Dos palabras:
"Primer día de instituto".
Ya, ya... Eso son más de dos palabras, pero estaba muy nerviosa, ¡el instituto se acercaba!
Y lo que me daba más miedo no era precisamente Biología, ni Matemáticas, sino yo misma. Desde hacía tres años, siempre había sido la pardilla del grupo, la invisible, la idiota... Pero eso se iba a acabar, no podía seguir de brazos cruzados, mientras que todos se burlaban de mi. Y así fue como todo empezó, como la nueva Alex salió a la luz...
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-Wow...- A Valentina se le cayó la boca al suelo.
-¿Hay algo malo?- Dije mientras me miraba otra vez en el espejo.
-¿Malo? ¡Es genial!-
-No se...- Mi voz sonaba algo indecisa
-¿¡Estas loca!?- Dijo exagerada.
La verdad es que este cambio repentino de look me sentaba bastante bien.
Mi pelo ya no estaba recogido en un moño como de costumbre, sino que ahora caía sobre mis hombros ondulado y despeinado al mismo tiempo. Mis ojos al fin resaltaban su azul celeste, gracias a un poco de maquillaje, y mi cuerpo, se veía mucho más estilizado con camisetas ajustadas, una chaqueta de cuero negra, y unos jeans negros ajustados. Me sentía guapa, algo que no había sentido desde que tenía siete años, y me vestí de princesa.
-¿Y bien?- La voz de Valentina me hizo volver en sí.
-¿Qué?-
-¿Cómo te sientes?-
Me volví a mirar en el espejo, realmente me sentía bien.
-Me encanta...- susurré.
-Ahora solo te queda otro pequeño detalle para ser la chica dura de West High.- Bromeó.
-La actitud-
Miré a Tina con cara de interrogación, y ella comenzó a reir.
"Muy bien, adelante ríete de mi ignorancia" pensé.
-No basta solo con aparentar ser una chica mala, al final todos se darán cuenta de que sigues siendo la Alex de siempre, y esto no servirá de nada.-
-Y entonces, ¿qué debo hacer?-
Valentina entrelazó sus manos, y puso una sonrisa malvada.
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Y aquí estamos, una semana después de mi gran cambio, y el momento más temido... Primer día de instituto.
Y allí estaba yo, frente al reloj, esperando impaciente a que sonara el despertador. Llevaba casi toda la noche sin poder dormir, ¡no me culpeis!, no sabéis lo difícil que es dormir cuando no paras de pensar en el día siguiente. Es imposible...
"Pipipipipipipipip"
Al fin me levanté, despues de estar tres horas sin hacer nada, escuchando musica en mi iPod, e intentando inutilmente dormir.
Victoriosa, apagué la alarma del reloj, y me dispuse a prepararme para el que sería el día más terrible de mi vida.
Pelo ondulado...
Maquillaje...
Ropa sexy...
Actitud fuerte...
"Sí, creo que no se me olvida nada".
-¡Alexandra!-
La voz de mamá retumbó por las escaleras, y fueron a parar a mi cuarto.
-¡Ya voy mamá!-
Me terminé de acomodar el cabello, y salí de mi habitación con el sonido de dos tacones a mi paso.
-Valla... ¿Cambio de look?-
Puse los ojos en blanco.
-¿Ah si? No me había dado cuenta.- Dije irónicamente.
-Come rápido, antes de que llegue tarde al trabajo.-
Mamá era camarera del Moon Light, un restaurante muy lujoso de la ciudad. Le costó mucho llegar hasta ahí, muchas noches en vela y turnos de noche, pero al fin lo ha conseguido. Aunque no del todo... Su sueño era ser chef, aunque, parece ser que la suerte no estuvo de su parte.
-¡Vamos!-
Acabé de comer una manzana, y me apresuré a coger mis cosas para salir. Obviamente, mi cambio de look no implicaba desacerme de mi macuto rojo de Hello Kitty.
Corrí hacia el coche, mientras veía un soleado cielo, al sur de California.
West High es uno de los colegios públicos de la zona. No diría que es del todo un mal colegio. Cuenta con múltiples aulas, laboratorio, taller..., un comedor, una piscina y un gimnasio. Pero lo que más me gusta de todo es el increíble jardín que tiene, al lado de la pista de Fútbol Americano, hay unas vistas tremendas desde ahí.
Mamá aparcó frente a la puerta del instituto, y salió huyendo hacia su trabajo, como normalmente suele hacer.
Al principio estaba un poco asustada, todo el mundo en la entrada había puesto sus ojos en mí. Parecían estar escaneándome, y por fin vi mi salvación.
-¡Hey Tina!-
Valentina estaba sentada en las escaleras de la entrada, supongo que esperándome.
-Alex, ¡estas increíble!-
Sus palabras, solo hicieron que más gente se girara para mirarme.
-Vamos ven.- Tiré del brazo de Tina, llevándola hacia una zona apartada.
-¿Que te ocurre?-
-Estoy verdaderamente aterrada...- Mi voz sonaba inestable, e insegura.
Ella me miró con incredulidad.
-Alexandra Collins, ¿cómo puedes decir eso después de todo lo que has aprendido?-
Entonces recordé las clases de autoestima de Tina. Y de repente mi cara cambió completamente.
-Tienes razón.-
Pude oír una ligera risita de Tina, pero no me importó seguí adelante hasta que llegamos de nuevo a la puerta principal.
Igualmente, la gente no paraba de cachearme y mirarme de arriba a abajo, con caras de embobados.
Yo paseaba tranquila y segura, elegante y dura, mientras Valentina, se partía de la risa viendo las caras de todos. Mi corazón iba a cien, pero mi mente estaba tranquila.
"Estas estupenda, solo miran porque estas estupenda..."
Mi corazón se paró al oír una voz muy familiar detrás de mí.
-¿Tu eres la chica nueva?-
Una sexy y profunda voz hizo que mi repiración fuera inestable. Pero al girarme, mi sangre hirvió.
-¿Alex?-
-¿Te conozco?
Oh, claro que le conocía, su nombre era como el de Rihanna, todo el mundo lo conocía. Jordan Parker, mujeriego, egoísta, egocéntrico, popular, capitán de Fútbol, y unos de los chicos más perfectos de todo el instituto.
-Pero-
Lo dejé con la palabra en la boca, mientras me alejaba dejando el dulce olor de mi perfume.
Ahora ni siquiera Parker me impresionaba, había dejado atrás a la estudiosa y perfecta de Alexandra, para dar paso a otra persona, una chica cuyo nombre todos sabrían a partir de ahora: Alex.
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Inténtalo
Novela JuvenilAlexandra Collins, más conocida Como Alex, es la chica mas tozuda, desagradable, ironica y estúpida de todo un West High.Pero A Pesar de todo, sigue siendo irremediablemente guapa. Jordan Parker, guapo, chistoso, popular y terriblemente egocéntrico...