la orilla de el río.
Y poso sus pies en la fría agua.
Miro arriba y lo vio.
Se sentó a su lado.
Él abrazo su cintura y la beso.
Era el tipo de beso inolvidable.
Único.
Especial.
El primero de todos.
El le susurro: «Mi Querida Rachelle»
Y ella le contesto: «Mi Querido Anónimo»
Ahora estarían unidos por la eternidad.
Nada los separaría.
Tendrían un final feliz de en sueño.
Y vivirían felices para SIEMPRE.
Fin.