Capítulo 5

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Estaba durmiendo profundamente cuando mi alarma sonó a un lado de mi oído. Enojada por el aturdimiento, lanzé mi mano al botón de la alarma para callarla de una buena vez.

Adormilada rodé de la cama sosteniendo fuertemente mi bata a mi alrededor. Los borrosos recuerdos de la noche pasada lentamente se filtraban a mi mente y se fueron haciendo más claros, lo recuerdo a él, el hombre, mi 'esposo'.

Me levanté de la cama sintiéndome repentinamente agitada.

No recuerdo haber caminado de regreso de cementerio, o haberme quitado el Maxi vestido de Laura ¡Ni siquiera recuerdo haber entrado en la cama! Pero recuerdo esa voz...y esos labios.

Mi corazón se aceleró y no me gustaba.

Sacudiendo mi cabeza traté de ponerlo todo junto. Mi cerebro trató de explicar racionalmente los extraños recuerdos que tuve de la noche pasada. Tal vez tomé demasiado, tal vez me drogaron o simplemente me golpeé la cabeza muy fuerte de regreso a mi cuarto, o puede que sea el comienzo de una decaída mental.

Quejandome, caí de nuevo a mis almohadas deseando algún tipo de explicación por lo sucedido. Sabía que cualquier tipo de estrés o depresión podían hacer que una persona vea cosas, pero en el fondo, sabía que el hombre de anoche era real, aun que mi cabeza dijera que era imposible.

¿Podría existir realmente un vampiro?

Abriendo mis ojos, mire al techo por un rato, preguntándome si en realidad quería que mi misterio vampírico fuera real o no. Si él era real, entonces anoche, cuando me mordió, me convirtió en uno de ellos.

Así que, hipotéticamente, si yo era un vampiro, la luz del Sol me quemaría, los cruzifijos de plata igual y me sentiría repulsada por el olor del ajo.

Esto me dio curiosidad para investigar. Así que salí de la cama y me preparé para la primera prueba de: "¿SERÁ MÍA UN VAMPIRO?"

Caminé directo a mis cortinas cerradas y las abrí solo un poco para que solo una pequeña cantidad pasara a mi habitación. Parada en las sombras de mi cuarto, sacudí mi mano sobre el rayo de luz... y nada pasó.

Mi mano se sacudió por la luz sin ningún problema.

Así que supongo que eso significa que no soy un vampiro, aún así no estaba cien por ciento segura. La única referencia sobre vampiros que tengo son las películas de terror que veía cuando era adolescente. Tal vez los vampiros resistían la luz solar... lo que nos lleva a lo mismo. Tal vez sí podría ser un Vampiro. También no descartaba la idea de que podría tener una decaída mental.

Me derrumbé de nuevo en mi cama preguntándome, ¿Qué diablos estaba mal conmigo?

"Estoy perdiendo la mente." me dije calladamente a mí misma.

'Mía...'
"¿Qué diablos?" grité sentándome en la cama.

De pronto hubo pánico a la puerta de mi dormitorio. La voz de Laura Taylor gritaba, "¡Hayden, ¡¿Estás ahí?!"

Abrí la puerta y vi a Laura todavía en su disfraz. Olía terrible, literalmente, como cigarrillos, vodka, vómito y sudor. Mi estómago no respondió bien al olor y luego me aparté de ella dando un paso atrás.

Laura empezó a llorar, "¡Tú perra! ¿Pensaste que fue divertido? ¡Tuve a todo el equipo de fútbol en el cementerio Buscándote!" me gritó con rabia.

"¿De qué estas hablando Laura?" le contesté.

"Los chicos que cuidaban las puertas del cementerio te escucharon gritar justo después de que las campanas de la Iglesia sonaran y marcaran la medianoche. ¡Pensaron que te estaban matando o algo!" Laura dijo con lágrimas en los ojos. "¡Pensé que estabas muerta!"

Estaba sorprendida de ver a Laura preocupada por mí y muy molesta también. Nunca pensé que ella sería capaz de mostrar aunque sea un poco de honestidad.

No tenía idea de lo que realmente pasó anoche. El único recuerdo que tengo fue el de haber sido convertida en 'vampiro' , y ¿cómo podría explicarle eso a Laura? 'Oh, por cierto, Laura, pasó que el Príncipe de la Oscuridad es real y anoche se apareció y me forzó a casarme con él en algún tipo de ceremonia de fenómenos con un Sacerdote Zombie.'

"Te odio Hayden. Antes sentía lástima por ti por ser la nerd que nadie quería, pero ahora, oficialmente ¡Te detesto!" Laura tomó la puerta y la azotó tras su salida.

Opté por regresar a mi habitación, cerré la puerta. Me quedé pensando y me pregunté de nuevo, ¿Qué me pasó anoche?¿Era yo un vampiro?

Pasé la prueba de la luz solar, pero, ¿Qué hay del ajo y de la cruz de plata?

Caminé a mi tocador, donde yacía mi joyería. Abrí una pequeña caja y saque un crucifijo de plata que mi tía me regaló de cumpleaños numero 18. Miré la cruz esperando cualquier desagradable sensación que me hiciera alejarme, pero no sentí nada.

Dejé mi dormitorio y fui a la cocina comunal. Sabía que no teníamos dientes de ajo, pero siempre había pan de ajo. Saqué una barra del refrigerador y la metí al microondas. Una vez lista la saqué y tomé una mordida.

¡Sabía delicioso!

Me arrimé a la barra de la cocina. Hasta ahora mis investigaciones ha demostrado que no soy un vampiro. Supongo que esto significa que después de todos estos años de sociología victoriana, la locura llegó a mí. Sus complicadas teorías y escritos incoherentes me llevaron al límite. Caí en la locura y ahora sueño con sexies vampiros. Valla locura.

Terminé el resto de mi pan con ajo y decidí que aún loca debía asistir a clases. Sedienta me serví un acaso con agua y lo llevé a mi dormitorio. Pasé por los cuartos de mis vecinas cuando una puerta se abrió. Un olor que jamás había olido antes mes golpeó los sentidos.

"Mía, gracias a Dios estás despierta." mi vecina Becca dijo sosteniendo su mano, " me he cortado con mi cúter de dibujo." ella dijo.

Mi garganta ardía como el fuego. Me quedé mirando su mano ensangrentada y cómo el líquido rojo se expandía por su vendaje blanco que la cubría.

"No fue un corte muy profundo pero necesito Gaza de la cocina y no quiero sangrar sobre la alfombra." Explicó Becca.

Tontamente respondí, "Claro, te puedo traer algo de Gaza."

"Gracias Mía, ¡eres una estrella!"

Me volví a la cocina y saqué la primera Gaza que encontré en la caja de primeros auxilios bajo el fregadero. Traté de concentrarme en Becca y su herida, pero mi garganta se secaba y parecía empeorar con dolor. Regresé al pasillo y le di la Gaza a Becca.

"Gracias Mía," dijo sonriendo, "Por cierto, amo tus colmillos, se ven tan reales..."

"¿Qué?" Murmuré. Era algo difícil de procesar.

"Los colmillos ¡son asombrosos!" Becca dijo antes de cerrar la puerta.

Negué con mi cabeza. "No, no, no..."

Caminé hasta mi dormitorio y directo al baño. Prendí la luz y para mi horror, dos colmillos suplantaron mis dientes caninos.

"No, anoche nada fue real. No soy un vampiro." me dije a mi reflejo.

Luego escuché el eco en mi mente... ese eco. 'Finalmente, ya despertaste.'

El Príncipe de la Oscuridad (Married to the Prince of Darkness)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora