Fred y yo seguimos avanzando hacia la escuela no sabíamos quién o porque nos habían disparado y aun así no queríamos averiguarlo.
El pánico invadía las calles, las personas corrían hacia todas las direcciones los carros comenzaron a amontonarse causando un gran embotellamiento en la.
Brazos, piernas cercenadas o a medio comer, cuerpos esparcidos por todas partes, la sangre que brotaba comenzó a encharcarse causando que las personas que huían de algún infectado resbalasen, para convertirse en el desayuno de alguien. A medida que pasaba el tiempo los cadáveres de las personas comenzaron a sacudirse un líquido color café oscuro comenzó manar de la boca de estos.
Fred y yo aceleramos el paso al ver que los cuerpos comenzaron a incorporarse. Los que ya hacían de pie permanecieron por un momento estáticos parte de sus extremidades comenzaban a atrofiarse.
Tardamos alrededor de cuarenta y cinco minutos en lograr llegar a la escuela solo para ver como el fuego comenzaba consumirla.
Había un par de patrullas estacionadas en la acera, tenían las luces encendidas junto lo que parecía un camión de turismo al parecer había chocado con una pequeña camioneta. El humo blanquecino salía por la puerta y ventanas del edificio.
Mire a ver a Fred y comenzamos a caminar hacia la escuela cuando de la puerta principal salió un grupo de oficiales cargando a uno de sus compañeros a la distancia se podía ver que un gran trozo de pierna le había sido parcial mente arrancado, la pierna del oficial se balanceaba de un lugar a otro derramando sangre por montones.
Un par de oficiales se detuvieron justo en los escalones para después darse vuelta y abrir fuego en dirección a la puerta. Fred y yo nos inclinamos al escuchar los disparos.
Los oficiales siguieron hasta llegar a sus patrullas trepar a su compañero herido y largarse quemando llanta.
Fred y yo al ver que la escuela ya no era opción, seguimos avanzando al ver que varios infectados salían de esta.
Pasaron algunos minutos cuando recordé que Amy había comentado que se quedaría unos días con su abuela.
Oye Fred tengo una idea. Dije mientras me detenía para recuperar el aliento.
¿qué pasa? pregunto
A un par de cuadras en dirección al puente vive de Amy.
¿Y eso qué? pregunto limpiándose el sudor de su frente.
Su departamento está en el tercer pis...
Me parece bien. Dijo interrumpiéndome. Comenzamos a avanzar, entre los carros colisionados, hasta lograr llegar al edificio. La puerta de este estaba entre abierta, al subir los primeros escalones, vimos la puerta entra abierta, estuve a punto de abrirla cuando Fred me detuvo.
¡mira! Dijo apuntando hacia el suelo. Una pierna a medio comer, esta mantenía la puerta entre abierta.
¡mierda! Dije sorprendido. Fred se apoyó de espaldas al muro de junto a la puerta mirando hacia la calle.
Espera aquí. Susurré, lentamente comencé a empujar la puerta para asomar la cabeza. Vi que en la orilla de las escaleras había un infectado devorándose a un señor ya grande. al abrir la puerta por completo esta chirrió llamando la atención del infectado, este alzo la cabeza dejando caer un trozo del intestino del desdichado anciano.
El infectado al verme intento levantarse dejando a la vista que la pierna que ya hacía en la puerta era la suya intento incorporarse, pero al no lograrlo comenzó a arrastrarse hacia donde yo estaba, su rostro reflejaba un gran odio y rabia al verme.
Así que sin pensarlo saque el arma y le apunte. Nunca pensé que le apuntaría a una persona con un arma.
Señor deténgase. Dije nervioso con mano temblante.
¿Qué ocurre? Pregunto Fred.
¡Señor! Dije una vez más, al ver que el infectado seguía arrastrándose hasta donde yo estaba cerré los ojos y disparé.
Fred entro corriendo y dijo.
¿Qué fue eso?
Abrí los ojos y vi al infectado boca abajo, la bala le había impactado en la parte superior de la cabeza desparramando trozos de cráneo y materia gris.
Miro hacia los cuerpos y dijo.
Oh mierda. Que has hecho Jack.
Me di vuelta para cerrar la puerta y dije. No tenía opción. Respondí sollozante. No quería detenerse así que… me di vuelta y pateé la pierna de entre la puerta. No tenía palabras para describir porque así que volví a repetir. No tenía opción. Cerré la puerta Pasé junto a Fred su rostro se veía demacrado no sé si era por lo que había visto o por el cansancio.
Ya falta poco. Dije mientras trepaba los primeros escalones.
¿Y en qué piso está el departamento? Pregunto Fred.
Está en el tercer piso creo que es la segunda o tercera puerta.
¿Diablos que estará ocurriendo? Pregunto. Espera. Dije en voz baja. Al ver que en el segundo piso había un par de infectados en el corredor.
Mire a Fred. Este subió lentamente al lado mío.
Carajo susurro.
Los infectados estaban separados uno en cada lado del corredor. Pero me llamó la atención ver que no se atacaban entre sí. Miré a Fred y con señas le dije que siguiéramos.
Con cuidado de no llamar la atención lentamente subimos los escalones,
Al llegar al tercer piso, asome lentamente la cabeza al parecer estaba vacío. Las paredes estaban manchadas de sangre, esta seguía en el suelo, cubriendo parte de la alfombra encharcándose en el piso de madera oscura, caminamos hasta llegar a uno de los departamentos, este tenía la puerta casi abierta. Mire a ver a Fred y susurre.
Por aquí. Dije señalando a la derecha.
Avanzamos un par de metros cuando nos detuvimos frente a la puerta.
Fred se detuvo y lentamente camino hasta ella asomando la cabeza por entre la misma. En el suelo ya hacía a medio comer el cuerpo de un animal un sofá machado de sangre y un botiquín de primeros auxilios.
Estuvo a punto de entrar cuando alzo la mirada del suelo y vio que a un costado de la ventana había una muchacha, esta tenía una blusa de tirantes rosa que por la sangre se había teñido en algunas partes de rojo, unos Jeans y un solo zapato el otro ya hacía entre la puerta y el corredor, uno de sus brazos ya hacía con unas vendas colgando estas dejaban a la vista una gran mordida a medio cubrir.
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San Francisco se escribe con Z
Ciencia FicciónNaces, creces y vas a la universidad en otra ciudad, por la carrera que te gusta y de la nada un día normal, todo se va al demonio, por un virus. Creces un poco más y conoces nuevas personas, y todos buscan la manera de sobrevivir de los muertos.