Cap 12. ¡Carajo!

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Apartamento nuevo, dos semanas después:

No supe mucho de Miguel desde que nos separamos. Se que fui demasiado impusliva. Pero tal vez esto debía de pasar al fin y al cabo. Ahora no podía darme el lujo de tener la familia que él quería. Y menos de seguirle el paso de ese modo. No podía dejar mis logros a un lado así como así.

Hoy iría a la casa de Jonas y Katia a ver a la bebita. Si bien el día del parto estuve con ellos. No los he visto más por estar ocupada entre mudanza, trabajo y universidad. Tal vez ellos podrían decirme algo de Miguel.

Ultimamente me sentía más pesada y cansada de lo normal. Tal vez estaba entrando en una depresión. Eh pasado muchas cosas en muy poco tiempo.

Casa de Jonas y Katia:

Mi hermosa amiga tenía un semblante entre cansado y alegre. Les di un beso a ambas. Estaban hermosas. Jonas parecía más cansado que sus chicas.

Hablamos durante horas. Estaba feliz de verlos así. Los quería mucho a todos. A la beba la llené de regalos. Tenía pelito rizado y la tez como la madre y ojos tan claros como el padre. Iba a ser una persona hermosa.

En un momento de la tarde Jonas se llevo a la beba y nos quedamos sola con Katia.

-¿Sabés algo de Miguel amiga?- pregunté preocupada.

-Si. Pero no creo que te guste.

-¿Qué pasó? ¿Volvió con su ex?- dije. No la había visto en este transcurso de tiempo a Samera. No sabía nada de nadie.

-No. Ella se casó.- dijo. Y recordé que el señor Green también se a ausentado estas dos semanas.- Miguel se fue a Francia.

Sentí cómo se me congeló el corazón en una fracción de segundo.

-¡Q-que bueno! Me alegro por él. De verdad.- traté de no llorar.

Mi amiga ya sabiendo lo que sentía, me abrazó con todas sus fuerzas. Comencé a llorar.

-Tranquila amiga... Se que tú...- se detuvo en decir eso cuando le vomité desprevenidamente en la espalda.

-¿Qué verga?- preguntó Jonas asqueado.

Katia pegó una especie de grito afónico. Ella tenía un solo problema. Era hipocondríaca.

Luego de asearnos, y que Katia se tranquilizara.

Nos sentamos en la mesa del comedor a merendar.

-Yo no estoy con apetito.- dijo corriemdo la taza.- Eri ¿No estarás embarazada?

-¡Jaja! Si, claro. Si nunca me olvidé de tomar ninguna...- en ese momento flashbacks de Miguel y míos haciendo el amor rondaron en mi memoria. Hasta llegar al día en el que salimos con Dennis por primera vez. Aquel domingo me había olvidado de tomarla.

Miré a Katia boca abierta. Ella se golpeó la cara con la mano. En ese momento Jonas, que había ingresado a la sala con un plato de galletas caseras, miraba sin entender nada.

-Pos... ¿Qué pasó? ¿Qué te hizo hacer vomitar? ¿Mi cara mana? Pensé que te habías acostumbrado.- dijo comiendo las galletas como si nunca hubiese tenido que limpiar mi vomito.

-Eri, vamos al baño.- dijo Katia. Me dio un test que tenía guardado en uno de los placares.- Te espero afuera.

Pasaron unos minutos y yo no quería ver el test. Me sentí afligida. Era demasiado esto para mí. Necesitaba de Miguel. Lo quería conmigo en esa situación. Lo tuviese o no.
Jonas entró sin y cerró la puerta, al verme sentada en el retrete quedó desorientado.

Luciérnagas // CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora