Us Forever ➳ Jeongcheol

«Capítulo 2»

Lunes 04 de Julio, 2016

Qué perfecta fue la noche que nos abrazó en la más profunda oscuridad para tener la oportunidad de demostrarnos el más puro amor.

No existe duda alguna de que nosotros nos amamos.

Poco a poco se van aclarando mis recuerdos, aunque aún no estoy seguro de nada.

¿En serio pasó todo lo que veo en mi mente o solo estoy acordándome de lo que soñé hace un día?

Es imposible que esta sensación en mis manos sea solo una ilusión. Yo sé que he tocado su piel, porque se sentía suave. Tanto, que resbalaba entre mis dedos como si de seda se tratara.

Qué perfecta y dolorosa es la sensación de sentir y no sentir que toco el cielo, todo porque mi vaga mente no descifra aún si lo que pasó fue real o no.

Me relajo cuando recuerdo lo que veía en sus ojos: Una mirada bella y llena de paz.

No puedo evitar sentirme la persona más afortunada del mundo al imaginar que soy correspondido por alguien tan maravilloso como él, pero ahí viene una vez más aquella constante advertencia en mi cabeza: No sé si esto pasó en realidad.

Me enderezo sobre el sillón del living y continúo escribiendo todo lo que recordaba en varias hojas de papel. Quisiera usar ese recuerdo en alguna canción para el futuro.

Quiero escuchar su voz diciéndome de una vez que en verdad nos besamos aquella noche.

Me desespero al no acordarme de más hechos y no me ayuda el tiempo, que pasa demasiado lento pasadas las ocho de la noche.

Me paro, camino en círculos; me siento. No sé que hacer con mi cuerpo si no está cerca.

¿Alguien puede decirme cómo hacer para respirar si estoy lejos de Jeonghan?

Tomo el teléfono entre mis manos, estoy dispuesto a marcar su número e inventar cualquier excusa tonta para escucharlo. Quizás estoy siendo egoísta al no dejarlo realizar su agenda, sé que está ocupado practicando con Joshua, Jihoon, Seokmin y Seungkwan, pero lo quiero escuchar.

De repente, en medio de mi dilema mental el teléfono empieza a sonar. Me asusto al ver su nombre en el detector de números y contesto rápidamente.

—¿Seungcheol? ¿Estás desocupado? —preguntó tímido. Quiero jugar con el pelinegro, así que finjo dar instrucciones a Hansol y Mingyu, quienes están más entretenidos con el nuevo casco de realidad virtual que compramos. Jeonghan me pide disculpas al instante, pero luego le hago saber que se trataba de una broma.

Se ríe al escuchar mis carcajadas. Tal vez cree que soy tonto por reírme de la nada, pero no es por nada, sino que río porque soy feliz al escucharlo.

Entonces susurró más dulce que de costumbre: —¿Puedes salir? Estoy en la puerta del edificio —sin contestarle solté el celular para correr a abrir la puerta. Una vez hecho esto, veo su rostro decorado con una enorme sonrisa en los labios y un paquete de galletas.

Me han entrado ganas de abrazarlo, así que salto a hacerlo. Él ríe cuando me siente, yo río porque por fin lo estoy viendo.

—No me sentía bien, así que pedí permiso a los demás para venir... —explicó y una vez más, me hace sentir la persona más feliz del mundo, pero a la vez, la más desdichada. ¿Por qué no lo llamé? Debe haberla pasado mal. Bajé mis caricias y trato de calentar su frío cuerpo. Me detiene y entra en la casa, inspecciona rápidamente con su mirada y se vuelve hacia mí. —¿Dónde están todos? —me he perdido en esos labios que tan loco me vuelven. Solo asiento y él empieza a reír. Es tan tranquilo estar juntos, es tan gracioso, es grandioso. Despierto del trance de un minuto.

—Estaban buscando un lugar para hacer el V Live, pero se han distraído con el casco.

—Es bueno que lo hagan, deben aprovechar los momentos libres que tengamos, ¿No?

Otra vez esa sonrisa.

—Tienes razón.

Nos mantenemos en silencio, los minutos pasan muy lentos otra vez. Sé que en un par de horas tendremos que seguir con nuestro horario y empezar la transmisión. ¿Debería preguntarle ahora sobre lo que pasó aquella noche?

—¿Qué es e-...? —no terminó de formular la pregunta porque se acercó a la mesa central del living. Corrí hacia él, no puede leer lo que he escrito.

Es tarde, entre sus manos están las hojas en donde su nombre fue tachado y reemplazado por "Baby". Sonríe de lado y sus mejillas se van poniendo rosadas. Se levantó en silencio y caminó hacia mí.

—Seungcheol, ¿soy hermoso? —preguntó con la mirada traviesa.

—Sí, lo eres... —me siento acorralado entre su cuerpo y la pared.

—¿Me amas? —esta vez, sus ojos están clavados en los míos, como si la respuesta fuera algo decisivo.

—Lo hago... —no puedo bajar la mirada. Sé que le ha costado preguntar todo eso; no obstante, sé también que para hacerlo ha tenido que estar seguro de lo que yo siento.

—¿Realmente me amas? —ahora mostraba inseguridad y mi corazón está por explotar. Su mirada ahora está clavada en mis labios.

—¿Quieres besarme? —respondí con una pregunta. Él me miró enojado, como reprochando que no le contesté—. No te enojes por preguntar cosas obvias —sonrío para hacerle saber que es afirmativa mi respuesta. Claro que lo amo.

Él no dijo más, solo terminó de acortar la distancia entre nosotros y depositó sus finos labios sobre los míos.

Puedo sentir cómo su rostro se acomoda y rodea mi cuello con sus brazos, mis manos se posan sobre su cintura en un acto de inercia y me encargo de juntarnos más. Ahora estoy seguro de que lo que pasó fue real. Lo sé porque estoy sintiendo las mismas sensaciones en mi pecho y porque el chico que tengo en frente mío hace los mismos movimientos con su boca. Siento las mismas caricias.

Cesó el roce y yo volví a abrir los ojos.

—Seungcheol, tu...

—Lo recuerdo, ahora estoy seguro de que lo recuerdo.

—¿Tenías dudas?

—Pensé que había sido solo mi imaginación, Jeonghan —el agarre de mis manos en su cintura va perdiendo fuerza, ya casi es hora de irnos.

Ahora sé que soy correspondido.

Vuelvo a darle un beso en los labios y tomo su mano con firmeza. Esto se siente demasiado bien.

—Vamos, tenemos que presentar el álbum y luego volver a practicar.

—Cheol, antes de eso... ¿Puedes darme un beso más?

No tenía que preguntarlo, lo obedecí al instante. Este beso fue más tranquilo y lento. Nos tomamos el tiempo de recorrer cada centímetro del otro.

Sonreímos al separarnos, este es el inicio de un principio a nuestro amor.