Capítulo 7

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La risa de Hades

Algo curioso en Hades es que no suele reir, pues es de personalidad bastante sería debido a la importancia que le atribuye a sus labores en el Erebo; en su rostro no verás más que una sutil sonrisa de medio lado, normalmente hecha por cortesía o reflejo, y si tienes la suerte de tener su aprecio, como en el caso de su esposa, podías llegar a ver una sonrisa completa de blancos dientes y un unico hoyuelo situado en su mejilla izquierda.

No suele ser muy expresivo con su felicidad, sin embargo, el no reír no evita que la alegría y dicha iluminen sus ambarinos y expresivos ojos; puesto que si bien el no mostraba una sonrisa permanente, como su hermano menor Zeus, podías llegar a distinguir su dicha si prestas suficiente atención a su mirada.

En cambio sus súbditos han notado que, desde la llegada de cierta joven pelirroja, su soberano es mucho más alegre y amable.

Y es que la llegada de Persefone colocó todo el estructurado y sombrío mundo de Hades de cabeza; cambiandolo en su totalidad por un mundo lleno de flores y risas de la joven por el amplio castillo del Inframundo. Si bien algunos cambios eran bruscos, como por ejemplo el momento en que su jardín de una mañana a otra ya era cubierto de flores y colores de todo tipo, otros en su lugar solían ser más paulatinos y sutiles como el hecho de que su cercanía con la reina de ese territorio era cada vez mayor; y esto podía verse reflejado en como ahora su forma de dirigir era más amable. Puesto que él siempre fue temido por su, casi tiranica, forma de gobernar, ahora tomando un consejo de su esposa perdonaba un alma que se encontrará en el Tártaros por cada año que cumpliera su matrimonio, pues la primera, simbolizando su unión, había sido perdonada por voto de ambos.

Persefone está vez se encontraba con una pequeña misión.

Hacer reír a su esposo.

Pues ella tenía curiosidad del como sería la risa de su amado ¿Sería silenciosa? ¿Estridente y contagiosa? ¿O simple y suave? Estas preguntas rondaban la mente de la joven cuando le veía esbozar una sonrisa más grande de lo habitual en el.

Esa mañana en el Inframundo ella despertó antes, cuyos minutos aprovecho para admirar el dormir de su esposo, puesto que ella tenía sabido lo poco que descansaba y lo ligero que era el sueño de este. Es así como mirando el rostro sereno del Dios decidió ese día hacerle reír, sonriendo como la pequeña traviesa que era se levantó una vez Hades hubo abierto los ojos.

 Es así como mirando el rostro sereno del Dios decidió ese día hacerle reír, sonriendo como la pequeña traviesa que era se levantó una vez Hades hubo abierto los ojos

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Su primer intento ocurrió de camino al comedor del castillo, decidió sorprender a su querido con algo a lo que ella no podía resistirse.

Cosquillas.

Aminoró un poco sus pasos dejando que Hades se adelantará un poco y en cuanto estuvo detrás de el se abalanzó a sus costados moviendo de forma rápida sus dedos.

Sólo consiguió una mirada confundida por parte del azabache.

— Persefone ¿Qué haces? — le pregunto en cuanto sus ojos se encontraron.

Hades Y PersefoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora