𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆.

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Capítulo 7.
Maratón 3/3

Después de ese momento, Matteo olvidó por completo que quería salir a pasear por la playa con su tutora y se fue a dar una ducha rápida para después seguir con sus deberes universitarios.

Carraspeó queriendo sacar el nudo de su garganta y sacudió la cabeza dejando caer la pluma en el escritorio sobre su libro cuando los ojos claros de la mexicana se hicieron presentes nuevamente en su cabeza. 

Bufó tallando sus ojos. Sácala de tu cabeza, no puede ser posible que con solo una semana de conocerla ya esté ahí metida. Gruñó, e hizo de lado su tarea a medio terminar.

Cruzó sus brazos, recargándose en la silla giratoria y centrando su mirada en el techo de su temporal habitación.

Matteo pensó en lo buena que Luna a sido con él. Cada vez que la necesitaba estaba ahí para ayudarlo en lo que quisiera. Ha sido una maravillosa semana con ella a su lado. Y bueno, ¿Para que negarlo? Luna era divertida, simpática, le gustaba que le siguiera sus jueguitos y que cuando él estaba de mal humor, ella le sacara una sonrisa por más pequeña que fuera, en pocas palabras y más resumido; le gustaba pasar tiempo a su lado. También a notado, y sin poder evitarlo, lo atractiva y tierna que es. Sonríe de costado pensando ahora sí por su cuenta, en esos ojitos verdes que se achinaban cada vez que sonreía y reía.

Pero después pensó en su novia y poco a poco la sonrisa se borró de sus labios, formando una leve mueva con ellos. Se podría decir que lo que sentía por aquella chica que le gustó desde hace dos años y medio, es cariño, no amor. . Dejóde sentir aquello desde mucho antes de viajar hasta México. El amor es muy fuerte que incluso Matteo llegó a pensar que no sabía amar por una sencilla razón: no tuvo a su madre cuando más la necesitaba. Con su madre, era la única forma en la que demostraba ese sentimiento. Su padre no tenía ni siquiera el derecho de hacerse llamar así desde aquel accidente. Mucho antes de que su madre muriese, un trágico momento se hizo presente en la familia Balsano, quitándole la vida a su pequeño e inocente hermano. Desde entonces, nada volvió a ser lo mismo. Peleas frecuentes entre los adultos alejaba más y más a su entonces pequeño y único hijo. Matteo era muy pequeño, sin embargo, comprendió muchas cosas. Como por ejemplo que sus padres dejaron de amarse y aquello llevó a que Bianca Balsano se fuera de su hogar para ya no volver nunca.

Te prometo que vendré por ti, Matteo. Ti amo tesoro Non dimenticarlo mai. Le había dicho su madre una noche antes de desaparecer, para años después, enterarse de que la habían encontrado sin vida en una habitación de un hotel. ¿Por qué? Nadie lo sabe, ni siquiera sus propios abuelos, los padres de su madre.

Aquello lo había derrumbado por completo pues, en aquel momento, seguía esperando a que su madre fuera por él como se lo había prometido y se lo llevara con ella para seguir viviendo de sus vidas felizmente como solían ser antes. Pero no fue así. Fue duro enterarse después de casi cinco años que su madre, la persona que más amaba después de su hermano menor, se había suicidado. A los diez años Matteo aprendió y maduró demasiado, tanto que su padre se aprovechaba de aquello haciéndolo estudiar cada vez que podía, enseñándole cosas que solo los adolescentes sabían y no niños de diez años, le metía cosas a la cabeza que solo Matteo se daba cuenta cuáles eran ciertas y cuáles no.

Ahora es una persona con mucho conocimiento, una persona aplicada que sabe hacer sus responsabilidades a su tiempo correspondiente. Porque según Matteo, no hay personas inteligentes, hay personas aplicadas con alto conocimiento que saben hacer sus obligaciones.

Eso era lo único que le agradecía a su padre, sólo eso. Que haya hecho de él un hombre con mejor conocimiento, le agradece que le haya enseñado cosas que solo en ese tiempo los "mayores" veían. Porque para lo demás, por él, no volvería a verlo.

El chico de intercambio; lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora