2

46 1 0
                                    

" Darielis "


Conté en número de veces en que Belisa cambió de estación de radio del automóvil y fue algo que fácilmente me puso un poco nerviosa, su inquietud me hizo sentir incómoda por el silencio que había entre nosotras. Miré la pantalla de mi celular y era casi medio día, no llevaba absolutamente nada en el estómago y me comenzaba a sentir mareada. 

- ¿ Demian está en casa? - finalmente pregunté, tratando de distraer el mareo 

- no cariño, el se ha adelantado junto con tus hermanos y tu padre - me causó un poco de gracia la manera ilusa en la que pensaba que Agatha fuese mi hermana, y aún más, la manera en cómo Belisa me ha llamado 

- ¿exactamente a dónde iremos? - 

- oh, tu padre me ha pedido que no te lo dijera - fruncí el ceño y detuvo el auto abruptamente cuando el semáforo se puso en rojo - el dijo que sería una sorpresa y yo confío en que te gustará - me sonrió ampliamente

es linda

- ¿podré ir a cambiarme la ropa? - recordé que aún llevaba la ropa para el ballet y no había podido cambiarme por las prisas, ella me miró un poco sorprendida 

- cierto - arrancó el auto y con más velocidad se dirigió hacia nuestro destino - iremos a casa y te cambiarás rápido de ¿acuerdo? - asentí y esperé a llegar a casa, no quise hablar más. 




En cuanto llegamos a la casa, rápidamente entré y me dirigí a la cocina, busqué en le refrigerador cualquier cosa, bebí de un envase de leche de fresa y lo vacié en segundos y esque no fuera a quedar mucho producto en aquel envase, tomé dos panecillos de la panera y me metí uno a la boca mientras subía rápidamente las escaleras. 

El elegir que prendas usar para ese día fue un desastre, puesto a que no iba a obtener ninguna respuesta de a qué lugar iríamos finalmente opté por tomar unas bermudas beige ajustadas, una blusa de tirantes color negra, un suéter blanco y unos tenis del mismo color. Antes de salir de mi habitación recogí mi cabello ondulado en una coleta y bajé rápidamente las escaleras para salir de la casa, ya que Belisa me esperaba en el automóvil. 





Al llegar a nuestro destino, me alivié al ver el gran campo y el lago, el día era caluroso y desde donde nos encontrábamos observé que había bastante gente disfrutando del fin de semana y fe la localización. En cuanto bajamos del automovil nos dirigimos a los nuestros quienes estaban sentados en el pasto varios metros alejados de la gente. 

Mi padre se nos acercó con una gran sonrisa y nos recibió con un gran abrazo. él irradiaba felicidad.

- Que alivio que ya están aquí, Mateo ya estaba preguntando por su madre y poco después comenzó a desesperarse - miré al pequeño que estaba sentado justo enfrente de  Demian jugando en su mundo imaginario, sonreí al ver aquella escena tierna - Nena,  ¿Cómo te fue en la prueba de hoy? - mi sonrisa desapareció rápidamente 

- eh, yo - miré el suelo y suspiré - creo que todo salió bien - mentí, ni siquiera sabía yo misma si todo había resultado bien, mi padre sonrió sin mostrar los dientes y me abrazó, sostuvo mi rostro entre sus manos y me dio un tierno beso en la frente

-todo saldrá bien, yo sé que eres la mejor en ballet - sonreí y aunque sabía que eso no era verdad me sentí felíz porque él tuviera fé en mí 

DarielisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora