Capítulo 7

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Al abrir los ojos de nuevo se vio rodeado por sus amigos, se incorporó mirando los a todos, tenían una expresión de preocupación en sus rostros y él supuso que lo habían oído llorar antes de quedarse dormido -¿Qué sucedió? ¿Qué te dijeron? -preguntaron, pero Yami supuso que ya lo sabían pues lo habían escuchado todo y sólo querían confirmarlo, así que sólo respondió -mí abuelo acaba de morir -como lo supuso nadie se sorprendió -será mejor que nos vayamos ya -dijo Joey poniéndose en pie -¿A qué te refieres Joey? -preguntó su amigo sin entender -pues que tenemos que volver para que puedas estar con tú familia -respondió Joey -ya está todo listo -aclaró al ver la cara del chico, así que todos volvieron a la casa y subieron a la camioneta, hasta ese momento Yami decidió contarles a todos su sueño -por eso estuviste tan nervioso toda la mañana -dijo Tea -porque presentias  que tu abuelo iba a morir -concluyó ella -eso parece coincidió su amigo -porque desde que supe que estaba en el hospital no podía dejar de pensar en eso y no entendía el porque.

A mitad de camino Yami le habló a su hermano para decirle que venían de regreso y que estaría allí en media hora cuanto mucho, al llegar a casa Yugi ya lo estaba esperando y lo abrazo con fuerza llorando, el chico se quedó inmóvil sin saber que hacer o decir pues se sentía vacío por dentro, su gemelo se apartó de él al sentir su duda y lo miro a los ojos, había un oscuro vacío en ellos. Al entrar en la casa Yami se dio cuenta de que no había nadie más aparte de ellos dos, esperaba ver a sus padres, así que se volvió hacia su hermano quien seguía en la puerta inmóvil y preguntó con voz inexpresiva -¿Dónde están mamá y papá? -su gemelo lo miro y respondió con voz débil -están preparando todo para el funeral de mañana -él asintió y corrió escaleras arriba cerrado la puerta tras de sí, Yugi se sentó en los escalones de la entrada llorando.

Yami dejó su mochila en el suelo junto a su cama y deambuló por la habitación intentando no llorar, tenía la mente en blanco, no podía pensar en nada, se sentía completamente desconsolado, se llevó una mano al pecho y apretó con fuerza un pequeño cartucho de plata donde tenía grabado su nombre en geroglificos que colgaba de su cuello, su abuelo se lo había dado al cumplir trece años, al recordar lo sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas nuevamente, al notarlo se dio por vencido y se derrumbó en la cama llorando sin dejar de sujetar con fuerza su collar. A los pocos minutos escuchó que subían las escaleras, que abrían y cerraban la puerta, supuso que sería su hermano, Yugi entró en la habitación con su gatita en brazos y miro a su gemelo que yacía en la cama llorando, quiso consolar lo pero se contuvo, sabía que él era muy unido al abuelo y qué lo que más le dolía era no haber podido despedirse de él, dejó a Bastet en su cama y se sentó, Anubis se echó junto a la cama de su dueño, de vez en cuando levantaba la cabeza para mirarlo, el chico se acercó a su gemelo y le puso una mano en el hombro, al notarlo Yami se sacudió la mano de su hermano de su hombro, Yugi retrocedió y volvió a salir de la habitación.

Acostado en su cama el muchacho recordó el día que sus padres los trajeron con su abuelo, ellos tenían cinco años, sus padres viajaban mucho y no podían cuidarlos, así que su abuelo se ofreció a cuidar de ellos, pero vivía al otro lado de la ciudad, así que sus padres decidieron que ellos vivirían con él, al llegar a la casa los niños se sorprendieron por el tamaño, era enorme (al menos para ellos) y corrieron a abrazar a su abuelo, ya les habían explicado que se quedarían allí por algún tiempo y Yami les prometió a sus padres que cuidaria de Yugi y que siempre estaría a su lado. Al recordar lo se sintió aún peor pues había roto su promesa por que no había estado al lado de su gemelo ni de su familia cuando ellos más lo necesitaban, eso lo hirió todavía más y se sintió decepcionado de sí mismo -rompí mí promesa, como puedo perdonar me por eso, mis padres confiaron en mí para cuidar a Yugi y les fallé a todos: a mí hermano, a mis padres hasta a mí abuelo -al pensar en eso el chico recordó una promesa que le había hecho a su abuelo unos años atrás -si alguna vez te enfermas de gravedad yo te cuidare hasta que mejores -al recordar aquello se sintió terriblemente culpable pues la última promesa que le había hecho a su abuelo no la cumplió, pero sabía que su abuelo lo amaba profundamente y jamás lo culparía de nada, ambos tenían un vínculo muy especial, desde que ambos eran pequeños su abuelo lo fue todo para ellos, pues realmente no conocían bien a sus padres pues antes de mudarse con él, los gemelos casi nunca veían a sus padres y una niñera los cuidaba, por eso él había prometido cuidar a su hermano, lloraba pero no sabía bien el por qué pues su mente era un caos, lloró hasta quedarse dormido.

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