Yo No Soy Para Ti (adaptacion - Gip) Terminada..

Capítulo 46: "La última caricia"

Paula miró fijamente la cara de Daniela y tuvo miedo. Su amiga miraba para todos lados confundida, la latina sabía que el estúpido de Patiño no le había dicho nada de eso y que lo había preparado todo para agarrarla por sorpresa – Di que no Dani por favor, di que no – Paula pudo leer todo el lenguaje corporal de Dani y cerró los ojos. Sabía que no iban a poder frenarla después de las dos palabras de Daniela – Dios por favor no permites que le pase nada – rezó justo a tiempo

- SI ACEPTO – la voz de Daniela se sintió al mismo tiempo que María José se soltó de ellas.

Paula cerró los ojos mientras sentía como su socia aceptaba la oferta de Patiño y al mismo tiempo el brazo de Poche se resbalaba de su agarre. Después de contar seis segundos en su mente la latina pensó que iba a escuchar gritos, pedidos de seguridad y hasta se estaba preparando para saltar a defender a su rarita de cualquier injusta acusación, pero en lugar de eso una mano cálida en su espalda la hizo reaccionar.

- Pau... - con su vista Laura le señalaba hacia su frente. Poche no había avanzado más de diez pasos lejos de ellas tres. La morena se había quedado con la cabeza agachada, con sus brazos tensos al costado del cuerpo y por lo blanco de sus nudillos se podía adivinar que no estaba para nada calma.

Paula miró hacia su derecha y se encontró con que Juana miraba a la morena con preocupación. La joyera no parecía enfadada, sino más bien cautivada por toda la situación. Si otro hubiese sido el contexto, la latina podría haber visto una debilidad en la mujer y aprovecharla para atacar. Pero este no era el caso. La debilidad de Juana se traducía en cariño por Poche y cualquier persona que comparta el mismo cariño por la rari que ella merece sus respetos. En su otro costado estaba Laura, su novia. La bailarina estaba aferrada a ella como si Paula tuviera todas las soluciones, como si Paula tuviera el hechizo para hacer que la tatuadora dejara de sufrir.

- ¿Señorita se encuentra bien? – la voz de un mozo que pasaba por allí cerca, hizo que tanto Juana como Laura y Paula se enfocaran en la morena. La imagen fue de lo más devastador. Poche ya no estaba parada firmemente, al contrario, la morena se había encuclillado sobre sus pies y usaba sus dos codos apoyados en sus rodillas para darle fuerza a sus manos y que sirvieran para esconder su cabeza.

- Pau... - Laura no tuvo que ni decirlo. Paula no tardó en arrodillarse junto a Rachel

- Rari... Poch... - No sabía que forma de llamarla la iba a hacer reaccionar – Rari por favor, me estás preocupando... - la latina trataba de sacar la cabeza de Poche de la cueva que ella misma se había creado entre sus brazos pero la morena no cedía, su respiración era dificultosa y Paula podía escuchar murmullos y sentir pequeños pero fuertes tiritones.

- No se qué hacer – les dijo de forma frustrada Paula a las otras dos que ya estaban a su lado.

- Poche, querida... – Juana intentó sobarle la espalda mientras Laura solo estaba tiesa a su lado y lloraba sin parar. Al menos la bailarina se ocupaba que los ojos de cualquier curioso fueran hacia otra parte.

- Rari... - la voz de Poche la interrumpió

- Ayúdenme – el pedido fue seco y muy silencioso, tanto que Paula no creyó lo que escuchó hasta que levantó su cabeza para encontrarse con unas sorprendidas Laura y Juana.

Paula se movió con velocidad hasta que, sin importarle su elegante vestimenta, quedó sentada enfrente de Poche – Rari... - agarró las manos que cubrían la cara de la morena – Quiero que me mires rari ¿de acuerdo? – Sabia que si Poche no aflojaba sus brazos no iba a lograr verla – Yo te voy a ayudar, te vamos a ayudar ¿cierto? – las afirmaciones de las otras dos se escucharon rápidamente - pero necesito que me mires por favor – pocas veces como esa noche se había escuchado a Paula Galindo decir tantas veces esas dos palabras – Rari... por favor...