➸Aquel Príncipe el cual cuidó por años finalmente se convirtió en un Rey, usando aquella corona de joyas y esa vestimenta elegante, estaba seguro de que no sería un Rey igual a ningún otro, no sólo porque su coronación fue en épocas de guerra, sino...
Finalmente las risas volvían a escucharse en el Reino del Oeste, los habitantes fueron encarcelados antes de la batalla final eran liberados de sus prisiones, el Rey Raptor había muerto por lo que podían ser libres ahora.
Música y danzas eran dedicadas al nuevo Rey de los cuatro Reinos, en forma de agradecimiento y bienvenida; el Rey Trollino tan solo se mantenía sentado en su nuevo trono mientras miraba con neutralidad la festividad.
Sentía su cuerpo más ligero debido a que logró su objetivo, la paz en los cuatro Reinos, no quería despreciar los agradecimientos, pero no se sentía bien celebrando cuando Él estaba muerto.
- Su majestad - la voz de su consejero Real, Timba, le sacó de sus pensamientos, se giró para verle como se inclinaba, haciendo una leve reverencia - Llegaron los guerreros que fueron a investigar el Reino del Este -
- ¿Cómo está? - preguntó sin mucho interés, volviendo su vista a la celebración -
- Destruido, no encontraron sobrevivientes, están muertos todos, incluyendo al Rey Rius - informó con pesar en su mirada, su Rey lucia tan desanimado que incluso creía que su estado de ánimo era contagioso -
Un sonido débil provocado por su boca fue lo único que dio en respuesta, no creyó que hubiera sobrevivientes pero aún así quiso confirmarlo.
- Luego de la celebración, manda a los obreros a reconstruirlo, para las personas que deseen mudarse allí en un futuro - ordenó luego de un rato de pensar en ello -
- Mi Rey, luego de ésto se comenzará la búsqueda de una dama para usted - anunció de pronto llamando la atención del pelinegro, quien alzó una ceja en espera de que continuará hablando - Necesitamos una Reina para asegurarnos de su descendencia... -
- No - se negó rápidamente mientras se levantaba del trono, llamando la atención de algunos habitantes - No quiero -
Timba mordió ligeramente su labio inferior, la mirada azul de su Rey se cristalizó y su fachada neutral cayó, sabía que le dolía pero no tenía otra opción; ha sido un espectador de la relación unida que tenían Mike y Trollino, pero jamás tuvo el valor de separarlos, temía que quedará devastado, justo como está en éste momento.
- Mi Rey, necesitamos de alguien que reine cuando usted fallezca... Debe entenderlo - quiso hacerlo entrar en razón, pero el pelinegro retrocedió más - Ésto iba a suceder estuviera o no estuviera Mike vivo y tú lo sabes -
- Cierra la boca - lo calló con ira y dolor en sus palabras, dejando a todos los presentes sorprendidos por la actitud brusca del Rey -
Trollino sin importarle nada, partió de ahí dando media vuelta, agitando con aquella acción la capa verde que siempre usaba Mike.
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En aquella parte del bosque las aves cantaban alegremente, se podían ver a los animales corriendo y las plantas eran sumamente hermosas; aquella zona estaba tan llena de vida, por esa misma razón el Rey Trollino decidió enterrar al cuerpo de Mike ahí, porque aquel ambiente le encantaba al híbrido.
