EL ESPÍRITU DEL ZORRO

OSCURO

Levi miraba angustiado el camino hacia el bosque, sentía una fuerte presión en su pecho. Quería correr hacia esa dirección, buscar a Eren.

Entró a la casa, vio a Kenny divertirse.

Fruncio el ceño, dudaba mucho que le podría suceder algo malo a Kenny dentro de la casa.

-¡Kenny!-Gritó.

-¿Qué pasa, muchacho?-lo miró.

-El bosque se esta incendiando-soltó directo, antes que su tío le respondiera, siguió hablando-Iré a ayudar. No podemos dejar que el bosque se queme por completo-

-Eso es trabajo de los bomberos, Levi. No debes preocuparte tanto, son simples animales y algunos árboles, en algunos años ya estará todo listo-sonrió.

-¡No!-gritó molesto-¡No puedes hablar de eso como si no fuera nada!¡Maldita sea!-

-¡¿Haaa?!-Lo miró frunciendo el ceño-¡Te recuerdo que tu fuiste el causante de esta mierda!-apuntó su brazo-¡Ahora no tengo nada aquí por tu culpa!-

-¡Tu estabas cazando con tus amigos!¡Ellos te abandonarón!¡Tuve que asesinar a un oso por la culpa tuya!-caminó hacia la puerta.

-¡Levi!¡¿A donde crees que vas?!-gritaba lleno de ira.

-Al bosque...-salió de la casa, ignoraba los gritos de su tío.

Comenzó a correr con dirección al bosque, sentía como su corazón latía fuerte.

Tenía miedo por Eren.

Mientras más se acercaba al bosque, más humo oscuro había, se detuvo un momento para cubrir sus vías respiratorias.

Vio varios camiones de bomberos, pero a ningun bombero cerca.

Se acercó a un camión, vio un casco, sin pensar mucho lo tomó y se lo puso.

Entró al bosque.

Escuchaba gruñidos, chillidos, gritos. Su piel se erizó por todo lo que sucedía, no podía ver nada y aún así sentía un gran dolor.

-¡Eren!-Gritaba el nombre del espíritu del zorro-¡Eren!¡¿Dónde estas?!-corría rápido, trataba de no caer. Apenas se podía ver el suelo por el intenso humo.

-¡Aaahg!¡Mnhaaa!-Gritaba y chillaba el castaño, su cuerpo se estaba volviendo oscuro-¡Aaaaahhh!-gritó fuerte.

Su cooa estaba erizada, sus orejas bien paradas, su cuerpo temblaba.

"¡Esto no puede estar pasando!¡No puede!", comenzó a llorar por los dolores.

-¡Eren!-se esuchó un fuerte grito.

"¿Qué?¿Levi?", dejó de llorar y alzó la mirada.

Vio a traves del humo, la silueta de una persona.

Sabía muy bien de quien era.

Frunció sus labios y agachó la cabeza, estaba muy triste.  No quería que Levi saliera lastimado.

-¡Eren!-el grito era más cerca-¡Eren!-

"¡Vete!¡Largo!¡Alejate del bosque!¡Estas en grave peligro!", sus garras comenzaron a crecer.

-¡No me iré a ninguna parte!¡Prometí ayudarte y eso voy a hacer!-

"¡Vete!¡No quiero que resultes lastimado!".

-Eso no pasará-Se acercó caminando al debilitado cuerpo de Eren.

"¡Levi!", lo miró sorprendido "¡Vete!".

-No me iré-se agachó-Estaré contigo, Eren-iba a tocarlo, pero Eren se alejó-¿Eren?-

"Los demonios del bosque estan despertando, la maldad de la humanidad los esta alimentando".

-¿Qué?-Se fijó en el cuerpo de Eren-¿Q-qué es lo que sucede...?-

"Esto suele suceder cada cierto tiempo, los demonios del bosque provocan a los humanos. Tu especie son muy débiles de mente", agachaba la cabeza "Al realizar tal maldad, asesinar a animales inocentes, asesinar a la flora... Le dan más fuerza a esos demonios", se sentó y sus orejas se bajaron "¿Ya viste mi cuerpo? Se esta oscureciendo, trato de absorber toda la maldad... Pero es mucho, no podré soportar tanto".

-¿Eh?¿A que te refieres...?-

"Es algo muy poderoso, muy fuerte. Trato de absorberlo, pero es mucho. Estoy débil, me costará bastante recuperarme".

-Yo te ayudaré, Eren. Haré lo que sea necesario para ayudarte-se acercaba de a poco.

"No puedes hacerlo, eres un humano. Eres débil...", alzó la mirada.

-¡No!-Lo tomó de los hombros y lo abrazó-¡Yo voy a ayudarte, Eren!¡Tu dijiste que era un ser humano increíble y voy a demostrarte que en verdad lo soy!-

"Levi...", cerró sus ojos.

-Quiero ayudarte...-

"Esta bien", suspiró y correspondió el abrazó "Ayu..."

-¿Eren?-sentía como Eren temblaba.

-¡AAAAAHHG!¡NHGAAAA!-Gritó por el dolor.

Eren empujó a Levi, el azabache chocó contra un árbol.

Levi vio como el cuerpo de Eren se volvía completamente oscuro, pero un cegador resplandor lo hizo apartar la mirada.

Unos segundos después miró.

Sus ojos se abrieron ampliamente.

Ahora habían dos Eren.

El Eren normal que conocía y el otro, un Eren oscuro.

Su piel, cabello eran negros, pero su gran cola, orejas y ojos tenían un intenso color ámbar.

Era el demonio del bosque.