☆capítulo 49☆

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SE BUSCAN

Un cosquilleo sobre mi nuca hizo que me devolviera entre las sábanas, somnoliento.

Voltee, restregando mis ojos con fatiga, un par de parpadeos después descubrí la razón, YoonGi se encontraba sonriente acariciando mi cabello, con la cabeza apoyada sobre su brazo.

Una alargada sonrisa junto a un rubor rojizo tomo posición sobre mi rostro, recordando la noche anterior.

Suavemente Suga depósito besos en mi mejilla y mentón hasta llegar a la boca. Abrace su cuerpo, sintiendo la felicidad emanar de mis poros a un nivel descomunal.

Iba a acomodarme pero un dolor punzante en mi espalda baja, y zonas que no hacen falta mencionar, comenzó a establecerse.

Se sentía como una incomodidad constante, ante esto una mueca arribó mi rostro, el mayor se preocupó.

-¿estás bien?- indagó, sentándose en la cama, recién me daba cuenta que estaba bañado y cambiado. -¿quieres que busque una pastilla para el dolor?-

-no te preocupes, estoy bien, ya pasará- respondí, tirando de su camisa para hacerlo inclinarse sobre mi cuerpo, brindando repetidos besos sobre su boca -no me arrepiento de nada-

YoonGi rió, pero desgraciadamente el hermoso momento fue interrumpido por el toque de la puerta.

Gruñi irritado, haciendo un pequeño berrinche mientras que mi novio se paraba entre carcajadas reprimidas, abriendo la puerta.

Desde el cuarto no pude ver ni escuchar nada, así que me dispuse a pararme entre pequeños gemidos lastimeros, para ponerme los boxers de anoche y una camisa.

En cuanto tome una muda de ropa limpia de la mochila, la puerta se cerró y Min llegó al cuarto de nuevo.

-¿quién era?- cuestione, caminando en dirección al baño.

-Jason- dijo - en una hora uno de los dos tenemos que salir a la cuidad para buscar gasolina- dejé la ropa en el piso, mirándome al espejo, definitivamente necesitaba un corte de cabello -y también nos trajo esto-

Volteé hacia la puerta, viendo como Suga tenia entre sus paños lo que parecía ser mucha tela, me extrañé.

-son sabanas limpias- respondió, riendo,  sentí como mi cara se tornaba roja a más no poder, ¿realmente nos habían escuchado?.

¿Y ahora cómo mierda los miraré a la cara?

Una carcajada resonó en la cabaña, mi cara debía ser realmente ridícula como para que el pálido se riera así.

-¡deja de reírte!- exclamé, lanzándole una botella de Shampoo vacía, que hizo que continuara.

Cerré la puerta en su cara, dejando sus risas al otro lado de ésta, gruñi sonrojado mientras abría la ducha para tapar en sonido.

Me metí a bañarme una vez que termine de retirar la ropa de mi cuerpo, dejando que el sudor de la noche anterior se dispersara.

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Salí del baño, secando mi cabello con una toalla, el cual ahora estaba más corto dado que me lo corté con una navaja en la ducha.

Por suerte no había quedado tan mal.

Me sorprendí al no ver a nadie en el cuarto, la cama ya estaba tendida y había una bolsa sobre ésta, junto a una nota.

ℍ𝕒𝕤𝕥𝕒 𝔼𝕝 𝔽𝕚𝕟𝕒𝕝 ||𝕐𝕠𝕠𝕟𝕄𝕚𝕟||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora