Capítulo 11

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Cuando se despertó a la mañana siguiente el chico se sintió libre y aliviado, se levantó y miro por la ventana, era una mañana clara y brillante, miro a su hermano que dormía tranquilo y se sintió muy feliz de que pudieran estar juntos.

Más tarde ambos caminaban hacia la escuela, Yami se sentía mucho mejor, al llegar a la escuela todos sus amigos se sintieron de verlo y de verlo feliz, a la hora del descanso todos hablaban y reían tal y como solían hacerlo, al regresar a casa los hermanos decidieron dar una vuelta por el parque, al llegar a casa se sorprendieron al ver a su madre en la cocina preparando la comida, pues esperaban encontrar la casa vacía, la saludaron y subieron a su habitación, Yami no sabía si decirle a Yugi lo que había pasado la noche anterior, pues ni él mismo estaba seguro de que aquello hubiese sido real, su gemelo lo veía un poco extraño, pero decidió no decirle nada pues acababa de superar algo muy fuerte, un rato después ambos estaban terminado su tarea cuando su madre los llamó para comer, bajaron y se sentaron a la mesa, el chico seguía cavilando sobre si contarle o no a su hermano lo sucedido, terminaron de comer y subieron a cambiarse de ropa para salir con sus amigos, al llegar al parque se sentaron debajo de un gran árbol en lo que esperaban a que los demás llegaran -Yugi... -comenzó su gemelo algo nervioso y buscando las palabras apropiadas -¿Sí, qué pasa? -preguntó Yugi mirando a su hermano que lucia muy nervioso -No... No es nada -dijo el chico recargandose en el tronco y cerrado los ojos, su gemelo le pasó un brazo por detrás de los hombros y se recargo a su lado, Yami se relajó al sentir a su hermano junto a él -todo estará bien mientras estemos juntos -pensó, permanecía quieto y en silencio escuchando todo a su alrededor, los pájaros, el viento entre los árboles, la gente, los animales y a su gemelo quien descansaba a su lado, pero para su sorpresa de lo que más era conciente era de su propia respiración, lenta y acompasada, y el latido de su corazón, se sentía totalmente en paz consigo mismo.

Sus amigos llegaron unos minutos más tarde, el chico decidió contarles todo lo que había pasado desde que lo habían dejado en casa hacía tres días, todos escuchaban atentamente, Yugi también contaba su parte de la historia, cuando terminaron todos miraban a Yami con una mezcla de tristeza y felicidad.

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