CAPÍTULO 5

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-Se llama ceguera atencional-respondí orgullosa.

-¿Qué rayos es eso?-indagó entre risas Zafiro.

-Quiere decir que mientras estás tan centrado en una cosa, no puedes ver lo que sucede a tu lado.

-Eso en mi mundo se llama ser un idiota -interfiere Seiya cuando se une a nosotros en la barra.

Habíamos decidido al fin reunirnos todos a beber para celebrar el cierre del contrato. Se suponía que él no vendría.

-¿Entonces eres el rey de los idiotas?- sabía que me estaba pasando, estaba delante de mis amigos y Seiya era nuestro jefe, pero no me culpen a mi, culpen al alcohol que llevo en el sistema.

-Muchas veces lo fuí -respondió con su mirada fija en mí- pero intento remendarlo.

-Muchas veces con intentar no basta.

- El que insiste no desiste-rió.

-A veces es más fácil desistir que darse la cabeza contra la pared una y otra vez.

-A veces es necesario darse la cabeza contra la pared para darte cuenta de ciertas verdades- Contraatacó.

No sabía si llorar o reírme, o simplemente arrojar el vaso de wiski que tenía a medio tomar en mi mano en medio de su bello rostro. Ok necesitaba aire ¿bello rostro? ¿¡Qué rayos estaba pasando conmigo?

-Brindemos por esta nueva sociedad-gritó Zafiro llamando la atención de todos, gesto que agradecí internamente, pues ya todos nos miraban indagantes.

-¡Salud!- gritaron felices al unísolo, y yo tomé ese momento para escabullirme al patio trasero.

Mis manos buscaron mi celular con desesperación, ahí yacía la única evidencia por la cuál no debía darle tregua a ese maldito hombre traicionero -mi pequeña- suspiré mientras las lágrimas se agolpaban por salir.
Instintivamente llevé mi mano a mi vientre ahora plano, y el dolor fué mayor, más latente, hace rato no bebía, y estos eran los motivos que me lo impedían.

Me senté en una pequeña banca intentando recuperar mi ritmo, no podía desmoronarme ahora, no delante de todos ellos. No frente a él.

-¿¡Qué carajo fué todo eso!?- oí a mis espaldas. Preferí hacer oído sordo por el momento -sé que me escuchaste Serena- Zafiro se dejó caer a mi lado un tanto frustrado por no sacar una respuesta de mis labios -fué raro-siguió hablando- parecía un debate muy personal, creo que tanto él resto como Yo, pensamos que si no si iban a las manos, terminarían besándose.

-Jajaja, creo que ustedes tienen mucha imaginación.

-¿De dónde se conocen Sere? Porque es más que obvio que no es de ayer- pude sentir el porqué de su curiosidad, así que respondí.

-Primero y principal, nunca besaria a nadie delante de ti- aclaré -no soy ninguna zorra-me guiñó un ojo en respuesta - Segundo no lo volvería a besar por nada en el mundo, le odio -espeté, y luego me dí cuenta que había hablado de más.

-Entonces lo conoces- afirmó más que preguntar.
Suspiré y él me abrazó...

¿Qué podía ocultarle?

Zafiro había conocido una parte de mí que nadie más vió, la parte más ruin y cobarde, el lado turbio y oscuro de mi vida.

Así que lo solté sin contenerme en nada- Es él- sólo esas dos palabras bastaron para que él comprendiera y su semblante se distorsionara.
En un instante se puso de pié y se disponía a marchar sin decirme nada, pero mis reflejos fueron más veloces y lo tomé por su chaqueta haciendo que volteara -¿A dónde vas?

-A cancelar el contrato- dijo como si nada- No consentiré que pases tiempo a su lado.

-Detente. No lo hagas -pedí- no puedes cancelar ese contrato, esto no se trata de ti o de mi, se trata de ellos - le dije refiriéndome a nuestros camaradas- hemos esperado un negocio cómo éste  hace tiempo, y lo logramos -le sonreí. Pero no funcionó, no estaba llegando a  lo que quería.

-¿A costa de qué?-farrulló- ¿A costa de tí? ¿De tu sufrimiento? ¿De tu dolor?- recalcó negando con su cabeza- No Serena, esto se termina aquí y ahora.

-¿Qué es lo que se termina?- la voz de Seiya a nuestras espaldas nos tomó por sorpresa a ambos. Su semblante estaba serio, por eso me pregunté que tanto había oído...

-Señor Kou- intervino Zafiro, pero la penetrante mirada de él, estaba posada en mí - Me gustaría poder hablar con usted en privado.

-Claro, detrás de la barra hay un cuarto que podemos usar, vamos...

-No- intervine- Seiya danos un minuto- él me observó serio- porfavor - rogué.

-Esta bien- suspiró - si me necesitan estaré dentro- su mirada se desvió de uno al otro y luego se marchó con el grupo.

-¿¡Qué demonios pensabas hacer!?

- Lo justo- respondió como si nada.

-No cancelarás ese contrato, ¿Qué no leíste las cláusulas?- me observó con intriga y yo bufé - las cláusulas decían que por tres meses nos debemos a ellos. En caso de retractarnos, deberemos pagar el doble de la inversión que ellos han echo en nuestro emprendimiento.

Zafiro se tensó, tal y como lo supuse -Pero tú no puedes...

-¿Me ves llorando, sufriendo o alcohólica? - su negativa ya me estaba consumiendo- tenemos que hacer esto Zaf, lo necesitamos, ellos - señalé a nuestro grupo el cual se divertía dentro ajeno a todo- ellos nos necesitan, necesitan esto.

-Serena...temo por ti - sonreí enternecida - temo por como te pueda afectar esto, como te afecte él. Yo estuve a tu lado cuando te convertiste en la misma nada... si él.. ...si él llegase a...

-Él ya no tiene ese poder en mí -dudé- Esto es lo que anhelamos por tiempo...no mezclemos negocios con mi vida personal -asintió.

-Esta bien- suspiró - pero me dirás cuando esto te pese-asentí- te hablo en serio. Si en algún momento sientes que no puedes más, me lo dirás.

-Lo haré.

-Promételo-pidió.

- Te lo prometo Zaf, si en algún momento el tiende a molestarme o insinuarse, serás el primero en saberlo.

El aceptó no muy convencido, sabía que yo me callaba todo hasta el momento en el que explotaba.

Entramos una ves más y el aroma a margaritas me embriagó.
Zafiro se reunió con el grupo y yo me dirigí al sanitario, necesitaba refrescarme.
Estar cerca de él, sentir su aroma dolía...traía pesadumbre a mi dañado corazón.

Suspiré.

Debía ser fuerte .

Por ellos.

Por mí.

-¿Podemos hablar?- oí su voz a mis espaldas, logrando que un escalofrío se incustara en mí.

¡Demonios!

Futuro Incierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora