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A prueba

Capítulo 2

Dublín, Irlanda

— Buenos días Pieck. ¿Qué tenemos para hoy?

La mujer de cabello negro recorrió lo más rápido que pudo el tramo que Zeke iba andando con su apaciguada caminata. Al ser más alto y grande que ella le era muy difícil seguirle todo lo que avanzaba con paciencia.

— Las oficinas de Strauss se forzaron en cero desniveles, la asociación pide una reunión ahora que su estabilización ha progresado. Tu agenda de hoy es a partir de una reunión de las dos de la tarde. Tu itinerario arreglado en orden alfabético es este— Pieck le entregó unas hojas y pararon antes de llegar a la oficina de el Presidente de Marley’s. Pieck suspira fatigada — Tienes mucho trabajo hoy Jefe.

Zeke admira el esfuerzo de sus secretarios. Aun en su apariencia puede ver la mala noche que pasó por su acumulación de trabajo. Sobrecarga a ella y al pobre Porko en tareas casi imposibles. No puede negar que han hecho un gran trabajo, son sus amigos de mucho tiempo, no sabe que haría sin ellos.

Zeke cierra cansado sus ojos y los vuelve a abrir con fulgor sobre su nuevo día.

— Gracias Pieck. Dile a Porko que me traiga un café cuando vuelva.

Pieck lo miró con seriedad y se arriesga a decirle lo que tanto les falta para aminorar el trabajo. Al tener más confianza por los años que se conocen, puede tener ciertas libertades.

— Zeke necesitas otro asistente.

— Lo sé — le contesta con aburrimiento — pero sabes que me tomo mi tiempo para ver un adecuado.

— Adecuado. Mph — escusas por el comportamiento (a veces caprichoso) de su amigo — ¿Por qué no le pides a Yelenna que sea… tu asistente?

Y la seriedad en la cara de Zeke se hizo a conocer por aquel comentario.

— No le pediré a Yelenna que sea mi asistente. — contestó hastiado.

Pieck bufó, no le presionará. Conocía el comportamiento de su jefe y sabía que entre más arto menos la escucharía, así que lo dejará por la paz.

— Está bien, en un rato te mandaré lo correos de los inversionistas. Me retiro.

— Hasta luego Pieck – se despidió de ella y entró a su oficina con prisa.

Cuestiones de adentros y personales, ningún otro problema con Jaeger. Convivir con ella lejos la mayor parte del día era lo más cómodo para él. Sabe lo competente que es, pero no se siente dispuesto para tenerla tan cerca como en el trabajo. Y más ahora que sabe lo que siente por él…

Llamar a su mejor amiga era un raudo dilema en él que no estaba preparado para trabajar. Menos para quien le presiona sus cuestiones personales.

Sacudió su cabeza con energía y decidió no seguir pensando en ello. Acatará su día laboral como pertinentemente necesita, no quiere estar enfrascado en nada conjeturado a algo que ya sucedió.

Debía terminar antes de su hora de almorzar, no se sentía a gusto trabajando en desperdicio de tiempo.
Y así siguió metiéndose en su oficina el resto del día.

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Se estiró en su asiento al acabar el reporte. El tiempo que corría en las calientes instalaciones del embarque se sentía rápido y sobrecargado por el calor que salía de los grandes almacenes de guarda. Terminó con eficiencia y en tiempo récord todo lo pedido en su primer día a “prueba”. Claro, por no decir que es su primer día de trabajo.