Are Rumors.

Capitulo cincuenta y ocho.

El tiempo no avanzaba, y eso la estaba desesperando.

--¿Dónde mierda estás? --Preguntó con un claro tono de enojo en su voz y ojos.

Quería irse rápido pero no podía hasta asegurarse de que las cosas salieran como ella quería.

--Perdona la demora --Fue lo primero que dijo aquella persona que tanto estuvo esperando Alya con ansias.

--A la próxima avisa cuando vayas a tardar tanto --Le regañó con fastidio, sin embargo, suspiró buscando calmarse-- ¿Qué sabes de ellos?

--Bueno mi querida Alya --Comenzó con una sonrisa socarrona, aunque en su interior, no podía evitar odiarla por completo-- Marinette será dada de alta en dos días, y tuvo un hermoso reencuentro con Adriana hace apenas unos minutos.

--Esa miserable --Murmuró enojada.

--Era algo que debiste pensar que ocurriría, ella ya sospechaba algo, además de que no iba a creer tu mentira siempre, y menos cuando alguien le avisó de tu plan.

Alya volteó a ver con seriedad e intriga a aquella persona.

--¿A que te refieres?

Su sonrisa se hizo más grande.

--Oh vamos, ¿No creerás que el hecho de que ella supiera donde estabas, buscara a los chicos y que estuviera preparada con una cámara grabando fuera pura coincidencia?

Entonces ahí Alya comprendió a la perfección. En su mente se repetía el momento en el que ella era filmada por el celular de Adriana, con los amigos de Marinette tras ella. Tenía razón, no pudo ser sólo simple coincidencia, había alguien detrás de todo.

--Por tu cara creo que en verdad creíste que si --Una risa burlona se escapó de sus labios-- veo que si eres más tonta de lo que creí.

--¿Tu quien crees que haya sido?

La otra persona suspiró cansada.

--Por mi desgracia, me encuentro en la misma situación que tu.

No dijo nada. Sólo se limitó a asentir y suspirar.

--Quiero que investigues y me digas en concreto quien fue. Es obvio que fue alguien involucrado del plan.

--Eso es más que seguro, y no te preocupes me ocuparé de ello --Asintió con diversión-- No veremos pronto Alya.

--Concuerdo.

Y ambos tomaron caminos diferentes, haciendo parecerlos sólo un par de conocidos.

Alya debía planear su venganza contra aquella persona que la traicionó, y debía hacerlo pronto.