El cielo era gris y oscuro. Celia miraba como poco a poco se alejaba de su pequeño pueblo y a su lado su hermana hablaba con su madre sobre que cosas irían a visitar cuando estuvieran allí.
-Celia.
-Dime, Mery.
-¿Vas a venir conmigo a ver el Big Ben?
-Y porque no vas con mamá.
-Me ha dicho que no puede, ya sabes, cosas de trabajo.
-Celia, por favor acompaña a tu hermana. Os daré dinero si queréis montar en la noria.
-Vaaaaaaaleeee...
-¡Bien!
Cuando el avión aterrizó, las tres se bajaron y cogieron un taxi hacia su nueva casa. Durante el viaje Celia había visto sitios hermosos para visitar, tiendas de ropa a las que ir con sus nuevas amigas, museos en los que disfrutaría del arte nuevo y antiguo, y muchas más cosas que serían algunas de las que iría a visitar.
-New York es una bonita ciudad, espero que la disfrutéis-. Dijo el taxista.
-Eso haremos, ¿eh chicas?
-Si.
El taxista las llevó hasta una bonita calle y dijo:
-Han llegado a su destino.
La madre de Celia le dio el dinero del viaje y todas salieron del coche.
Al final de la calle había una casa de dos pisos, era roja y tenía unas grandes ventanas que dejaban pasar la luz del mediodía.
-Es esta. Seguro que os gusta, me han dicho que hay un escondite secreto.
Celia y su hermana se miraron y siguieron a su madre.
Se pararon en la puerta de la casa donde una señora les esperaba.
-Hola, usted debe de ser Carol la dueña.
-Exacto, tomar las llaves que os enseño la casa.
La señora Carol abrió la puerta y nos dejó pasar cogiendo sus maletas.
Cuando entraron había un gran salón con la chimenea encendida y tres sofás en círculo alrededor de una mesa rectangular.
-Este es el salón, la televisión está estropeada pero pronto vendrán a arreglarla.
-Perfecto.
Celia volvió a mirar a su hermana y ambas se dijeron con la mirada que estarían aburridas sin tele.
Al otro lado de la casa había otra puerta. Carol la abrió y allí estaba la cocina que olía a café recién hecho.
-Bueno, la cocina es aquí. ¿Os apetece un café?
-No gracias, mis hijas y yo preferimos seguir viendo la casa.
-Estupendo.
Entre las dos puertas había una gran escalera y detrás de la escalera una puerta recién pintada.
-Bueno la parte de arriba son las habitaciones y un baño. Y está puerta da al jardín, si hace bueno podéis sacar la piscina hinchable del armario del baño y jugar en ella.
La madre de Celia les sonrió y ellas le devolvieron la mirada.
-Yo ya me marcho. Espero que os guste esta bonita cuidad.
Las tres se despidieron y se sentaron el los sofás.
-Bueno chicas, yo me voy ya, hoy tengo una reunión y tengo que irme. Dejar vuestras maletas en las habitaciones, volveré por la noche.
Su madre les dió un beso en la mejilla a las dos y se fue hacia la calle. Las niñas cerraron la puerta y subieron las maletas.
A Celia le había tocado la habitación del final del pasillo y a Mery la de al lado.
-Mery, ¿vienes al jardín?
-Vale.
Bajaron las escaleras y fueron al jardín. Se sentaron en la fresca hierba y empezaron a hablar.
-Celia, ¿te gusta la casa?
-Bueno... Es bonita, pero me acuerdo de nuestra antigua casa y no se...
-Ya. Encima con el nuevo trabajo mami va a estar más ocupada y no creo que yo haga amigos en el cole...
-Mery, claro que vas a hacer amigos. Lo mío es más difícil, en el instituto no creo que nadie quiera hablar con la nueva.
-Bueno, yo si lo haría-. Dijo Mery y le dedicó una sonrisa.
-Oye, me voy para dentro.
Celia se levantó y se fue al salón. Allí cogió su móvil y miró sus últimos mensajes. Uno de ellos era el de su amiga Mónica que decía que la echaba de menos. Y otro era de un chico de su clase que se llamaba Brend. La conversación era así :
-Hola, me enteré de que te habías mudado a New York hace poco. Espero que te lo pases bien, yo estuve allí un tiempo y lo pasé genial. Te echo de menos 💕💋- Gracias intentaré pasármelo bien. Yo también te echo de menos 💞
Celia se puso roja. ¿El chico más guapo de la clase le había dicho te echo de menos? No, no, eso era imposible. No dudó en llamar a Mónica y en cuánto lo hizo alguien llamó a la puerta y Celia tuvo que colgar el teléfono.
Miró por el agujero de la puerta y vio a dos hombres vestidos con un mono azul.
-¿Si?
-Hola, venimos a reparar la televisión.
Celia abrió lentamente y le indicó el salón. Los dos se pusieron manos a la obra y en poco tiempo arreglaron la televisión.
-Ya está. El reparo ya está pagado, ya nos vamos.
En cuanto se fueron, Celia alegre de ya tener la tele, fue a avisar a su hermana.
Cuando salió al jardín no había nadie.
-¿Mery?
Nadie respondió.
-¡¿Mery?!
Tampoco hubo respuesta. Entró otra vez en la casa y no vio nada, subió arriba y tampoco había nadie. Celia se empezaba a poner de los nervios cuando...BUENO AQUÍ ACABA EL TERCER CAPÍTULO. ¿Estáis intrigados? Pues esperar al cuarto capítuloooo. 😊❤️
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La muerte de mi hermana
Mystery / ThrillerCelia es una niña como cualquier otra. Un día se levanta y en la parada de bus alguien la mira todo el rato. Días después algo terrible ocurre, y para saber más sobre lo ocurrido investiga y descubre muchas cosas.