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Él alcohol estaba siendo parte del cuerpo del latino, su mente y alma estaba a favor de la despreocupación y la sazón de la borrachera lo volvía loco.
Tomo los hombros del alemán y lo tiro a la cama, colocando sus brazos alrededor de su cuello y besando sus labios. Además aprisionando su cuerpo bajo él y manteniendo sus partes bajas pegadas a la otra.
Alemania sentia el sabor de aquella bebida entre el beso disfrutando mas aquel afecto. Pero se sentia raro, no se sentia bien.
Estaba abusando de la confianza del chileno y no queria crear algún error para que este destruyera su amistad, además, aún no estaba seguro respecto sus sentimientos por él latino.
– C-chile...N-no.... —Alemania intentaba hablar pero era detenido por los besos que le proporcionaba él de parche. – ¡Chile!.
Cuando logro separarse él chileno lo miraba aterrado. Pensando que le haria algo malo los efectos de el alcohol a un lo dominaban.
– Tranquilo, no debes dudar ¡Hip! —Un leve hipido salio de los labios húmedos y inchados del chileno, algo adorable a los ojos del alemán.
El dolor lo comía por dentro, sabia que tenia que parar pero su cuerpo le indicaba otra cosa. Ademas de que no saldria a la calle con un pequeño problema en sus pantalones.
Pero en esos momentos no sabia que pensar a si que solo pensó en lo primero que se le vino a la mente.
Al diablo ser buena persona.
Por primera vez disfrutaría algo como eso.
Ataco con rudeza los labios del chileno, algo sorprendente a la mente hueca del sudamericano.
Él calor aumentaba entre los dos y entre un movimiento rápido Alemania quedo encima de Chile separadose para respirar, pero aun los conectaba un hilo de saliva.
Los lentes del europeo estaban húmedos pero estos fueron retirados por él de parche. Alemania en "venganza" quito el parche del ojo del latino dejando ver aquella cuenca vacía y muy pero muy oscura.
Chile, sorprendido por lo que hizo el europeo sintió miedo de como podia reaccionar este al ver tal aberración. Pero Alemania le resulto hermoso aquello, volviendo a besar al sudamericano con la misma rudeza de antes.
Nadie lo detendría.
Este era un momento para los dos, para volver a perder la cabeza, no como su padre que era un desquiciado. No iba a detenerse por nada del mundo.
Quería aprovechar aquella oportunidad.
Quería volver a sentir amor, como lo sintió en él pasado, como lo sintió él chileno, y quería ayudarlo a superar aquello aunque probable es que no recuerde al día siguiente.
¿Pero que interesaba en esos momentos?
Marco su paso de besos sedientos hacia su cuello, succionando y mordiendo con aquellos dientes afilados que se conocían como; dientes de tiburón. Lamia la sangre que salia de estas heridas y seguía su paso, a quitarle la parte superior de la ropa del chileno.
Chile tenia su mente en quien sabe donde, solo disfrutaba, soltando uno que otro jadeo y gemido, debido al dolor que le proporcionaba él europeo mordiéndolo. Era sadomasoquista al parecer.
Tendrían una noche bastante ruda.
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