- ¿Martha? – la morena no había cambiado su cara de confundida desde que Juana entró a su departamento. No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Daniela estuviera a su lado.
- Hola hij... hola Poche – saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía en frente
Poche se alejó varios pasos y Martha sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La morena mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las mellizas, los señores Calle y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Poche, Martha había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con sumo cuidado.
- ¿Qué... qué... que haces aquí? – Poche aun no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Juana con la presencia de su madre aquí - ¿por qué la trajiste? ¿Por qué... - No podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga
Juana y Martha se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra – Tu madre... - la morena apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse - Martha estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas – resumió los hechos ocurridos en JMartinez & Co.
Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Martha decidió hablar – Se que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mi misma – agregó segura.
Poche agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ellas las iba a cuidar
- Por favor Poche – Juana insistió mostrándole el smoking – Estoy desesperada – la voz le salía como un chillido.
- Daniela... quiero hablar con Daniela... - Poche necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.
Esta vez fue Martha la que agarró su celular e intentó llamar a la empresaria. Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Poche era su nuera – Lo siento – se disculpó cerrando la llamada – No contesta...
- La señorita Galindo tampoco – Juana había intentado por otro lado.
- Entonces es mejor que me qued...
- Poche – dijeron las dos mujeres al mismo tiempo. Juana le hizo un gesto a Martha cediéndole la palabra. – Si no quieres ir con Juana está bien – la madre de la morena no hizo caso al quejido de protesta de la joyera – Pero si ese es el caso, te pido que me dejes quedarme aquí, contigo, hasta que Daniela regrese. Puedo ayudarte a cuidar a mis nietas – no iba a obligar a su hija a ir a una fiesta a la que claramente no quería asistir, pero al menos iba a intentar pasar tiempo con ella. Cualquier minuto que le concediera iba a ser bien recibido.
- Escuchen – Juana volvió a tomar la palabra y logró que la mirada de la morena se concentrara en ella – Martha se que tienes miedo de que Poche se sienta incomoda en este lugar, pero prometo – miró a Poche – Te prometo que no me voy a separar de tu lado y que a penas quieras irte nos iremos – le dijo con total sinceridad – Pero de verdad, de verdad te necesito a mi lado Poche. Necesito que me des la fuerza que solo una amiga puede dar. Eres la única persona que nunca ha esperado nada de mi – la morena iba aflojándose con cada palabra – Por favor Poch... por favor – eran las últimas suplicas que iban a salir de la boca de Juana.
La tatuadora miró a su amiga y después a su madre, luego volvió a su amiga y se enfocó en s u cara de desesperada. Por último volvió la vista a su madre y allí la dejó para pensar por unos momentos. Sin decir nada caminó hasta la mesita donde había una hoja escrita – Dani... Esta es la lista que me dejó Daniela – la morena, desde lejos, estiró su brazo y le dio la lista a la mujer mayor – Están... estos son todos los números importantes y el de... el de Juana lo tienes supongo – Martha agitó su cabeza con una sonrisa. Su hija le estaba dando una oportunidad - Creo que van a dormir toda la noche pero... pero si me necesitas me vas a llamar ¿cierto? – Poche casi nunca miraba a su madre a los ojos pero cuando lo hizo por segundo vio la capa de lágrimas que los cubría. La morena corrió la cara rápidamente.
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Yo No Soy Para Ti (adaptacion - Gip) Terminada..
Fanficuna millonaria inversora llega a ls ciudad de New York acompañada de su socia y mejor amigas con el propositi de arrasar con todo y agregar mas logros y millones a su perfecta y controlada vida, nunca penso que sus prioriades iban a cambiar de forma...