XII. Briggs

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Tras una amplia cadena de sucesos, entre los que se encontraba la confrontación personal entre el Fürher y el coronel Mustang, cuyos subordinados fueron dispersados por todo el país; y la revelación que le hiciera el hijo del líder militar a Riza, Selim Bradley, un niño de seis años que resultó ser en verdad Pride, el primer homúnculo creado por Padre- cosa que la subteniente reveló al coronel mediante un código secreto entre ambos-, Edward, Alphonse y Claudette siguieron el bienintencionado consejo del mayor Alex Louis Armstrong, el cual les sugirió ir a Briggs en busca de ayuda, puesto que allí podrían encontrar a su hermana mayor. Briggs resultó ser un lugar muy frío y hostil, cubierto de nieve y rodeado de escarpadas montañas.

- ¡Qué frío!- se quejó Edward, castañeando los dientes.

- Creo que ahora sí te tengo un poco de envidia, Alphonse- bromeó Claudette, colocándose mejor su abrigo.

- Y pensar que nuestra maestra entrenó durante un mes aquí...- comentó el aludido.

- ¡Nadie podría sobrevivir aquí durante un mes!- negó enfáticamente Edward- Dicen que hay osos gigantes en Briggs...

De repente, ante ellos se perfiló una figura de enorme tamaño. Los chicos se asustaron sobremanera, creyendo que se trataba de un oso; pero resultó ser un militar fornido y casi rapado, con una corta trencita negra, finos bigotes chinos y un gran automail en lugar de su brazo derecho, quien era el capitán Buccaner. Él los condujo hasta un enorme muro: la fortaleza de Briggs, la cual era la frontera entre Amestris y su vecino, Drachma. En la cima de este muro se hallaba una bella mujer de cabello rubio con puntas rizadas, ojos color azul celeste y labios rosados bien definidos, la cual los contemplaba con expresión severa y el ceño fruncido.

- ¿Quiénes son?- cuestionó de un modo autoritario, apoyando sus manos en una espada que parecía un bastón de mando.

- Así que ella es la General Olivier Mira Armstrong- confirmó Claudette con sus compañeros.

- En efecto- le afirmó Buccaner, quien la había escuchado.

- Parece genial- comentó Claudette, mirándola atentamente.

- ¡Yo soy el alquimista de acero, Edward Elric!- exclamó el chico- ¡General Armstrong, vinimos a buscarla por consejo del mayor Alex Louis Armstrong!

- Regístrenlos- ordenó Olivier sin miramientos.

- ¡No somos sospechosos!- protestó Edward, mientras los tres mantenían las manos en alto.

Tras encontrar la carta de recomendación que el mayor Armstrong les había dado para su hermana, los militares la llevaron a su superior, quien la miró durante un momento.

- Es verdad que es de Alex- afirmó, para luego romperla en pedazos.

- ¿¡No va a leerla!?- cuestionó Edward, sorprendido por esta acción.

- No me interesan los criterios de los otros- dijo Olivier- Yo me formo mi propia opinión sobre la gente.

Al final, los hicieron pasar al interior de la fortaleza, en donde Olivier los interrogó y les exigió que le contaran todo lo que sabía, cosa que se vieron obligados a hacer. Mientras, un militar de piel morena, cabello blanco y que llevaba gafas oscuras no dejaba de observar con curiosidad a Claudette.

- Eres ishvalana, ¿cierto?- le preguntó a la primera oportunidad que tuvo.

- Sí. Usted también, ¿verdad?- replicó Claudette, dirigiéndole una amable sonrisa.

- Eres muy observadora. Soy el mayor Miles- se presentó, sacándose las gafas para mostrar sus ojos rojos.

- ¡Esos ojos!- exclamó Edward asombrado- ¡Un ishvalano!

"Ese mundo que nunca he visto" [Fullmetal Alchemist Brotherhood Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora