Confía En Mí [ Rin Okumura x Tú]

Cap 1.

Narra (...)

Abro los ojos al oír a mi madre llamarme para ir a mi primer día de escuela y al levantarme me doy cuenta de la hora que era.

-¡¡Voy a llegar tarde a mi primer día, no puede ser!! - Digo levantándome rápidamente para vestirme y bajar las escaleras a toda prisa.

-(...) ¿No desayunas? - Escucho decir a mi madre al verme viajar las escaleras.

-No tengo tiempo - digo, agarró el almuerzo y me pongo la chaqueta mientras que sujeto la volsa con mi comida en mis dientes.

Salí corriendo por la puerta y me monté en la bicicleta rápidamente para después pedalear como si me persiguiera el mismo satán.

-¡Ayuda! - oigo decir a alguien a mis espaldas.

Rápidamente me volteo para darme cuenta de que detrás de mí había una niña.

-Maldición - susurro para después dar media vuelta y acercarme a la pequeña niña que lloraba desconsolada.

-¿Qué sucede? - La dije sonriendo tratando de consolarla.

-Mi perro, lo he perdido y no lo encuentro por ningún lado. - Me explicó ya más calmada.

-Yo te ayudo a encontrarlo, no te preocupes - dije acariciandolé la cabeza para después de preguntarle cómo era para poder buscarle.

Giré la calle corriendo mientras lo buscaba gritando su nombre cuando me encontré con un chico de mi misma edad que usaba lentes con el pequeño perro cargado en brazos.

Me acerqué a él aliviada.

-¿es tu perro? - preguntó el al ver que me acercaba.

-¿Eh?, no es mío pero si conozco a su dueña. - Le dije para tras explicarle lo ocurrido guiarle hasta la pequeña niña que al verlo sonrió y corrió acia el.

Miré mi reloj, definitivamente ya no llegaría a tiempo.

-Bueno yo me voy ya o no llegaré a tiempo. - Me excusé.

-¿Tú también Irás a la Vera Cruz? - Me preguntó el al ver mi uniforme.

-Sí-le contesté.

El miró el reloj para después sorprenderse al ver que también llegaba tarde a un encuentro.

-En fin, espero que nos volvamos a ver. - Dije levantando mi bicicleta dispuesta a irme, pero noto un leve tirón de mi chaqueta haciendo que baje la mirada.

-Toma, te quiero dar esto.-dijo la niña buscando en su  bolsillo, para luego sacar de él una especie de "amuleto".

-Me lo dió un sacerdote, dice que da buena suerte. - Me decía extendiendo su brazo para que pudiera cojerlo.

Yo cerré su puño haciendo así que su regalo quedasé en el.

-No creo que te lo diera por nada-dije sonriendo para después pedalear en dirección a mi escuela.

[...]

De camino a la escuela pasó a mi lado una gran limusina rosa enorme con banderitas y extremadamente rara que se paró a mi lado en un semaforo.

Miré en su interior y me asombré al ver al director Mephisto Pheles en ella junto con aquel chico de lentes con el que me había encontrado antes.

Disimulé mientras intentaba ver la cara de otro chico que iba con ellos de reojo.

El semáforo se puso en verde y seguí pedaleando rápidamente hasta llegar a la escuela.