EXTRA.

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Un día había pasado desde el desastre de mi no-boda

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Un día había pasado desde el desastre de mi no-boda. Toda la familia y mis amigos estaban más o menos tranquilos luego de enterarse del por qué dejé a mi prometida en el altar y apoyaban que lo hiciese.

La prensa finalmente me comenzaba a dejar tranquilo, en otras palabras Matthew bloqueó todo tipo de molestia online de ellos a mi móvil, redes, etc. Pero seguían molestando en la entrada de mi departamento, por eso me quedé en el de Matilda anoche.

Pero nada de lo que pudiesen imaginar sucedieron, es decir, él se fue a trabajar apenas bajó el sol y llegó cuando yo me levanté para ir a la universidad y luego al trabajo, por última vez antes de que las vacaciones de julio iniciaran. Así que prácticamente no nos vimos.

Llegué finamente frente a casa de Matthew luego de ir a hacer unas compras y entré con la llave de repuesto, dejé los refrigerios que compré sobre la mesada y me dirigí a su habitación, donde ama pasar el tiempo.

Lo encontré de pié frente a su ordenador y sorpresivamente estaba Tao con él.

—¿No te habías ido? —comenté llamando la atención de ambos.

Pero eso no era lo más extraño, sino que Matthew estaba semidesnudo y el oriental lo estaba ¿Qué hacía?

Enfoqué mi vida y comprendí que lo estaba ayudando a desinfectar un raspón en su espalda.

—Saludé a mi hermana por su cumpleaños, pero tengo trabajo y no podía quedarme a disfrutar de Corea. —respondió restándole importancia.

—¿Qué te pasó Matt? —cuestioné preocupado.

—Una imbécil me empujó por unas escaleras cuando le entregué los papeles de divorcio de mi clienta, puta mastodonte resentida y su jodida cara de mono. —maldecía mientras el mayor limpiaba la herida.

—Hey, oí sobre tu maratón hasta el aeropuerto —Tao me guiñó un ojo con superioridad—. No esperaba menos del impulsivo Frank Wolff.

—Lo tomaré como un cumplido, gracias. —contesté con normalidad y me acerqué a ellos.

Una leve expresión de dolor en Matthew me hizo inesperadamente tomar el brazo de Tao y detenerlo.

—Oye, estaba haciendo un gesto muy sexy, déjame. —añadió cómico y tenía razón, pero no me causó nada de gracia la situación o que lo viese hacer esa expresión.

—Jódete chino anormal. —Matthew lo codeó y Tao le dió un medio abrazo evitando tocar el raspón y rozando con sus labios el hombro de Matt.

¿Esto siempre fue tan malditamente molesto? ¿Se tocaban tanto?

—Yo lo haré. —informé tomando el botiquín y el rubio elevó una ceja.

—Deja, esta bien así. —minimizó el raspón, pero no le di más opción que aceptar, a lo que Tao levantó las manos y se sentó en un pequeño banquillo junto al ordenador de Matt.

Buenos amigos SPIN-OFF (+18↔GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora