Habían pasado tres años en los cuales el contacto con sus seres queridos era nulo, Emiliano se había asegurado de eso, lo único que la llenaba de felicidades era su hija, era hermosa muy parecida a su padre, pero ni siquiera podía compartir su felicidad con nadie más.
Había aceptado la propuesta de Emiliano, solo para proteger a su hija de esa mujer, sabía perfectamente que iba a ser difícil, pero nunca imaginó cuanto.
Tiempos atrás...
Sus amigos estaban en problemas y la única que podía ayudarlos era ella, nadie más que sus amigos sabían de ella, un plan se creó en su cabeza y se puso manos a la obra.
Durante días había comenzado a seguir a Emiliano, pero justo esa mañana estaba pensado cómo podría ella acercarse a él sin parecer sospechoso y justo en ese momento algo captó su atención y una sonrisa se dibujó en su rostro.
Una pareja discutía agresivamente, la mujer era quien por si decirlo estaba cometiendo agresión al género y el hombre miraba sus ojos como un ser sin alma, ¿Qué era todo aquello? El hombre pasó sus manos por el cabello despeinándose.
— Ya deja a esa gente en paz, ¿No te cansas?.—Dijo con molestia...
—Entiende algo Emiliano, tú estás solo para complacerme y hacer lo que te pida si no te vas olvidando de mí.— Su altanería dejo sin palabras a Emiliano y también a Beatriz quien escuchaba atentamente.
—Te equivocas, ya yo no juego ningún papel en esa historia. Estás loca, hiciste que cometiera un crimen y ahora otra persona está pagando por eso, debería sentirte satisfecha, ya conseguiste lo que querías que no estuvieran juntos. Mira Génesis no me siento orgulloso de lo que pasó, pero si dejo que sigas con esto es porque no quiero ir a parar a la cárcel por una estupidez tuya, siempre te dije que no quería tener hijos y te quedaste embarazada solamente para tratar de engañar al idiota ese, ¿Cómo crees que me siento? Me utilizaste.— Agarrándola fuerte por el brazo.
—No, no me basta porque seguro el imbécil de Mauricio ya lo saco la cárcel o la otra abogaducha.—Emiliano puso los ojos en blanco.
—Estás loca, ¿No estás escuchando lo que te digo?.—dijo con desesperación.
—Pueda que esté loca, pero ¿sabes qué? Tú eres peor que yo, mataste a tu propio hijo, solo basto que te provocará para que perdieras el control y me golpearas brutalmente, porque yo soy la que te lleva al límite en todo, en la cama cuando se trata de placer, en tus actos cuando se trata de locuras, saco el máximo de tu furia por mí, tú has hecho lo inimaginable solo por complacerme, mírate justo ahora estás qué explotas ¿Cómo logras dormir sabiendo qué le quitaste la oportunidad de vida a un ser inocente?.— Dice de manera burlona, esa cara de maldad hizo qué a Beatriz le hirviera la sangre y vio el dolor en él, ¿Por qué se dejaba manejar así? ¿Podía una persona manipular a otra a tal nivel?.
Miro como ella se acercaba a él y lo besaba con rudeza, dejándolo allí estático para luego salir contoneando sus caderas, dejando atrás a un hombre perturbado y roto. Beatriz experimentó una sensación extraña, sintió la necesidad de abrazarlo y poder decir que todo estaba bien, aunque ella no debía olvidar que esa persona había cometido un crimen y que una persona inocente estaba pagando por él.
Vio como se acercó a la barra y ella también lo hizo, la casualidad no existe cuando una de las personas hace que las cosas parezcan como tal.
— Buenos días, me da un café, por favor.— pidió nada más llegar a la barra para provocarlo.
— ¿Disculpa? No ves que estaba yo primero.— dijo molesto.
— Señorita su café, señor el suyo está por llegar ¿Desean algo más? — Beatriz sonrió provocativamente y la furia explotó en Emiliano.
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No Eres Culpable #05
Literatura FemininaBeatriz Jackson había renunciado a la idea del amor. Su vida, marcada por el sufrimiento, la llevó a sobrevivir junto a su peor verdugo: su propio padre, un hombre capaz de venderla al mejor postor por pura crueldad. Con valentía, Beatriz logró esca...