I. Razas distintas

1.2K 87 26
                                    

🎶"Algún día,
a pesar de mis pequeños pasos,
podré alcanzar el otro lado de las nubes."🎶

La melodía le hizo bailar, en tanto acomodaba los bultos con provisiones en la parte trasera del camión. Secándose el sudor, la joven de largos cabellos blancos y ojos rojos como el fuego cerró las compuertas y entró en la cabina, para luego apagar la radio y anudarse el cabello, sobre el cual colocó un gorro de paño gris que cumplía perfectamente la función de esconderlo. Se puso las gafas oscuras para tapar sus ojos refulgentes cual dos rubíes y se aplicó a conducir. Dos horas después, ya había llegado a un asentamiento humano repleto de casas de campaña, de las cuales salieron personas con sus mismas características físicas: tez morena, ojos rojizos y cabellos blancos. Estos se asomaron al escuchar el ruido del camión y se les iluminaron los rostros al ver a la recién llegada.

- ¡Hola a todos!- saludó ella con la más radiante de las sonrisas, para luego tirar las gafas y el gorro a un lado y recogerse el cabello en dos coletas, lo cual le dio un aspecto aún más infantil a su ya de por sí angelical rostro.

Estaba feliz. Aquel era uno de los pocos lugares donde podía ser ella misma. Después de descargar las provisiones, la chica entró en una de las tiendas para repartirles juguetes a los niños.

- ¡Gracias, one-chan, eres genial!- exclamó con entusiasmo uno de los infantes, quien armaba un tren eléctrico con ayuda de otros dos.

Ella les sonrió con dulzura, pero su sonrisa se borró de un plumazo cuando escuchó unos ruidos provenientes del exterior de la tienda.

- ¿Qué pasa?- preguntó con el ceño fruncido.

- Deben ser unos militares amestrianos que vienen de vez en cuando a controlar el campamento- dijo uno de los niños con una expresión de miedo.

De repente, la entrada de la tienda fue abierta con brusquedad y aparecieron por ella tres militares rubios y de ojos claros. La muchacha se irguió y alzó la barbilla en un gesto defensivo, pues la vez anterior en que estuvo allí, el mayor de esos militares le había gritado a viva voz propuestas nada decorosas, entre otras obscenidades.

- ¡Sabía que estarías aquí!- exclamó el tipo, señalándola- ¿Ven lo que les dije, muchachos?

- Mmmh... Eres muy bonita para ser ishvalana- dijo otro con una sonrisa lúbrica, acercándose a ella, quien retrocedió lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos con desafío.

- Ni que lo digas. Es un auténtico bombón- apoyó el más joven de ellos con una risotada.

Los tres miraron de forma notoriamente insana a la joven y se relamieron los labios, cosa que la hizo sonrojar, a pesar de que su inocencia no le permitía estar segura de sus intenciones. Los ojos de los hombres, desbordantes de lujuria, se perdían en la esbeltez de aquel menudo, pero bien formado cuerpo y esa tersa piel de un rico color canela, todo resaltado por la sencillez de su vestido verde olivo de bordes blancos y mangas cortas que caía hasta sus rodillas, dejando al descubierto unas bien torneadas piernas apenas disimuladas por los negros botines de charol. El militar que se le había acercado la tomó con rudeza por la muñeca, con tal fuerza que le dejó una marca rojiza. Ella trató de zafarse, pero solo logró se lastimó un poco.

- ¡Déjeme en paz!- ordenó la joven.

- ¡Suéltela!- exigió uno de los niños, jalando el brazo del militar; pero solo consiguió que este lo mandara al suelo de una brusca patada.

El niño gimió de dolor, y la jovencita se indignó grandemente al ver esta acción. Apretó los puños y le sostuvo la mirada a aquel tipo con entereza.

"Ese mundo que nunca he visto" [Fullmetal Alchemist Brotherhood Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora