29.Sanguinaris

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(Anna)

Erika continuaba hablando sobre lo mismo, la historia de nuestro mundo, nuestro mundo antes de la guerra, cuándo los cuatro dirigentes de los elementos actuaban cómo uno solo, en paz. Por supuesto, la mayoría de nosotros ni siquiera recordaba aquellos tiempos, hacía demasiado que la guerra nos atormentaba.
Sin embargo, lo que Erika decía acerca de los inicios de la guerra no era real, no había sido a causa de simples discusiones políticas, había sido un complot entre fueai contra agutie para eliminarse unos a otros y gobernar de acuerdo a sus propios intereses. Hubo una matanza previa entre ambos bandos antes de que la guerra comenzara, espías, traidores, organizaciones enteras eran la orden del día a día. Solo fue cuestión de tiempo antes de que la guerra fuera declarada. Eso fue lo que mi mamá me explicó.
Era injusto que estuvieran ocultandoles la verdad a todos, sobretodo en el instituto, en dónde podríamos ser útiles para terminar con la guerra, con un entrenamiento adecuado, sería solo cuestión de tiempo para lograr la paz.
Abrí la boca dispuesta a rebatir a Erika en su explicación.
-Eso no es...
De pronto sentí cómo mi cuerpo dejaba de responder, cada articulación y músculo se endureció, obligandome a hacer silencio y a la vez estarme quieta. Por más que intenté no podía hacerlo. Reconocí entonces la técnica: control de sangre. ¿Pero quién lo hacía?
El control de sangre había estado terminantemente prohibido desde hacía un tiempo, con la guerra, eso había quedado en el olvido y existían más sanguinaris que nunca.
La clase terminó y con ella, el control sobre mi cuerpo, busqué con la mirada al sanguinari responsable, tomándome de lleno con unos frios ojos verdes.
-¿Tu estabas haciendo la sangre control? ¿Por qué no me sorprende?- pregunté bufando por lo bajo- ¡Lo qué hiciste podría haberme matado!
-Baja la voz ¿Quieres?- dijo Talía rodando los ojos- Tenía todo bajo control, en cambio tu...
-Solo quería decirles a todos la verdad
-¿Y causar pánico, descontrol? Excelente idea- ironizó.-Es un secreto
-Si es un secreto ¿Por qué tú lo sabes?- espeté molesta.
-Mi padre me lo dijo, el solía ser el general de las fuerzas agutie-dijo con seriedad, fruncí el ceño, era exactamente lo que mi madre...-Igual que tu madre.
-No lo sabía- dije
-Obviamente tu madre te lo ocultó, seguramente porque fue mi padre el qué la denunció por manchar el honor de los agua renunciando a su antiguo matrimonio para casarse con un fueguino- explicó, nuevamente había demostrado saber tanto cómo aparentaba. Más qué yo.-¿Por qué crees que te despreciabamos tanto?
Me encogí de hombros. Eso era injusto y ella lo sabia. El hecho de ser amigas lo comprobaba.
-¿El te enseñó a ser una sanguinari?- pregunté para cambiar de tema
-No, fue mi madre- dijo cortante, el tema no debía ser de su agrado.-¿La tuya lo hizo?
-Sí- respondí desviando la mirada, odiaba tener qué utilizar la sangre control pero mi madre era precavida y había preferido enseñarme a dominarla para evitar qué sufriera algún ataque. Sin embargo, sin práctica, era casi inútil con la técnica.
Ahora que tendríamos clases de control, quizá podria mejorar y lograrlo.

Aunque intentar que no nos matemos entre nosotros será un problema.

-Te gusta la idea de que aprendamos a controlar nuestros poderes de una manera más.... Emmm especial- pregunte, afirme.
-No se me da muy bien la idea. Supongo que sí, aunque dudo mucho que tenga algo más que aprender.
Nos dirigimos a esa clase precisamente, por lo que me habia parecido oportuno sacar el tema.
-Ojala a los chicos le agrade. Es dificil ver que puede hacer el otro sin tanto secretismo y todo eso.
-A mi en particular me gustaba mas antes. No digo que habernos juntado es una mierda, pero ser juzgada por ustedes y por todos me es un poco incordioso. Me gustaria estar en mi clases particulares de cada uno, en un ambiente controlado. Sin que nadie sepa de lo que soy capaz.
Sonrei, yo lo sabia muy bien. Como dinamica habia mucho para aprender, como una maquina habia que evitar los desperfectos por el bien de uno y los que tenías al lado. Al final no aprendias a controlar nada y todo quedaba inconcluso.
-Almenos eres agua pura y no dinamica -bromee para relajar esa tensión que se habia formado en ella y me pregunte de que seria capaz
- Supongo que sí- tajo y llegamos a la clase. -Ya lo veras por tu propios ojos y diras.
Con la sangre control ya me habia bastado, no estaba ansiosa por aprender más. Por un momento, no senti miedo, pero quiza un poco de ansiedad. Talia era toda imponencia y ese caracter demonizante. Sabia que quiza no era tanta palabra vacia si ella habia sido hija de dos sanguinari.

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