Serenata Huasteca.

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Hola! Hola! ٩(^ᴗ^)۶

Este es un buen momento para decir que no pude poner las canciones originales pero puse las versiones que a mi me gustaron más, espero las disfruten igualmente ʕ→ᴥ←ʔ

Sin más que decir, espero disfruten su lectura! 

—0—

[Canto al pie de tu ventana, pa' que sepas que te quiero...

Tú a mí no me quieres nada, pero yo por ti me muero...

Y dicen que ando muy errado, que despierte de mis sueños...

Pero se han equivocado ¡Porque yo he de ser tu dueño!

Qué voy a hacer, si deberás te quiero...

Ya te adoré ¡Y olvidarte no puedo!...]

...

Atsushi estaba comenzando a arrepentirse de haber aceptado la ayuda de Dazai.

—Dazai. —Comenzó el joven albino, observando como el castaño estaba trepando con demasiado esfuerzo una de las enormes paredes de la hacienda de la familia Mori. Detrás de Atsushi se encontraban los hermanos Tanizaki con expresiones de incredulidad. —Estoy bastante seguro que lo que estamos haciendo va contra las leyes y que si nos atrapan nos pueden enviar a prisión.

—Las leyes no existen Atsushi. —Habló el castaño cuando pudo llegar por fin a la cima de la pared. —Mientras no dañemos a terceros, lo demás es subjetivo.

—¡De subjetivo nada! ¡Simplemente no podemos hacer esto! —El albino quería arrancarse los cabellos con desesperación, muy en el fondo se lamentaba en no haberle hecho caso a Kunikida.

—Atsushi. —El albino se volteó mirando a su amigo pelirrojo, Jun'ichirō se miraba nervioso, en una mano mantenía sujeta su gran trompeta y del otro lado tenia a Naomi colgada del brazo, abrazándolo con fuerza. —No creo que esto sea una buena idea...

—¿Qué tanto están hablando ahí abajo? ¡Vengan, démonos prisa antes de que Tachihara venga a arruinarnos la fiesta! —Los tres jóvenes comenzaron a hacer muecas desesperadamente para que el castaño guardara silencio antes de que terminara despertando a todos en la hacienda.

Atsushi suspiró derrotado, sujetando con fuerza su guitarra mientras se encaminaba hacia el enorme muro para comenzar a escalar también, pues como solían decir por ahí "al mal paso, darle prisa". El albino trepaba con cuidado, recordando con pesimismo el motivo por el cual ahora se encontraba en aquella bizarra situación.

—¡Vamos a llevarle una serenata! —Apuntó Dazai como si fuera lo más obvio del mundo. Atsushi lo miró confundido unos segundos, procesando lo que el mayor había dicho. —Nos llevaremos a los hermanos Tanizaki para que nos ayuden con la música.

—Pero... —Dazai seguía hablando solo sin escuchar los reclamos del menor.

Atsushi no estaba del todo seguro del plan del castaño, si bien la idea no sonaba del todo mal o descabellada, incluso podría decirse que era bastante romántica, el albino estaba bastante seguro que el azabache no tenía el porte de alguien que disfrutara de ese tipo de demostraciones de afecto, es más, Atsushi no estaba seguro de que el azabache siquiera disfrutara de las demostraciones de afecto. Cuando Dazai le ofreció su ayuda, el joven de ojos heterocromáticos estaba pensando en algo más sencillo, más simple, tal vez intercambiar cartas o pequeños encuentros planeados, no llevar todo un trio musical al balcón de Ryuunosuke.

—Todo será perfecto, primero escalaremos las murallas, después burlaremos la patética vigilancia de Tachihara en su propia cara y luego arrojaremos una pequeña piedra a la ventana del raro sin cejas para que salga, entonces los hermanos Tanizaki comenzaran a tocar y a mi señal, pequeño Sushi, comenzaras a cantar con todo el sentimiento que puedas tener en esos momentos. —Terminó el castaño ante la asombrada y aterrorizada mirada del albino. —Un plan perfecto y sin margen de error ¿Qué te parece?

Serenata a la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora