Cap. 2 Pesadilla

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Narra Emilio.

Por alguna razón estaba corriendo, sentía mis piernas cansadas y temblando pero no paraba, algo me decía que no parara.

Llegué a una casa, sin siquiera tocar entre y corrí dentro de esta. No entendía que pasaba, por alguna razón quería entrar a una habitación pero cada vez estaba más lejos.

–¡Joaquín!– grite y al fin veía la puerta de la habitación frente a mí.

Entre y Joaquín estaba tirado sobre un charco de sangre, corrí y lo tome en mis brazos me sentí desesperado.

–¡Sal de aquí!– esa voz ronca y profunda fue lo último que escuche antes de despertar.

Estaba muy agitado y sudado, busque a Joaquín y con la mirada y aún seguía dormido a un lado mío, debo admitir que verlo aquí me calmo un poco.

Me recosté para estar frente a frente de él, sus pestañas largas, sus labios entre abiertos, todo el con su sola presencia cambiaba algo en mí, y al parecer esa sensación de perderme cuando lo miraba no terminaba a pesar del paso del tiempo.

Me aproveche de que estaba dormido y di un pequeño beso en su mejilla.

Jamás imagine cuanto necesitaba ese beso hasta este momento. Quería más, necesitaba más. Lo abrace sintiendo como su olor se impregnaba en mis narices, bese su frente, amaba la tranquilidad que me brindaba.

Por un momento me perdí en sus labios, verlos entre abiertos provocaba que quisiera besarlo y sintiendo su respiración tan cerca no podía aguantarme. Se empezó a mover y lastimosamente tuve que detenerme, cerré los ojos y me hice el dormido.

Estaba todo en silencio, quería abrir los ojos pero su respiración ya no estaba tranquila era claro que ya se había despertado.

No mames lo estoy abrazando, obviamente iba a estar agitado al despertar, seguro lo estoy incomodando. Sin abrir mis ojos sentí como pasaba una de sus manos por mi rostro y después se volvió a acomodar estando más cerca de mí. Pasos sus brazos por encima de los míos y me abrazo también.

Seguía sin abrir mis ojos, quería ver que hacia conmigo al verme tan sumiso. Sentía su mirada sobre mí, ya estaba dudando sobre despertar o no.

–Quisiera despertar así, contigo... toda mi vida– recostó su cabeza en mi pecho y empezó a hablar –Pero no quiero hacerte daño– esto lo dijo con la voz más baja, como si le doliera lo que decía.

Me confundí un poco, como podría lastimarme el, es perfecto. Estoy seguro de que si una mosca pasa por un lado de él le da las gracias.

Sentí como se movía y lo abrace más fuerte, claro que para que pensara que seguía dormido, nada más. Escuche una pequeña risa y se acomodó aun abrazándome.

Paso sus manos por mi rostro, primero por mis cejas contorneando cada una de ellas, por mis mejillas presionando un poco, lo que hizo que inconscientemente sonriera, y se detuvo ahí, por un momento pensé que me había descubierto pero al sentir sus manos pasar por mis labios supe que me había equivocado.

Perfilo con sus pequeños dedos mis labios, uno a uno provocando que mis ganas de besarlo solo crecieran más y más, mis labios pedían, añoraban un beso de él.

Abandono mis labios poniendo cada una de sus manos en mis hombros, sentía su abandono quería que volviera al menos a tocar mis labios. Estaba por abrir mis ojos cuando dio un beso en mi mejilla.

Ya no podía seguir con esto, empecé a moverme fingiendo que estaba por despertar y al abrir mis ojos estaba mirándome con una sonrisa en su rostro.

Pesadillas reales - EmiliacoWhere stories live. Discover now