04

173 25 2
                                    

Taehyung
Profunda y profunda, la herida sólo se hace más profunda
Como una pieza rota de cristal, que no puede dar marcha atrás.

Esta vez me encuentro delante de la casa de mi mamá, llevaba un rato sin ir, sin intentar a que ella me abra. Por alguna razón pensé que al irse mi padre estaríamos juntos, claro que se fue pero no como nos hubiéramos imaginado. Y se que yo cargo con esa culpa. Mi madre carga más culpa o eso siente, por nunca alejarse de él como debía. Aún así siento que es un castigo, más para mi que para ella misma.

Toco la puerta con cierta esperanza a que está vez si abra, pasa un minuto y se que no abrirá de nuevo. Tengo dos opciones seguir insistiendo, o irme. Ninguna de las dos me gusta en absoluto.

-Tae.- Escucho su voz detrás de mi y volteo enseguida.

-Hey.- Es lo único que logró decir, es la persona que menos esperaba ver.

-¿Qué haces aquí?.- Decido acercarme a él para no tener que hablar tan fuerte.

-Nada importante. ¿Y tú?- Nam viste un conjunto deportivo, pero no se ve cansado.

-Voy a correr, nunca te había visto por acá.- Se le nota curioso. Pero yo no tengo ganas de hablar y menos con él.

-Bien, te dejo. Tengo tarea por hacer.- Miento sin ningún esfuerzo a que me crea y empiezo a caminar en dirección opuesta.

-Lo siento por no escribir. - Grita antes de que me aleje más.

-No importa.- Contesto sin voltear. Sigo caminando, pero el llega a mi lado.

-Comamos juntos.- Casi parece una suplica.

-Nam, no estoy de humor. Sólo, déjame.- Fastidiado lo volteo a ver, a lo cual el solo me sonríe.

-Anda, es mi disculpa por no comunicarme.- Eso ni siquiera me importa y al parecer a el tampoco le importó.

-No, ahora déjame solo.- Aunque mi corazón quiere otra cosa.
Quiero desahogarme, contar todo lo que me tortura.

- Vale, no comida. Entonces- Se lo piensa un rato en vez de irse y dejar de molestar.- Hagamos ejercicio juntos.

-De verdad me gustaría estar solo Nam, ¿Puedes entenderlo? - Vi comprensión en sus ojos y sin decir más me deja ir.

Nam Joon

Lo veo irse sin voltear, mientras yo veo la casa donde él estaba hace un momento. Tengo dudas y preguntas, pero se que aún no soy nadie para entrometerse en su vida.

Corro lo más rápido que puedo, ya que tengo un mal presentimiento desde la mañana que no logró quitarme. Quizás correr me distraiga un poco, recorro el vecindario; uno demasiado tranquilo, todos los frentes de las casas tienen un patio lleno de flores, algunos tienen cocheras, varios colores pasteles adornan las casas. Es demasiado alegre a mi antiguo hogar. No hay niños jugando en las calles, lo cual me alegra. Puedo andar sin cuidado alguno.

Después de hacer mi recorrido, siento el sudor bajando por mi espalda. Así que decido volver a casa de mis abuelos, no muy lejos de aquella en donde estaba Taehyung. La vuelvo a mirar al pasar, logro distinguir a una señora no muy grande asomarse por la ventana y en cuanto me ve se aleja.

"¿Quién será ella?"

Sigo mi camino, quizás después lo descubra gracias a mi abuela a quien le encanta saber la vida de los demás.
Llegando a la casa, al primero que veo es a mi abuelo, quien lee un periódico. Esta sentado en su silla favorita, cerca de la ventana para tener mejor acceso a la luz del sol. No me saluda ni yo a él, sólo porque se está demasiado concentrado con su crucigrama como para contestarme. En la cocina está mi abuela, preparando la comida de hoy.

STIGMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora