Abril

Esos ojitos tuyos

I. La primera vez que me enamoré de unos ojos sin siquiera haberlos visto –aunque si imaginarlos- sucedió un día de aquellos que todo puede pasar, desde la caída de dos atardeceres, una fiesta de disfraces y enamorarte. Ese día, sucedieron las tres cosas y la primera experiencia con la teoría del hielo, sufrí y recorrí tanto para encontrar a alguien como ella que el sol había aparecido dos veces en el mismo día, el disfraz era tremendo en mi persona y ella siempre sacándole ventaja a la luna. Por último, un enamoramiento fugaz, de esos en el que pedo agarras fuerza y la sacas a bailar, sientes su olor que se impregna en tu ropa y después en tu cabeza. Se te atora la sonrisa a milímetros de ti, mejilla a mejilla y un número nuevo en el teléfono. Nunca supe que vendría para mi después de haberla conocido, sus ojitos se me habían clavado en todo el ser y en toda la existencia. Pero –Siempre existe un pero-. Sabía que no íbamos a estar juntos, tendría que aguantar mucho tiempo sin ver sus ojitos de nuevo y por un largo tiempo cada quien se iría a seguir su camino, pero el mismo camino se encarga de juntarnos.

Después tuve que lidiar con un corazón roto.

Esos ojitos tuyos

Me digo a mí mismo

que tus ojitos

miran bonito.

que son el espacio

lleno de estrellas.

Si es verdad lo

que reflejan

quiero saber que

es vivir en esos

planetas.

Quiero adorar

tus pupilas,

y darle besitos

a tus pestañas,

respirarte en

las cejas

y que inventemos

teoremas.

Quiero mirar tus

ojitos para

que te des cuenta

que me empedan

más que el vino tinto.

Si el color

de tus ojitos

me van a quitar

el sueño,

lo admito, quiero

que algún día

me griten

te quiero.

Quiero ver

tus ojitos llenos

de agüita pero

que sean de puras

sonrisas.

Si en esta vida y

en la que sigue

me vas a volver loco

voy a gritarte que

tus ojitos son los

que me miran

bonito.