Yo No Soy Para Ti (adaptacion - Gip) Terminada..

Capítulo 40: "La verdadera razón"

- ¡DANIELA! ¡POCHE! ¡ALGUIEN VINO A VISITARLAS! – castaña y morena giraron al llamado de la voz de Mafe.

- ¿Qui... - no terminó de preguntar cuando vio quien estaba parada al principio del jardín mirando la escena

- ¡Juana! – Poche estaba contenta

- Maldición – Daniela no estaba para nada contenta

- Uuu... uuu...

Mientras Molly le seguía demostrando su más reciente aprendizaje a cada persona que se le cruzaba, incluida las bailarinas que esperaban por el diseño de Poche, un monstruo verde se despertaba de a poco en el interior de Daniela.

- Pensé que iba a ser divertido verle la cara a mi hija – Mafe le comentó tanto a Martha como a Paula que estaban a su lado en la puerta de casa - Pero ahora que lo pienso mejor, no me parece tan divertido – sacó mejores conclusiones luego de percibir la rabia que salía de los poros de su hija – Esa mujer no me cae para nada bien – agregó de mala manera.

- Había olvidado cuanto detesto a la perra esa – comentó Laura señalando a la recién llegada – Algo se trae entre manos – dijo - ¡Laura! – No hizo falta que Paula le dijera, la perceptiva bailarina ya estaba sacando a las tres pequeñas del jardín con ayuda de la hermana Ana y Janeth.

- Y por la cara de Daniela, ella la detesta mucho más que ustedes y yo juntas – esta vez fue Martha la que señaló lo obvio - ¿Cree que ya sabía que eramos los padres de Poche? – Paula y Mafe la miraron, estaban tan ocupadas queriendo molestar a Daniela, que no se habían dado cuenta de ese detalle. Juana acababa de descubrir que los señores Guzmán tenían relación con las inversiones GalindoCalle.

- Por la cara de tu marido, él debe estar pensado lo mismo – Opinó Mafe. Tanto Juan Carlos como Germán habían dejado de acosar a las bailarinas para acercarse a Daniela como soporte de la rubia.

- ¡Dios! Se van a sacar chispas – Mafe señaló a Juana Martínez y después a su hija – Parece que estuviéramos viviendo un duelo de miradas mortales – apuntó mirando como una ya erguida Daniela enfrentaba desde la distancia a la dueña de la joyería que no se quedaba atrás con su postura desafiante.

- Bueno si la muy idiota se atrevió a venir hasta la casa de sus enemigos va a tener que soportar mucho más que un par de miradas – Paula estaba que hervía y caminó con fuerza para juntarse con los dos hombres detrás de Daniela. Martha y Mafe se miraron y después de varios segundos siguieron a la latina.

- ¡Juana! – Poche se acercó a la elegante mujer con entusiasmo y hacía que el monstruo verde estirara sus brazos recién levantado y listo para iniciar batalla. Daniela respiraba profundo y contaba hasta diez una y otra vez, su mirada nunca dejó a la mujer más grande.

– Tranquila Daniela– sintió que el padre de su novia le murmuraba.

La castaña volvió a respirar hondo y se concentró en el dolor que aun emanaba su cuerpo por las cosas que su morena había hecho con ella. Poche le había demostrado con cada embestida, con cada segundo que pasó besando su piel y con cada letras que formaba hermosas palabras que la amaba como a nadie y Daniela no podía dejarse llevar por la simple presencia de esa idiota que para la castaña no era más que una vil estrategia en contra de sus inversiones. Pero para nada ayudaba a calmar los celos de la empresaria que la joyera luciera espléndidamente bien en un vestido blanco de tela ligera que destacaba las largas piernas. Mucho menos hizo para calmar al monstruo el hecho de que la sonrisa de Juana se extendiera apenas vio a Poche llegar a abrazarla - ¿Qué haces... qué haces aquí? – preguntó Poche aun entusiasmada. El tono jovial de su novia hizo que el monstruo sacara sus uñas una por una.