Fat // Larry, Lashton, Gosh

II. Nada que perder.

 

❝  No hay nada que perder, cuando nadie sabe tu nombre. No hay nada que ganar, cuando los días no parecen cambiar. ❞

Y Luke fue el último. Entro a la tienda, sonriéndole a Camila y a su abuelo. Él era el dueño del lugar. Se vendían varios discos al día y al menos tres instrumentos a la semana. Era un buen negocio para no ser muy conocido. Los clientes más frecuentes eran bandas primerizas o principiantes en la música. Además, de obviamente, adolecentes que adoran los cd’s. Una hora después de que Luke y Camila estuvieran hablando, entro Calum. Podía decirse que siempre que aparecía, al rubio parecía sorprenderle. Y es que Calum no tenía fachada de ser tan amante de la música como lo era. Parecía un niño de papi deportista, que era todo un estúpido. Aun que eso estaba muy equivocado. Había hablado con el varias veces, conversaciones muy cortas. Casi siempre Luke contestaba con monosílabas y el que hablaba era Calum, como si el chico le hablara a una pared. Pero tampoco parecía importarle eso mucho al morocho. Igualmente, en todas esas conversaciones había logrado sacarle cosas como que escribía canciones y que tenía una banda. Aunque Luke ya sabía sobre la banda. El ya sabía que en esa banda estaban Michael y Ashton.

Calum saludo a Camila y a Luke con una sonrisa, tirando de la manga de Mike. El abuelo de Camila, el Sr. Cabello, se había ido a buscar algunas cosas dejando al rubio a cargo. Michael Clifford admiro el lugar fascinado. Llevaba el pelo negro con unas mechas rojas, combinando con su pantalón negro y su camisa a cuadros negra y roja. A Luke le encantaba lo creativo que era Mike. Pensaba que él nunca podría ser así de interesante y creativo. Mike se quedo admirando la guitarra eléctrica que estaba colgada, con un cartel de “no se vende”. Luke había estado ahorrando para ella. Le faltaba muy poco y ya la había reservado. El amplificador lo tenía comprado desde hace un tiempo.

Calum miraba a su amigo feliz, le gustaba que Michael admirara el lugar con tanta admiración. Hood creía que no había nada mejor que compartir cosas como ese lugar con sus amigos. El chico de pelo de colores volteo a la caja, observando a las personas de atrás de ella y saludando. En la computadora portátil de Camila sonaba el cover de Greyson Chance “paparazzi”. Le gustaba ese cover, le gustaba mucho como quedaba la canción. Mike se quedo mirando a Luke un buen rato, poniéndolo un poco, muuuy, nervioso.

-Te conozco de algún lado, lo sé. – Aseguro el chico. Sus ojos verdes grisáceo pegados a los cohibidos de Luke. – Eres del colegio. – Siguió. Luke se hizo el desentendido, mirando a Mike como si estuviera loco. – Si eres del la Universidad estatal de Manchester. Estas en mi clase de música, la del Sr. Clark. – Luke quiso golpear a Mike, justo en la cara. Pero en vez de eso simplemente asintió, mirando hacia otro lado.

Si alguien se enteraba de eso, además de ellos, Luke seria mas abusado de lo normal. Mark lo tendría más en la mira, de lo normal. Vendría con sus estúpidos amigos a molestarlo y sacar provecho de él.

Calum asintió, dándole la razón a Mike. –Sabía que de algún lado te conocía. – Le sonrió el morocho a él. –No te preocupes, solo nosotros sabemos de este lugar. – Le guiño el ojo. El rubio le regalo una sonrisa tímida.

Ese dia, Mike se llevo dos cd’s de Sleeping With Sirens y uno de All Time Low. Y Calum se llevo uno de Greyson Chance, ya que el cover también pareció gustarle a él. Camila se lo paso escuchando Demi Lovato, luego de algunas canciones al azar.

Y como un día normal, espero hasta las siete de la tarde para irse. Camila trabajaba hasta hora indefinida, su casa era el edificio arriba de la tienda de música. Luke salió. Sus hermanos no salían hasta dentro de unas horas. A él solo le quedaba ir a casa, hacer la tarea, cocinar. El rubio siempre trataba de no dejar que sus primos se agobien con algo. Ellos eran sus hermanos, sus mejores amigos. Se habían vuelto muy unidos desde que ser conocieron y luego aun mas.

Josh aun tenía dos horas más en el café. No era que le molestase trabajar, pero más le gustaba estar con sus primos. Aun que muchas veces no hablaran de mucho, su compañía callaba sus pensamientos. Su voz dentro de su mente, gritándole todo lo malo de él. Era su propia voz. El mismo se repudiaba, hasta el punto de escucharse siempre. Eran como pequeños golpes, todos en el mismo lugar, logrando agravar el daño a medida que se seguían repitiendo. Josh suspiro, mientras caminaba a tomar la orden a Zayn y a JJ.

 Ellos eran clientes frecuentes. Siempre estaban por allí. El no sabía por qué iba si sabía que iban a pedir. A Zayn le encantaba el Café expreso con azúcar y un pedazo de torta. En vez, JJ, pedía un café con leche y un brownie. Los chicos se juntaban allí a hacer tareas o a leer. Se les notaba aplicado.

Josh sonrió hacia ello, sosteniendo su libreta en una mano y sacando la lapicera de su oreja derecha. Zayn sonrió.

-Lo de siempre. – Le guiño un ojo, fingiendo ser alguien importante. JJ rodo los ojos.

Josh no anoto. No había necesidad. Sabía de memoria que debía decirle a Lauren. “Zayn y JJ. Lo de siempre.” Eso. Justamente eso.

“Que inteligente. Mereces un nobel.” El mismo, con sarcasmo, pensó. La mierda de siempre.

-También lo de siempre. –JJ sonrió hacia el rubio/castaño/indefinido, y luego volvió su atención Caterina.

Desde hace tiempo Caterina y JJ tienen un juego de miradas algo raro. Siempre se miran mas nunca se hablan. Es algo totalmente mutuo. Era como un juego. Todos en la cafetería apostaban por quien iba a hablar primero y esperaban a ese momento con ansias. Josh nunca había apostado, pero tenía fe en la linda chica.

N/A: No me odien. Me habia olvidado de avisar que mi computadora no andaba. Lo habia avisado en la novela de Los Hijos De Larry Stylinson. Pero, ahora que puedo, pienso publicar. Besos y no me odien.