Capítulo 41: "El adiós de la ballena "

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A la mañana siguiente en casa de los Señores Calle

- Mmmmm Poch amor... - Daniela aún no abría sus ojos y aun así, no le era necesario hacerlo para saber que su novia estaba mucho más que entusiasmada esperando a que ella despertara. Algo duro y enrome la apoyaba desde atrás – Mmmm... Poche... cariño... Tienes que tratar de calmarte... – Aunque la castaña tenía que admitir que le gustaba poner a su morena así, aun su cuerpo no se había recuperado del todo de su última sesión con la morena – Poche... amor... Recuerda que Molly está durmiendo con nosotras – Daniela alcanzó a abrir un ojo para ver a una desparramada morenita durmiendo como si fuera la dueña de la cama. Por más que sus ojos volvieron a cerrarse, una sonrisa se dibujó en la castaña al ver a su pequeña con un dedo de su mano en su boca mientras que con la mano libre acogotaba a su maltratado conejo celeste. Daniela respiró hondo en señal de paz, parecía que todo estaba en orden, tal cual le gustaba a ella. Inclusive la enorme erección de Poche en su trasero le parecía normal y hasta decidió sentirla un rato más – Mmm amor, vas a hacer que termine siendo adicta a despertar así – le susurró a la morena – Me voy a terminar acostumbrando y después vas a tener que hacer un esfuerzo para mantenerla así todas las mañanas – Daniela rió de su propio comentario, para Poche eso no era ningún problema, la morena siempre estaba lista, era como un Boy scout "siempre lista"

Daniela escuchó un "plop" y abrió despacio los ojos, Molly había soltado su dedo y eso quería decir que estaba pronta a despertarse, por ende Daniela se tenía que ir preparando mentalmente para comenzar el día. Cerró los ojos para terminar de recargar sus energías, energías que la pequeña morenita y la enorme morena que tenía en este momento, Daniela en su cama se encargaban de gastar. La castaña suspiró y le agradeció a Dios que le hubiera dado una hija como Beth que ayudaba a restablecer su equilibrio A diferencia de Molly, Beth era más inteligente que los niños de su edad, aprendía rápido y no le costaba para nada seguir órdenes. Más bien, Daniela tenía que admitirlo, a la pequeña rubiecita le sentaba tan bien como a ella dar las órdenes. Ordenes que por supuesto a Poche y a Molly les costaba seguir y encima de todo encontraban sumamente divertido desacatarlas para el enojo de las rubias.

Daniela abrío los ojos y miró al conejo celeste que las acompañaba en la cama. El peluche era el ejemplo perfecto para lo que Daniela quería explicar. La noche anterior cuando Juana Martínez había dejado a la pequeña familia en su casa, Beth estaba completamente dormida en su impecable y sin una arruga vestido. A Poche no le costó nada ponerla a dormir en su cama de la habitación que la pequeña compartía con Sophie y con su hermana, para cuando la morena y la castaña terminaron de ponerle el pijama a Beth y de darle el beso de las buenas noches a Beth para poder dedicarse a Molly, se dieron cuenta que la morenita no se había quedado donde Daniela la dejó. No fue hasta que Daniela revisó su celular y encontró un mensaje de su madre diciéndole que fuera urgente para su habitación que se encontró con una entusiasmada y totalmente llena de chocolate Molly, contándole a sus dos abuelos absolutamente todo lo que había hecho en la cena, incluida la parte de la desnudez e incluida la parte en que una vez vestida con otra ropa, la pequeña agarró el postre de Juana que consistía en un exquisito helado de chocolate bañado en licor de avellana y se encargó de no dejar parte de su última prenda de ropa sin manchar. Mafe y Germán se reían a carcajadas cuando la pequeña decía "nuda" "choco" y "Maa", y las risas incrementaron aún más cuando Daniela agarró a la pequeña y se la llevó no sin antes dejar que le tirara un par de besos a sus "nonos". Pero eso no fue todo, cuando Daniela cometió el terrible error de entregarle a Poche a la morena para que fuera dándole un baño mientras ella le buscaba la ropa para dormir, Daniela se encontró con que no solo Molly había huido de su novia como siempre, si no que esta vez no había huido hacia sus brazos, sino más bien, hacía otro brazos. Daniela y Poche encontraron a Molly desnuda y muy acurrucada entre Juan Carlos y Martha contándole exactamente lo mismo que le había contado a sus otros abuelos. Y a pesar de que la empresaria encontró adorable que, al igual que su novia, Molly compartiera el mismo sentido de justicia y lo que le cuenta a unos abuelos, se lo tuviera que contar a los otros, la castaña no demoró en agarrar a la pequeña y llevarla al baño ella misma no sin antes dejar que bajo protesta la pequeña saludara a los señores Guzmán de la misma forma que lo hizo con sus padres. Pero la aventura de Molly tampoco terminaba allí, primero porque era prácticamente imposible sacarla de la bañadera, segundo porque fue imposible hacerla dormir sin antes encontrar a su "pompón" como la niña le decía a su conejo y tercero, porque aun con conejo y todo la pequeña se apareció en la habitación de sus dos madres, con un conejo en una mano y con una ballena inflable en la otra. Ballena que Daniela no sabía cómo miércoles hacía la pequeña para encontrarla y con la cual Daniela tuvo que compartir su noche.

Yo No Soy Para Ti (adaptacion - Gip) Terminada..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora