Amoroso - Cuarto interludio

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Napoles, mayo de 1995

Prosciutto no sabia ser discreto cuando algo le desagradaba, por el contrario era demasiado obvio, los usuales gestos que tenia, como torcer la boca, los ojos, esa leve arruga sobre su nariz cuando veia algo que le molestaba, las personas que lo conocian de mas tiempo sabian que hacia dichos gestos solo cuando su molestia era en serio, y esa era una de esas ocasiones, el, quien habia abandonado su hogar a los 16, el quien se vio forzado a matar y desprenderse de su vida en Turin para anclarse a la mafia, abandonar a su madre y deshacerse velozmente de los ultimos apices de su humanidad e inocencia, espero, que a sus 25 años se le reconociera su esfuerzo, el haber formado parte de Passione desde muy joven podria llegar a ser un merito para escalar, ser un terrateniente y, posiblemente, el asesino mas brutal y de mas experiencia, le haria ganar a pulso su puesto como capo era casi un hecho, sin embargo, los altos manos de Passione no pensaron lo mismo cuando el momento llego. Amaro Barreda habia sido el lider original de lo que luego se conoceria como, La Squadra di Esecuzione, quien habia sido asesinado en el 91 por una mafia rival, sin un capo asignado, el mando paso directamente a Cotto, quien tenia poco mas de 20 años, era casi una decada de su vida dedicada a la mafia, al crimen organizado, una vida en la que el estaba acostumbrado a tirar del gatillo y saber que todo terminaria en algun momento si sus calculos fallaban, experto en chantajes, sobornos, peleas arregladas y conseguir informacion de sus victimas, ninguno de sus compañeros tendria jamas la dedicacion que el tenia por su trabajo, solo esperaba eso, una carta firmada por un alto mando indicandole su ascenso a capo, sin embargo no fue asi.

El sobre, el tan anhelado sobre, lo llevo Amadeo una tarde de mayo, entregandoselo para saber si en ese momento su tan anhelado merito seria reconocido, todos se sentaron alrededor de la mesa y esperaron que Prosciutto abriera pronto la carta, lo vieron sonreir como pocas veces lo hacia y como sus ojos azules se deslizaban por las letras, poco a poco su expresion se ensombreció y lo vieron tensar la mandibula en un inminente ataque de rabia que transformo su rostro, lo que la carta decia no solo era malo, era todo lo contrario a lo que esperaba, tiro la misma sobre la mesa y encendio un cigarrillo apartandose de los demas quienes se preguntaron en silencio que diablos decia, solo hasta cuando el rubio tiro la puerta detras de si se atrevieron a tomarla, Illuso desdoblo la maltratada oja y leyo en voz alta su contenido, en un texto breve se les informo que dentro de una semana tendrian un capo asignado, su nombre era Risotto Nero.

Passione no rendia explicaciones cuando tomaba una decisión, y esa fue una clara muestra, aparentemente el muchacho habia hecho algo tan extraordinario para ser ascendido a ese puesto, no solo siendo proclamado el nuevo capo de la Squadra, si no que era, notoriamente, mas joven de lo que se esperaba en alguien en ese puesto, los tres se miraron entre si y se preguntaron en voz baja cual habia sido precisamente la causa de la rabia de Prosciutto, quien simplemente habia salido a caminar fumando sin parar y terminandose media cajetilla cuando regreso media hora mas tarde. Prosciutto no solo sentia rabia por verse reemplazado y despojado del puesto que por derecho le pertenecia, si no que practicamente todos sus esfuerzos, su labor, su antiguedad en la organizacion no habian servido de nada, por el contrario no habian valido de nada, el habia sido el subordinado directo de Amaro, hubiera aceptado inclusive que Sorbet le quitara el puesto por su brutalidad y eficiencia, pero Nero, era practicamente un fantasma, un don nadie en la organizacion, al menos para el, lleno de rabia simplemente se resigno, o intento hacerlo cuando, al averiguar mas de lo debido, descubrio que, no solo llevaba menos tiempo que el en Passione, si no que era incluso menor que el, su rabia no fue porque fuera inseguro, si no porque no se consideraba lo que el habia hecho, lo que por años dedico y sacrifico por Passione, durante lo que fueron dias muy incomodos nadie le dijo una sola palabra a Prosciutto mas que para trabajar, a la espera de que la molestia se le pasara, de forma inutil pues no lo hizo.

C'est la vie (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora