Capítulo 18.
Luna.
Busco a Matteo por toda la universidad y sin embargo no lo encuentro. ¡Maldición! ¿Dónde demonios podría estar? Estoy realmente molesta con él. ¿Cómo podría ser capaz de seguir jugando conmigo?
No lo odio, por supuesto que no, es un sentimiento horrible y aunque él solo está jugando con mi corazón, no creo poder ser capaz de odiarlo. Al contrario, lo quiero mucho.
Y eso me molesta un poquito.
Un chiflido me saca de mis pensamientos y fulminó al tipo castaño con mis ojos.
—No empieces, Miguel. —gruñí cuando quiso acercarse a mí y besar mi mejilla— No estoy de humor, ¿Dónde está Matteo?
Miguel es un don juan de primera que me tira la onda desde la preparatoria, pero jamás me fijé en él y lo agradezco demasiado. Es un idiota que no valora a las mujeres. Ah, y es compañero del italiano.
El castaño rodó sus ojos y me miró fijamente.
—¿Ya te flechó que andas detrás de él?
—No seas tarado, solo lo estoy buscando para devolverle sus estúpidas rosas. —son hermosas pero no quiero quedármelas, ¿okey? Tengo orgullo.
Y mucho.
Él me miró sorprendido y me recorrió con su mirada café oscura.
—Wow, sí que estás molesta. Jamás te había visto así, Luna. Igual sigues viéndote hermosa.
Suspiro.
—¿Dónde está Matteo Balsano? —pregunté ya cansada.
—En la biblioteca. —rueda sus ojos una vez más— El italianucho fue a hacer una tarea.
Frunzo mi ceño al escuchar el apodo.
—No lo llames así. —le dije molesta y me fui de ahí antes de que me dijera algo.
Bien, encontré a Matteo. Mal porque está en un lugar donde si no guardas silencio te multan con veinte pesos y yo quiero gritarle que se regrese a su país por más que me duela.
Ya me cansé. Ya me cansé de que diga que todo esté bien cuando no es así. Ya me cansé de demostrarle mis sentimientos. Ya me cansé que por más que quiera hablar de nuestras vidas a fondo, él no quiera. ¡Me harté!
Juro que si él hubiera aceptado por lo menos hablarme de sus padres o hermanos, si es que los tiene, hubiese sido de otra manera. Pero como dicen, él hubiera no existe. Simplemente me duele que no quiera que lo conozca, pero sí me besa y me dice palabras bonitas... Y yo caigo como una mensa.
Me la he pasado súper bien a su lado, es un chico realmente divertido cuando se lo propone, es simpático y educado, y bueno, también es romántico y coqueto.
Ni siquiera sé cuándo fue que comencé a sentir sentimientos de no amigos por él. El tiempo se me iba volando a su lado, literalmente tres horas eran treinta minutos cuando estaba con él haciéndole compañía mientras terminaba su tarea o cuando paseábamos por las calles de Cancún. Suspiro al recordar aquellos momentos y de un momento a otro me siento más tranquila.
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El chico de intercambio; lutteo
Fanfic¿Qué pasaría si por ser una de las chicas con la mejor nota y responsabilidad en la universidad, te dicen que cuidarás y te harás prácticamente responsable de una persona que no sabe tan bien tu idioma, cultura y visita por primera vez el país por u...