still with you | en edición

no sé, algo.

He intentando no quedarme en cama y buscar hacer algo, pero la tristeza se adueña de mí y se ríe ante mis intento de alejarla. Las madrugadas se han vuelto eternas y el ver vídeos sobre calma y serenidad no han logrado nada en mí. Digo que estoy bien y trato de arreglar a otras personas pero, ¿y a mí? ¿Cuándo haré algo por mí? Es triste saber que me dejo de lado. Sólo me tengo a mí; este cuerpo que me fue prestado es precioso así tenga miles de defectos. Así esté lleno de estrías, grasa, cicatrices. Todo de mí es hermoso con cada imperfección que le compone. Lo imperfecto te lleva a lo perfecto. Me lo repito y trato de creerlo, la tristeza va cinco pasos atrás ahora y yo voy diez adelante. No la escucho reírse de mí, pero hay días donde su risa es lo único que inunda la habitación. Las estrellas se han vuelto más brillantes, y trato de sonreírles al verle. La luna es más grande, pero no tanto como yo. Respiro hondo mientras me siento en la arena frente a un inmenso mar y pienso cómo éste puede devorarte en segundos, y cómo es que hay miles de criaturas en él sin ser descubiertas aún, tanto como quién soy yo realmente. Suspiro y asiento ante el sol escondiéndose mientras deja un manto rosa en el cielo con algo escrito en él sobre amarse a uno mismo y enfrentar cualquier cosa, y sobre que tengo algo grande que hacer en este mundo, que no me vaya aún. Y me lo creo, y trato de pensar que estaré bien y que así haya millones de razones para querer irme de esta vida, también hay una buena. Y soy yo.

Y es suficiente.

I, xx.