Desequilibrio Amoroso [yoonmin]

01

Min yoongi era el chico con apariencia delicada pero con la personalidad de un demonio.

Su sonrisa podía llevarte hasta al cielo, pero al abrir su boca te dejaba caer de golpe, sufriendo y llorando en el transcurso

Park Jimin era el pequeño adolescente con apariencia adorable, él parecía un ángel, incluso su personalidad se asimilaba a la de uno. Siempre te regalaría, por más rota que estuviera, una hermosa y dolorosa sonrisa.

Fue un grave error que terminaran en el mismo salón de clases.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Jimin se había mudado a Seúl en su último año de secundaria, como alumno de intercambio, tendría la universidad cerca de la casa de la familia con la que se quedaría, y no había nadie que lo atara a Estados Unidos.

Se encontraba cargando en una mano una valija con ruedas, era algo pesada, pero prefería llegar al hotel caminando, no tenía motivos para ir en coche. Solo viajaba con personas de confianza, por eso siempre tomaba aviones para viajar, y sólo en casos de obligación, como éste.

Tardó unos cortos minutos, el hotel internacional de Corea estaba a unas siete cuadras del aeropuerto, entró gracias a un ayudante del lugar que le abrió la puerta. Fue directamente a la reservación, dijo su nombre completo, y le dieron una tarjeta dorada para abrir su habitación, le dio las gracias con una reverencia. El muchacho de antes llevó su maleta escaleras arriba, mientras que el menor le insistía en que el podia, aquél empleado le susurró que su jefe le estaba mirando desde las cámaras, no quería problema ninguno, después de todo era su trabajo.

Una vez dentro de la habitación, le dio diez mil wones al joven chico. Parecía que estuvo todo el día haciendo cosas parecidas, se merecía un reconocimiento, y Jimin siempre creía que todos merecían saber sobre su esfuerzo. Se despidieron con una sonrisa en el rostro.

Jimin tomó de su valija ropa limpia, aún no podía desempacar, ese mismo día, después del colegio, iría al hogar en el cuál lo habían asignado, su tía Yang Mi se encontraba esperándolo con ansias. Se desnudó completamente, aprovecharía al cien por ciento esa privacidad, tomó las toallas correctamente dobladas de la cama, y fue al jaccuzi, se sentía algo desordenado, no se bañaba desde hace ya dos días.

<<>>

Estaba exhausto por empezar en el nuevo colegio, sentía que este si sería su año, aunque cuando entró al colegio, estaba tan despistado que se tropezó con la espalda gigante de alguien, cayó atontado al suelo. Levantó la vista, iba a disculparse, aunque realmente no sentía culpa, pero sólo lo hacía por cortesía, así lo había educado su Noona. Un chico esbelto, de textura delgada, ojos felinos. Su vista se posó en los delgados labios, que ahora se extendía en una sonrisa, una sonrisa algo rara, siempre notaba cuando eran falsas. Era... interesante.

Cuando el pálido carraspeó mientras le tendía una mano, salió de su observación algo obvia al chico. Tomó la derecha del alto, era algo suave, pero también muy masculina, se notaban en demasía sus venas, azules y violetas. Estaba por levantarse con ayuda de aquél interesante joven, pero sintió nuevamente y con más fuerza que antes el frío suelo. Lo había soltado mientras se echaba a reir con ironía.

Jimin no sintió nada, solo dolor de trasero.

ㅡBienvenido a la secundaria, porqueríaㅡ. Habló con intenciones destructivas. El menor sonreía extrañado, no entendía el chiste realmente.

En realidad, nunca los entendía

El más alto lo miró con el ceño fruncido, el timbre de comienzo de clases sonó, el pálido salió corriendo a sus respectivas clases. Jimin lo imitó.