Cap 10. Un niño, dos niños.

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En viaje a la casa de Samera:

Teníamos todo pronto. Salimos a las cinco y media de la casa de Miguel. Estábamos exhaustos y se notaba en nuestras caras.

-Estoy anciosa por conocerlo.- le dije. Y realmente lo estaba.

En muy poco tiempo me había encariñado con un hombre mucho más grande que yo. Desconocido. Ni siquiera sabía tanto de él, ni de su pasado, ni nada.
Y él también se había entregado a mí a tal punto que me presentaría a su hijo.
Yo no tengo nada que perder en esta relación. Inclusive me ha ido mejor en el proceso de estudo universitario. Tal vez mis problemas me habían bloqueado la mente. O tal vez... Así tan cursi como suena... El amor todo lo puede.

Media hora antes de llegar Miguel detuvo el Gol para hacer una llamada.

-Samara... Si, buen día... Dile a Den que vamos a llegar en media hora, cuarenta minutos máximo. Si. Si. Siiiiiiiiiiii...- esto último lo dijo dándo vueltas los ojos con expresión de fastidio. Colgó y giró su mirada hacia mí.- Vamos a cojer.- dijo sin rodeos.

-No me parece lo indicado...vamos a ver a tu hijo... Estamos en medio de...- me agarró del rostro con ambas manos , comenzó a besarme y yo a tocar su virilidad a través de su pantalón. Estaba extremadamente duro. No lo podìa creer. Este hombre no paraba de exitarse. Era demasiado "macho alfa lomo plateado", diría Jonas...
Me dió vuelta, me dejó en perpendicular a él con las caderas apoyadas en mi cola. Me desvistió y me penetró. De ser un violador no habría manera de escaparse. Tenía demasiada fuerza.
Una vez acabamos nos aseamos y nos apresuramos a nuestro destino.

Llegados allí se podía ver una casa realmente grande con un jardín frontal decorado con una fuente y adornos varios.

-Una gerente de recursos humanos no gana tanto para tener una casa así.- dije riéndo.

Al volteaeme lo ví algo serio.

-Ella no pero su amante si.- diciendo esto se puso el abrigo y los lentes de sol.- Esperame unos segundos beba.

Ví cómo se retiraba a la casa. Tocó timbre y salió un niño con la cabellera tan rubia y prominente como la de su madre. Se dieron un abrazo largo y desesperado. Como si no se hubiesen visto en años. «Papá». Miguel le indicó que subiera al auto. Me señaló y habló con él. Vi cómo se dirigia en mi dirección corriendo con un semblante de alegría que sólo se podía ver en un niño con esa clase de inocencia. Ingresó al auto y se puso el cinturón.

-Hola Erica. Me llamo Dennis.- Dijo haciendo un gesto con la mano para que "chocara los cinco". Respondí ante ese acto.

-Hola Den. ¿Estás listo para pasar un gran día con tu papá?- dije con alegría. Sentía que nos habíamos caído muy bien en la primera impresión.- ¿Qué tienes ahí?.- pregunté señalando su consola portátil.

-Esta me la regaló papá. Mira los juegos que tiene.- mientras Den me hablaba yo miraba de reojo a la ex pareja en la entrada. Parecían tener los cuerpos tensos. Me pareció verla a ella llorar y él abrazarla tratando de tranquilizarla. En un momento vi claramente cómo ella le quizo dar un beso y él correr el rostro. Ambos miraron hacia el auto. Yo volví a dirigir la mirada al niño. Él seguía habando sin darse cuenta de que no le estaba prestando atención.
Vi a Miguel entrar algo agitado y nervioso.

-¿Vamos al parque guerrero?.- dijo mirando por arriba de los lentes.

-¡Sí!- alzó los brazos, se volvió a poner el cinturón. Sacó de su mochila una cobija y auriculardes. Se puso a jugar.

-Estaba interesante la charla.- dije sacándole los lentes.- No le voy a hacer pasar un mal momento a Den. Pero creo que debes de ponerle límites a esa perra.

Luciérnagas // CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora