Capítulo 4

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Primera noche juntos

Persefone se encontraba enfrente de la puerta de la habitación de Hades, era una gran y alta puerta de madera negra, tomando una bocanada de aire toco la esta esperando a que el ser que se encontraba del otro lado le abriera.

Hades se encontraba leyendo un nuevo libro, la trama sin duda lo hacía sumergirse en su lectura, al escuchar la puerta ser tocada se extraño sinceramente, creía que había escuchado mal, así que espero un momento en completo silencio hasta que el golpe suave volvió a oírse; esta vez levantándose se acercó a la entrada de su recámara para abrirla y encontrar tras ella a Persefone con un leve sonrojo.

—¿Sucedió algo Persefone? — cuestionó curioso y preocupado, al punto de dejar de lado su formalidad con la joven.

Persefone había perdido esa confianza que logró reunir para hablar con Hades, pero al ver a su esposo tan angustiado y tomando una larga bocanada de aire lo miro a los ojos, diciendo al fin el motivo de su visita.

—No logró conciliar el sueño, los lamentos de las almas se escuchan desde mi habitación y me impiden dormir bien.— pronunció con un leve temblor en la voz a causa de los nervios.

— Entra, así veo en que puedo ayudarte.— ya más calmado se hizo a un lado para dejar que ella entrara en su recámara.

Persefone al entrar observo maravillada la habitación, pues era incluso más grande que la suya, la pared enfrente a la entrada era un gran ventanal que dejaba apreciar casi todo el reino, el muro de la derecha era un librero completamente lleno, esto no la sorprendió, pues ella era consiente de que Hades era un ávido lector, la habitación no poseía un escritorio como la suya, pero si contaba con un sillón  de aspecto cómodo color champagne junto al ventanal este se encontraba acompañado de una manta y unos cuantos libros esparcidos por el suelo; del techo colgaba un candelabro de plata finamente pulida, que brillaba con luz propia, debajo de esté una cama similar a la suya, pues ahora que observaba la habitación eran colores opuestos, el suelo de mármol negro acompañado de muebles claros de color crema y una alfombra color gris oscuro era lo que observaba a simple vista.

Se dirigió a la cama de docel cuyas cortinas se encontraban casi todas cerradas, se acomodó en la orilla de esta y miro a Hades confensandole el por qué exactamente no lograba dormir.

Hades la escuchaba atento y mientras pensaba en como solucionar el predicamento de la joven reina le ofreció sus aposentos para descansar.

—Puedes quedarte aquí si te apetece, al menos mientras pienso como acallar los lamentos que llegan a tu alcoba—

—¿Y tú donde dormirás? — pronunció mirándolo curiosa, el poco tiempo que llevaba ahí sabía que el Dios no dudaba ni por un segundo en buscar su comodidad, pero de eso a quitarle sus aposentos, a la joven no le pareció del todo bien.

—Descuida querida, puedo dormir en otra habitación si eso te preocupa — acercándose a ella pronunció con voz calma.

La joven mirándolo a los ojos murmuró suavemente — P-pero no vine aquí para quitarte tus aposentos Hades... —

El soberano se encontraba sumergido en esos ojos color Jade y mientras le acariciaba la mejilla con delicadeza no pudo evitar decirle — Si confías lo suficiente en mi, podría dormir a tu lado. —

Tomando con cariño la mano de su rey dijo en un susurro íntimo —Eres en quien más confió mi querido. — recargando la mejilla en la mano de él prosiguió — Se que nunca harías algo en contra de mi voluntad, me lo has demostrado el tiempo que llevo aquí.—

La alegría del Dios de las sombras al escuchar esa confesión de parte de su amada, sonrió con los ojos brillantes de alegría, su querida Persefone confiaba en el.

Hades Y PersefoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora