*4 años después*
Era de nuevo el primer día de escuela. Un día que en serio me desesperaba y me gustaba por igual. Generalmente, debido a mis altas notas, y mi comportamiento destacable, me pedían que fuera quién guiara a los chicos de nuevo ingreso, tanto de mi curso, como de grados menores. Era mi último año, y me graduaría. Me esforcé mucho siempre, y este año no sería la excepción, debía sacar buenas notas, las necesitaba, pues debía ganarme una beca.
Mi padre había insistido mucho en pagarme la escuela, pero yo me resignaba a aceptar ese dinero. Hasta que me vi en la necesidad de sí aceptar, tanto vivir bajo su techo, como el que me pagara la colegiatura.
Estaba al frente de mi casillero, tenía Química a primera hora del día. Odiaba esa asignatura, en especial por el maestro que la dictaba, sencillamente los átomos y todas esas idioteces, y yo, no combinábamos. Saqué el cuaderno y el libro de trabajo del locker, y me dirigí al Laboratorio.
Nos habían hecho ir a la escuela hace una semana para recoger los libros, que nos asignaran los horarios y todos los proyectos a realizar. Así es, ya todo estaba planeado, la rutina ya estaba establecida, y eso me aburría.
Entré al aula, y la clase empezó normal, solo por un pequeño detalle: no había ningún estudiante nuevo en el aula. Solo caras conocidas, así que me sentí aliviada.
La clase tuvo su curso normal, tranquilo y aburrido, entonces, el parlante de anuncios sonó:
- Señorita Flame, diríjase inmediatamente a la oficina del director - anunció la dulce voz de la secretaria del director.
Miré al maestro, y me indicó que fuera, señalando la puerta con la cabeza. Salí de ahí y me dirigí a la oficina del director. Una sala bastante grande, quizás de la mitad de un salón de clase. Decorada con tonos marrones en los muebles, que yacían sobre un piso de madera clara. El escritorio, de un tono bastante oscuro y señorial, bastante elegante; pero muy refinado, para mí gusto. El director tenía la puerta abierta, lo que quería decir que me estaba esperando.
Cuando entré, levantó la mirada de las carpetas que estaba revisando.
- Señorita Flame, es un gusto verla de nuevo este año - dijo a manera de saludo.
- Lo mismo digo, Carl - ya tenía demasiada confianza con el hombre al frente mío, llegó al punto de que no le gustaba que me dirijiera a él como "director" o "señor", me dijo que sólo Carl. Aunque delate de los demás estudiantes sí disimulamos esa confianza.
- Jenny, te llamé aquí para lo mismo de cada año, puedes hacer el recorrido con los estudiantes de nuevo ingreso, espero que les ayudes.
- Claro, con mucho gusto - lo decía en serio.
Ayudar a los chicos nuevos mostrándoles las instalaciones y todo el plantel institucional, me gustaba por dos razones: la primera, perdía clases pero aún así obtenía notas, y segundo, conocía a los chicos nuevos, y me acercaba a ellos.
- Ya sabes dónde están, en el patio delantero con el señor Philips.
El consejero estudiantil, el señor Philips, era bastante bueno en su trabajo, quizás era uno de los pocos que de verdad hacían su trabajo, según mi criterio, él sí se fijaba en los estudiantes, los buscaba, trataba de ayudarlos con sus problemas. Y desde que él llegó, hace 3 años, la tasa de "incidentes" en la escuela han disminuido.
Salí al patio trasero del Instituto. Había una gran cantidad de alumnos nuevos, estimaba entre unos veinte y treinta estudiantes. Empezamos el recorrido como generalmente lo hago con cada nuevo grupo de estudiantes. El que había hoy era bastante particular, pero había tres chicos que destacaban del montón, iban vestidos de rojo, dos chicos y una chica, y el mayor abrazaba por el hombro a los otros dos, que claramente se veían menores que él.
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Deadly Secrets
Mystery / Thriller¿Qué pasa cuando la locura toca la puerta? ¿La dejas entrar o esperas a que se marche? o, ¿mejor dejas que se adueñe por completo de tu vida, tus acciones y sentimientos? Eso, queridos amigos, es lo que yo hice, invité a la locura a entrar en mí, y...