Candle in the wind

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Jungkook tiró de la camisa de Taehyung hasta que sus piernas chocaron con el borde de la cama. Con una sonrisa, se dejó caer sobre ella, arrastrándolo con él, quien se sostuvo con ambas manos a sus lados, acercándose mucho a su rostro, pero sin llegar a besarle.

-Tae... bésame... - murmuró Jungkook mientras comenzaba a desabotonar la camisa del contrario.

-Jungkook... - murmuró el mayor contra sus labios -. No... podría...

Pero sus labios le callaron suavemente, con apenas movimiento. Tan sólo rozándolos con los suyos, casi sin abrir su propia boca. Sus respiraciones se volvían más pesadas mientras trataban de no dejarse llevar por aquel beso, aunque incrementando la intensidad muy poco a poco, separando cada vez más sus labios y abarcando más de los ajenos.

-Jungkook...

-Shh... - El castaño le mandó callar suavemente, lanzándole su aliento directo a sus labios, como un soplo de frescura que le daba la vida en tan sólo un instante.

Taehyung continuó con el beso, apoderándose de los rojizos labios del menor, mientras este le ayudaba a quitarse la camisa y lanzarla lejos.

-Joder...

Jungkook sonrió contra sus labios por un instante, sintiendo aún así la adrenalina que le producía dejarse caer en los brazos de Taehyung una vez más. Temiendo que terminase como la vez anterior; perdiéndose en el espacio-tiempo para despertar bajo las potentes luces blancas de los flexos del hospital.

-Jungkook... Podría... hacerte daño...

-No... - murmuró el menor besando con delicadeza sus labios -. Confío en ti...

Taehyung le besó con intensidad y se obligó a parar. Jungkook confiaba en él, pero él no confiaba en sí mismo.

-Confío en ti - repitió Jungkook mirándole directamente a los ojos; mirando a su alma.

Taehyung asintió y dejó caer su cuerpo sobre el suyo, apoyando sus antebrazos junto a la cabeza del menor y atreviéndose a besarle de nuevo en los labios. Y en la barbilla, y en la mandíbula, y en el cuello... Robándole suspiros, que le hacían sentir una opresión cada vez mayor dentro del pecho.

Jungkook cerró los ojos, entre suspiros, y estiró el cuello, dándole vía libre al mayor para recorrer esa piel con sus labios y su lengua, notando una especie de fuego crecer en su interior.

No se veía capaz. No podía hacerlo. No podría controlarlo y no quería arriesgarse a volver a hacerle daño.

-Jungkook... No puedo...

Jungkook abrió los ojos para dedicarle una mirada que le partió el alma. Acarició su rostro y tiró de su mandíbula para besarle profundamente. Esta vez introduciendo su lengua hasta el fondo de su boca y jugando con la suya, entre sus dientes, intercambiando sus salivas y alientos con calma, mientras sus corazones aceleraban en dirección a una curva demasiado pronunciada como para salir ilesos de ella.

Taehyung trató de controlarse, pero comenzó a succionar sus labios, a enzarzar su lengua con la contraria con toda la furia y necesidad que conocía, haciéndole jadear y perder el ritmo del beso. Y aún le pidió más, empujando su cuerpo con el suyo y entrelazando sus manos sobre la cabeza del castaño, sin posibilidad de escape. Sin salida aparente.

El menor jadeaba contra su boca con los ojos cerrados, notando cómo se iba quedando sin aire y cómo iba perdiendo la consciencia poco a poco. Trató de abrir los ojos pero los párpados le pesaban demasiado y su visión era borrosa, aunque no lo suficiente como para impedirle ver los ojos del mayor cuando, durante un instante, él también los abrió haciendo que sus miradas conectaran.

One ShotsWhere stories live. Discover now