Capítulo 3

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A la mañana siguiente Yami se despertó sintiendo un aliento cálido en su mejilla, al abrir los ojos se topó con unos café claro mirándolo fijamente, al levantarse se dio cuenta de que era un pastor alemán negro, llevaba puesto un collar rojo con una placa con el nombre de "Anubis" y atado al collar tenía un moño de regalo y una nota que decía: ¡Feliz Cumpleaños! De parte del abuelo, mamá y papá.

Al levantar la vista vio a su hermano también sentado en su cama, tenía una gatita negra acurrucada junto a él y sostenía una tarjeta de cumpleaños entre las manos, cuando Yugi por fin levantó la vista para mirar a su gemelo tenía los ojos anegados en lágrimas pero brillaban de felicidad.

-¡Feliz Cumpleaños! -dijo Yugi alegremente -te hice un regalo -se levantó y se acercó al mueble de la televisión, abrió uno de los cajones y sacó un paquete envuelto en papel rojo con detalles dorados, se lo entregó a su hermano mientras acariciaba al perro -espero que te guste, me costo un poco de trabajo conseguirlo -explicó sentándose en la cama -ah, casi lo olvidó, yo también te hice uno -dijo Yami rebuscando debajo de la cama y entregándole un paquete de similar tamaño al suyo pero el papel era de colores.

Abrieron sus regalos al mismo tiempo, el regalo de Yami era un libro titulado "El Misterio de las Pirámides y la Esfinge" y el de Yugi era una foto de ellos dos con sus padres y su abuelo -¿Recuerdas está foto? -preguntó Yami mirando a su gemelo -claro que sí -respondió Yugi -fue cuando cumplimos siete años -su hermano asintió -bueno bajemos a desayunar que me estoy muriendo de hambre -dijo Yugi -sí yo también coincidió Yami. Se vistieron y bajaron a la cocina, su abuelo ya se encontraba allí -¡Feliz Cumpleaños! -los felicito mientras les servía su desayuno -¿Les gustaron sus regalos? -preguntó -claro que sí -respondieron ambos -¿Van a querer una fiesta o sólo un pastel? -los dos hermanos se miraron un momento -sólo un pastel -respondieron -la fiesta la podemos dejar para cuando todos regresen -el anciano sonrió -me parece muy bien -aprobó su abuelo -¿A quienes van a querer invitar? -los gemelos se quedaron en silencio un minuto -a Seto, Mokuva, Duke, Marik, su hermana y Serenity -dijeron -muy bien, llamen los para invitarlos y yo iré preparando todo -dijo su abuelo, y dicho esto los chicos salieron al pasillo donde estaba el teléfono, cinco minutos después todos sus amigos estaban invitados a la fiesta.

A las tres de la tarde ya todos estaban ahí, habían sacado dos mesas y nueve sillas al jardín pues hacia mucho calor dentro de la casa.

A la hora de partir el pastel el cielo se había vuelto rojo anaranjado. Ya había oscurecido por completo pero la fiesta no término hasta pasadas las once de la noche.

Cuando todos se fueron los hermanos y su abuelo tardaron media hora en recoger todo y volver a meter las sillas y las mesas, eran pasadas de las doce cuando todos subieron a acostarse -nos divertimos después de todo ¿no? -comentó Yami ahogando un bostezo -ajá -asintió Yugi sonriendo -creo que podremos divertirnos este verano después de todo -ambos se miraron -sí podemos pues aún tenemos a nuestros otros amigos -dijo Yami, su hermano asintió y ambos se quedaron dormidos.

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