On the floor

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-Buen trabajo, chicos - dijo Hoseok cuando la música paró -. Tenemos mucho que trabajar, pero, para ser la primera sesión, ha estado muy bien. Seguid practicando los pasos básicos por vuestra cuenta, ¿vale?

Todos asintieron y le dieron las gracias a Hoseok por haberse tomado la molestia de organizar esa pequeña clase para ir poniendo en práctica los nuevos pasos de baile que habían estado aprendiendo a lo largo de la semana. Les había sido muy útil, así que todos se fueron muy contentos a ducharse. Menos Yoongi, quien sentía que se estaba quedando muy atrás.

Observó a todos marcharse y se quedó mirando a Jimin mientras recogía sus cosas. Una idea pasó por su cabeza, sin tener muy claro si era buena o mala, y rápidamente apartó la mirada, por miedo a que la del menor acabara descubriéndole.

Pero... ¿qué otras opciones tenía? A Hoseok no quería molestarlo más y... si alguien podía ayudarle, además de él, ese era sin duda alguna Jimin. No le quedaba otra; tenía que hacerlo.

-Esto... Jimin - se decidió a llamarle, sin saber muy bien lo que estaba haciendo.

-Dime, Yoongi - le respondió el menor con una sonrisa.

Yoongi se quedó embobado por un instante. Y pensar que ese chico, que solía medir mucho menos que él y tenía una apariencia tan dulce, se había convertido en un chico algo más alto, más musculado y, tenía que reconocerlo; más apuesto. Y pensar que él le había cuidado durante años como si fuera su hermano pequeño... y ahora hasta le daba vergüenza hablar con él...

-Es que... voy perdidísimo con este baile... - dijo, tratando de centrarse en lo que era verdaderamente importante.

-Entiendo, ¿quieres que nos quedemos a ensayar?

Lo dijo sin pestañear siquiera.

-No quiero molestar... pero, si me pudieras dar algún consejo... - dijo Yoongi, sorprendido por el ofrecimiento de su amigo.

-No seas tonto; no molestas para nada - dijo Jimin con una sonrisa, soltando sus cosas y acercándose a la puerta de la sala para cerrarla con llave -. Si estamos pensando todo el rato que alguien va a entrar, nos van a cortar el rollo, ¿no crees?

Yoongi asintió, pero no pudo evitar pensar en esas palabras de otra manera. Igualmente negó con la cabeza y trató de concentrarse. Su amigo se estaba quedando de propio a ensayar con él; tenía que aprovechar para aprenderse todos los pasos de una vez.

-Imagino que tu principal problema es que nunca has bailado nada de este estilo - dijo Jimin, acercándose de nuevo -, ¿me equivoco?

Yoongi negó suavemente con la cabeza.

-Aquí nunca hemos bailado nada parecido a ritmos latinos, así que es normal que te cueste más - dijo esta vez, yendo hasta el reproductor para poner la música a la que llevaban bailando más de una hora ya: La Lambada.

Jimin le dio la espalda y se puso frente al gran espejo en posición. Realizó todos los pasos a la perfección, tal y como los habían hecho en el ensayo, aunque sin fallo alguno, con esa elegancia que tenía siempre al moverse. Y Yoongi no pudo evitar sentirse agobiado de nuevo.

Él nunca podría moverse así ni aunque quisiera.

-Eh, eh, ¿a qué viene esa cara? - Le dijo el menor dándose la vuelta con una sonrisa -. A ver, vale, cambio de planes.

Paró la música y se sentó en el banco, dando golpecitos a su lado para indicarle al mayor que se sentara con él. Yoongi obedeció y Jimin se pasó la manó por el pelo. Fue un movimiento rápido, hacia atrás, pero Yoongi fue capaz de captarlo en su totalidad.

One ShotsWhere stories live. Discover now