Deadly Secrets

Capítulo 3 - Un encuentro catastrófico

*Tony POV*

Ya había pasado una semana desde que había entrado, y desde mi reencuentro con Valentine. Nadie sabía de eso, de lo que había pasado en ese callejón de la escuela, excepto Jenny, y sí, aunque fingí que no la había visto, si noté que ella estaba atemorizada por mí, se acercaba, me hablaba, pero su voz temblaba, su ojos evitaban los míos, y su voz se quebraba cuando Joey pasaba cerca. No la culpo, sí fuese yo, también estaría aterrado por alguien así. Y ni hablar de Joey, no puede siquiera mirarme a los ojos, agacha la cabeza cada vez que me ve.

Mi hermana Carolinne llegó ayer, domingo, pero para celebrar su llegada, que había sido a las once de la noche, preferimos que nadie iría a estudiar hoy, y la pasaríamos con ella, compartía habitación con ella, y decoré su lado de la habitación para su llegada, un gesto que ella apreció bastante. Sí los tres pares de mellizos compartíamos habitación, Sol con Luna, Louise con Erika, y yo con Carolinne.

Josh entró a nuestra habitación a despertarnos, según nosotros muy temprano; pero ya eran las dos de la tarde, así que nos levantamos y bajamos a la sala. Jenna nos estaba esperando con el almuerzo listo, pero para Carol y para mí, era el desayuno. Sol y Luna estaban discutiendo en la sala sobre qué película ver, y Jenna fue a poner una película para ver los tres, y me reí por lo bajo, Carolinne me miró.

- Déjalos - me dijo -, tú y yo éramos iguales hace unos dos años, no se te olvidé, todos hemos sido así, incluso Louise y Erika, así que déjalos; no es como si nosotros seamos muy maduros.

- No digas nada, Carol, nosotros hemos hecho cosas que ellos a su edad no, así que no deberías decir eso de que "somos inmaduros".

- En algunos aspectos sí, cerebrito.

- Está bien, lo admito, en algunas cosas.

- ¿Cómo en el hecho de que aún pelean por la almohada cómoda? ¿O que pelean por qué película poner por las madrugada? - dijo Erika entrando a la cocina.

- ¿O cuando discuten por los ronquidos del otro, cuando claramente los dos roncan como hipopótamos enfermos? - intervino Louise.

Carolinne y yo estallamos en risas, era cierto, lo comprobamos un día que, por estúpidos, se nos ocurrió la idea de grabarnos dormidos, y ambos roncamos, y aunque suene raro, no podemos dormir bien sin escucharnos el uno al otro. Soy muy unido a mis hermanos, en especial después de lo que pasó con mamá; pero soy especialmente unido a Carolinne, daría mi vida por ella. Sinceramente no sé como vaya a reaccionar cuando vea a Joey. Yo aún no creo cómo fue mi encontronazo con él, y aún me da risa recordar la cara que hizo cuando le dije que lo mataría. Fue poético.

Terminé mi comida antes que Carol, y me quedé mirándola.

- ¿Qué? - preguntó incómoda, le molestaba que la miraran mientras comía.

- Tengo que hablar contigo, te espero en la habitación - anuncié, me levanté, dejé mi plato en el fregadero, y me dirigí a nuestra habitación.

No sabía como decirle a Carolinne sobre Joey, es decir, es cierto que ya no éramos los niños pequeños de antes, que nos dejábamos atormentar por las palabras que ese chico nos decía, y con verdad, una cruda y triste verdad. Habíamos crecido, y experimentado cosas que nos habían vuelto más fuertes, más insensibles; pero algo que siempre nos dolía, era el tema de nuestra madre, Katherine; yo aún no superaba el hecho de que murió frente a mí. Erika, Louise y Carolinne lo entienden, pero Sol y Luna no, no saben que yo la vi morir y perder la fuerza. Aún recuerdo como grité al llegar a casa.

Llegué a mi habitación y me recosté sobre mi cama, buscando las palabras adecuadas para prepararla antes de que llegara al colegio, debía encontrar una manera suave para decirle que nuestra peor pesadilla, estaría ahí, o bueno, por lo menos no para mí; en cambio, ella aún se paraliza al escuchar el nombre de Joey, o siquiera alguna mención de él la aterra, aún después de tres años. Por eso me convertí en esto, para protegerlos, a mis hermanos, pero en especial a Carolinne.