Capítulo 1

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De regreso a América.

Cuando la turbulencia del avión se detuvo y por fin las luces de poderse levantar se encendieron, Wanda se quitó de inmediato el cinturón y se dirigió al baño para echarse un poco de agua en la cara.

Su fiereza al levantarse no pasó desapercibida para su novio, pero Wanda no le dio la mayor importancia, Jericho siempre era así y a veces analizaba a las personas sin ser consciente de ello.

Incluso se sorprendió al arrebasar y ganarle el lugar a una chica que también iba en la misma dirección hacía el baño, Wanda simplemente le dirigió una mirada en disculpa y se encerró en aquel baño pegando su espalda a la puerta e intentando cambiar sus nervios.

América nunca fue su lugar favorito en el mundo, quizá por un periodo de tiempo llegó a serlo, aquellos años en el pasado en los que pensó que su felicidad duraría para siempre y que el lugar era lo de menos, no como Sokovia, su lugar de origen, que de igual manera nunca fue un hogar.

Una vez que se calmó un poco, Wanda intentó dar la mejor cara que pudo para tratar engañar a un psicoanalista profesional, que además era su pareja desde 8 años atrás, más dos en los que sólo convivieron como amigos.

Diez años en ese momento parecían tan poco...

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-Wanda, no tenemos que hacer esto. -Afirmó Jericho una vez que ella se sentó mientras tomaba su mano y besaba sus nudillos.

-Creo que ya es un poco tarde para pensarlo. -Respondió Wanda con ironía y señalando a su alrededor.

-Podemos estar unos días de vacaciones aquí y después regresamos a casa, tenemos abogados que pueden hacer lo mismo que haremos nosotros en aquellas juntas.

-Esto es importante Jericho, además quisiste hablar sobre eso de unir nuestros capitales, nos necesitan personalmente en las juntas.

-Bueno pues no puedo prometer que todo irá bien, pero al menos te prometo no apartarme de tu lado mientras estemos aquí.

Wanda asintió mirando a la ventana del avión, observando como pasaban entre la luz del día de un huso horario a otro con la noche, la mujer emitió un suspiro ahogado, más diez horas de viaje de Australia a Nueva York sonaban largos cuando muy en el fondo de ella no quería arribar y enfrentarse al pasado.

-Te amo Wanda. -Le dijo Jericho cuando la abrazo desde su asiento y miraba junto con ella la vista de la ventana.

-Yo también te amo. - Respondió ella sin ningún ánimo real.

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-Voy a matar a Natasha. ¡Cambiaron todo! No sé a dónde vamos, sinceramente. -Dijo Wanda de la mano de su novio recorriendo el enorme lugar en el que ambos habían trabajado.

-Bueno el edificio y las salas siguen siendo las mismas pero supongo que es en... ¿La sala principal? -Preguntó Jericho incierto.

-Tiene sentido, estaremos todos los inversores de la rama.

-Nat no responde el teléfono, pero falta media hora, creo que es el tiempo que necesitamos para encontrar la sala correcta. -Planeó Wanda mirando el mensaje de su amiga en el teléfono.

-Mi intuición me dice que al menos es en este piso, me parece recordar que aquí hacíamos esas juntas. -Respondió el hombre en un ceño.

-Bueno en esta no es. -Respondió Wanda al cerrar una de las puertas de una sala vacía.

Y así continuaron buscando el dichoso lugar con Wanda irritandose a cada minuto que pasaba pues ser puntual era su mayor virtud o defecto para las personas que la rodeaban.

Lazos (en Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora