-Se llama ceguera atencional-respondí orgullosa.
-¿Qué rayos es eso?-indagó entre risas Zafiro.
-Quiere decir que mientras estás tan centrado en una cosa, no puedes ver lo que sucede a tu lado.
-Eso en mi mundo se llama ser un idiota -interfiere Seiya cuando se une a nosotros en la barra.
Habíamos decidido al fin reunirnos todos a beber para celebrar el cierre del contrato. Se suponía que él no vendría.
-¿Entonces eres el rey de los idiotas?- sabía que me estaba pasando, estaba delante de mis amigos y Seiya era nuestro jefe, pero no me culpen a mi, culpen al alcohol que llevo en el sistema.
-Muchas veces lo fuí -respondió con su mirada fija en mí- pero intento remendarlo.
-Muchas veces con intentar no basta.
- El que insiste no desiste-rió.
-A veces es más fácil desistir que darse la cabeza contra la pared una y otra vez.
-A veces es necesario darse la cabeza contra la pared para darte cuenta de ciertas verdades- Contraatacó.
No sabía si llorar o reírme, o simplemente arrojar el vaso de wiski que tenía a medio tomar en mi mano en medio de su bello rostro. Ok necesitaba aire ¿bello rostro? ¿¡Qué rayos estaba pasando conmigo?
-Brindemos por esta nueva sociedad-gritó Zafiro llamando la atención de todos, gesto que agradecí internamente, pues ya todos nos miraban indagantes.
-¡Salud!- gritaron felices al unísolo, y yo tomé ese momento para escabullirme al patio trasero.
Mis manos buscaron mi celular con desesperación, ahí yacía la única evidencia por la cuál no debía darle tregua a ese maldito hombre traicionero -mi pequeña- suspiré mientras las lágrimas se agolpaban por salir.
Instintivamente llevé mi mano a mi vientre ahora plano, y el dolor fué mayor, más latente, hace rato no bebía, y estos eran los motivos que me lo impedían.Me senté en una pequeña banca intentando recuperar mi ritmo, no podía desmoronarme ahora, no delante de todos ellos. No frente a él.
-¿¡Qué carajo fué todo eso!?- oí a mis espaldas. Preferí hacer oído sordo por el momento -sé que me escuchaste Serena- Zafiro se dejó caer a mi lado un tanto frustrado por no sacar una respuesta de mis labios -fué raro-siguió hablando- parecía un debate muy personal, creo que tanto él resto como Yo, pensamos que si no si iban a las manos, terminarían besándose.
-Jajaja, creo que ustedes tienen mucha imaginación.
-¿De dónde se conocen Sere? Porque es más que obvio que no es de ayer- pude sentir el porqué de su curiosidad, así que respondí.
-Primero y principal, nunca besaria a nadie delante de ti- aclaré -no soy ninguna zorra-me guiñó un ojo en respuesta - Segundo no lo volvería a besar por nada en el mundo, le odio -espeté, y luego me dí cuenta que había hablado de más.
-Entonces lo conoces- afirmó más que preguntar.
Suspiré y él me abrazó...¿Qué podía ocultarle?
Zafiro había conocido una parte de mí que nadie más vió, la parte más ruin y cobarde, el lado turbio y oscuro de mi vida.
Así que lo solté sin contenerme en nada- Es él- sólo esas dos palabras bastaron para que él comprendiera y su semblante se distorsionara.
En un instante se puso de pié y se disponía a marchar sin decirme nada, pero mis reflejos fueron más veloces y lo tomé por su chaqueta haciendo que volteara -¿A dónde vas?-A cancelar el contrato- dijo como si nada- No consentiré que pases tiempo a su lado.
-Detente. No lo hagas -pedí- no puedes cancelar ese contrato, esto no se trata de ti o de mi, se trata de ellos - le dije refiriéndome a nuestros camaradas- hemos esperado un negocio cómo éste hace tiempo, y lo logramos -le sonreí. Pero no funcionó, no estaba llegando a lo que quería.
-¿A costa de qué?-farrulló- ¿A costa de tí? ¿De tu sufrimiento? ¿De tu dolor?- recalcó negando con su cabeza- No Serena, esto se termina aquí y ahora.
-¿Qué es lo que se termina?- la voz de Seiya a nuestras espaldas nos tomó por sorpresa a ambos. Su semblante estaba serio, por eso me pregunté que tanto había oído...
-Señor Kou- intervino Zafiro, pero la penetrante mirada de él, estaba posada en mí - Me gustaría poder hablar con usted en privado.
-Claro, detrás de la barra hay un cuarto que podemos usar, vamos...
-No- intervine- Seiya danos un minuto- él me observó serio- porfavor - rogué.
-Esta bien- suspiró - si me necesitan estaré dentro- su mirada se desvió de uno al otro y luego se marchó con el grupo.
-¿¡Qué demonios pensabas hacer!?
- Lo justo- respondió como si nada.
-No cancelarás ese contrato, ¿Qué no leíste las cláusulas?- me observó con intriga y yo bufé - las cláusulas decían que por tres meses nos debemos a ellos. En caso de retractarnos, deberemos pagar el doble de la inversión que ellos han echo en nuestro emprendimiento.
Zafiro se tensó, tal y como lo supuse -Pero tú no puedes...
-¿Me ves llorando, sufriendo o alcohólica? - su negativa ya me estaba consumiendo- tenemos que hacer esto Zaf, lo necesitamos, ellos - señalé a nuestro grupo el cual se divertía dentro ajeno a todo- ellos nos necesitan, necesitan esto.
-Serena...temo por ti - sonreí enternecida - temo por como te pueda afectar esto, como te afecte él. Yo estuve a tu lado cuando te convertiste en la misma nada... si él.. ...si él llegase a...
-Él ya no tiene ese poder en mí -dudé- Esto es lo que anhelamos por tiempo...no mezclemos negocios con mi vida personal -asintió.
-Esta bien- suspiró - pero me dirás cuando esto te pese-asentí- te hablo en serio. Si en algún momento sientes que no puedes más, me lo dirás.
-Lo haré.
-Promételo-pidió.
- Te lo prometo Zaf, si en algún momento el tiende a molestarme o insinuarse, serás el primero en saberlo.
El aceptó no muy convencido, sabía que yo me callaba todo hasta el momento en el que explotaba.
Entramos una ves más y el aroma a margaritas me embriagó.
Zafiro se reunió con el grupo y yo me dirigí al sanitario, necesitaba refrescarme.
Estar cerca de él, sentir su aroma dolía...traía pesadumbre a mi dañado corazón.Suspiré.
Debía ser fuerte .
Por ellos.
Por mí.
-¿Podemos hablar?- oí su voz a mis espaldas, logrando que un escalofrío se incustara en mí.
¡Demonios!
ESTÁS LEYENDO
Futuro Incierto
FanficTienes que haber leído "Destino Incierto " para comprender está segunda parte... Espero lo disfruten tanto como disfruto escribirla... -¡Te lo pedí...te rogué que no me ocultaras nada! ¡Me mentiste y en la cara!- grité frustrada y dolida. -Nada es l...