CAPÍTULO 5💙 Problemas

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Celia salió de debajo de la cama y buscó la llave de oro, pero ya no estaba. En ese momento alguien abrió la puerta, pero a Celia no le dio tiempo para esconderse. El corazón le latía fuerte y alguien la llamó. Era la voz de Diego. Corrió hacia él y le abrazó muy fuerte.
-¡Celia! ¡Vámonos ya!
Salieron de la casa y corrieron hasta el final de la calle.
-¿Cómo has entrado?
-Le robé las llaves sin que me viera.
-Pues en verdad eres un buen ladrón.
-Jaja, ¡no!
-¿Qué vamos a hacer con las llaves?
-Se las meteré en el bolsillo al portero de la entrada.
-Vale. Te espero en la puerta de mi casa.
-Vale.
Celia llegó a casa cansada y como no había nadie, estuvo viendo una película.
En ese momento oyó a alguien cerca del armario. Cuando lo movió y entró en la habitación había mucha sangre. Fue hacia el espejo y lo movió para ir a la biblioteca. En la biblioteca su hermana estaba tirada en el suelo con una pierna roja. Celia corrió y la cogió de la mano. Se acercó al corazón y vio que todavía palpitaba.
-¡Mery! ¡Mery!
Celia salió de allí con Mery en brazos y llamó a emergencias. Luego la dejó en el sofá y le curó la herida. Llamó a su madre 5 veces, pero no respondió.
-Mery, despierta, por favor.
La ambulancia llegó rápidamente y se llevaron a Mery. Celia la acompañaba y no paraba de llamar a su madre.
Tiempo después, ya en el hospital, su madre la llamó preocupada.
-¿Celia? ¿Qué pasa?
-¡Mamá! ¡Mery está en el hospital!
-¿¡QUÉ?! CELIA, ¿QUÉ HA PASADO?
-No lo sé, cuando llegué a casa estaba tirada en el suelo sangrando, y no se despierta.
-¿Estás con ella?
-Si, y sigue dormida.
-Vale, quédate ahí, voy ahora mismo.
-Vale.
Mientras Celia esperaba, otra persona la llamó.
-¿Quién es?
-¿Celia?
-¿Diego?
-¡Celia! ¿Dónde estás? Te estoy esperando y frente a tu casa hay muchas ambulancias y furgonetas de policías.
-Si, lo sé. Estoy en el hospital, encontré a mi hermana herida en el suelo de mi casa.
-¿Estás bien?
-Yo si, mi hermana no lo sé.
-Bueno, suerte.
-Gracias.
Después de la llamada su madre entró en la habitación del hospital y abrazó a Celia.
-Los médicos vendrán ahora, mamá.
-Lo sé hija, vienen conmigo, y me han dicho que es lo que está pasando.
En ese momento los médicos entraron y dijeron que saliéramos de la habitación. Nos cerraron la puerta en la cara y nos sentamos frente a la puerta.
-Mamá, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
-Cariño, a tu hermana le han disparado.
-¿¡QUÉ!?
-Está tarde, dejé a tu hermana sola en casa. Los médicos me han dicho que alguien debió entrar en casa y dispararle. Le dispararon en la pierna, pero ha perdido mucha sangre y tardará en recuperarse. También tendrán que sacarle la bala y operarla. La policía me contó que se ve claramente, como intentaron abrir la puerta. Solo hay un problema.
-¿Cuál?
-Bueno, la gente está segura de has sido tú.
-¿YO? Pero si yo ni siquiera estaba en casa, cuando llegué ya estaba así, y yo tengo llaves, no necesitaría intentar abrir la puerta.
-Lo sé, tu jamás harías algo así, pero eres la única persona que estaba ahí hace poco. ¿Dónde estuviste?
-Mmm... Nada dando un paseo con Diego.
-Ah. Bueno, vamos a esperar a que acaben y entramos.
-Si.
El tiempo pasaba y la puerta seguía cerrada. En ese momento alguien llamó a Celia.
-Mamá, tengo que cojerlo. Vuelvo ahora.
-Vale, no tardes.
Celia recorrió los pasillos del hospital hasta salir afuera.
-¿Diego?
-Hola. ¿Qué tal? ¿Ya vino tu madre?
-Si.
-Ah bueno, es que si no, iría contigo para acompañarte.
-Ah, gracias de todos modos.
-Nada, adiós.
-¡Espera!
-¿Qué?
-Necesito que me prometas, que lo que pasó en la casa de Josh sea un secreto.
-¿Porqué?
-Mañana te lo cuento, pero prométemelo.
-Vale. Te lo prometo.
-Gracias, adiós.
-Adiós.
Celia se apartó el teléfono, y entró en el hospital. Cuando llegó, su madre no estaba enfrente de la puerta. Celia llamó a la puerta y los médicos le abrieron.
-¡Hija! ¡Mery ya está bien!
Celia corrió y abrazó a su hermana.
-Ce-Celia, con cuidado.
-Perdona, te echaba de menos.
Los médicos se acercaron a Mery y dijeron:
-María, ¿te acuerdas de algo?
-Mmm... Sí, mi madre se fue de casa y yo estuve, bueno, escondida...
Al decir eso, miró a Celia y Celia supo que hablaba del escondite.
-¿Dónde te escondite? ¿Y porqué?
Mery volvió a mirar a Celia y cuando iba a decir algo Celia la interrumpió.
-Perdone, doctor. ¿Eso no es trabajo de la policía?
El doctor asintió y salió de la habitación.
-Te pondrás bien, y saldremos de este horroroso hospital- dijo su madre acariciando la cabeza de Mery.
-¿Esta será mi última noche?
-Si, mañana nos vamos. Hoy dormiré contigo aquí en el hospital. Pero el problema es que solo hay una cama más, Celia, ¿te importaría dormir sola en casa?
-No, no me importa.
Su madre le besó la frente y se despidió de ella.
Celia salió de la habitación y cruzó el hospital. Cuando salió, estaba lloviendo y el hospital estaba muy lejos de casa. Ella ni tenía paraguas ni coche, o dinero para un taxi.
Llamó a Diego.
La lluvia le calaba los zapatos y pequeñas gotas resbalaban por sus rojizas pecas. Hoy no era de sus mejores días pero aún así, sonreía, como si todo fuera a mejorar. Pero no era así.
-¡Sube!
Celia subió al coche y se acurrucó en el asiento.
-Muchas gracias. No se que haría sin ti.
Diego se sonrojó y su madre arrancó el coche. La dejaron en la puerta de casa y Celia entró para calentarse la cena. Mientras la cena estaba en el microondas, cogió el móvil y vio un mensaje de su hermana. Que decía :

La muerte de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora