-¿A que no sabes quién me acaba de invitar un café?-Decía el mensaje de Sofía cuando agarre el teléfono al despertar.
-¿Quién?-Le pregunte
-¡Daniel! Seguramente quiere pedirme ayuda contigo, ya que lo rechazaste cruelmente.
El mensaje me quitó el sueño que me quedaba, me senté en la cama y le marque a Sofía.
-¿Que te dijo exactamente?- Pregunté.
-Me dijo que quería hablar sobre su amigo David pero estoy segura que es un pretexto.
-Es muy buena onda pero creo que está confundiendo las cosas, y si por ese motivo quiere que le den estudio en la religión está equivocado, creo que lo mejor será no continuar con eso.
-Eres muy mala, el tipo es lindo y muy agradable, al menos iré a ver que quiere.-Dijo Sofía.
-Si te dice algo de mí, aclárale que no puede esperar nada.
-Si si amargada. Bueno hasta aquí mi reporte, continuaremos con la nota más adelante. -Dijo Sofía.
Me la pase increíble con Daniel, es muy gracioso pero si ya de por sí estoy en un dilema personal con el tema de Christian no podía permitirme además entrar en lo mismo con Daniel.
Bajé a hacerme desayuno y cuando me disponía a comer, Gabriel bajaba las escaleras.
-¿Y mis papas?- Pregunto tallándose un ojo con la mano.
-Salieron a predicar, ¿qué paso ayer, por que traes un ojo morado?
-Un tipo me insulto y me defendí.-Dijo Gabriel sin mirarme y abriendo el refrigerador.-Por dios Gabriel, no puedes estar agarrándote a golpes con el primero que te diga cosas.
-Si si.- Dijo mientras le daba un mordisco a una manzana y salía de la casa.
-¿A dónde vas?- Pregunté preocupada.
No respondió.
Me dispuse a limpiar la casa y a terminar mi tarea, al día siguiente predicaría así que ese día decidí dedicarlo a mis responsabilidades. Estaba muy concentrada pero todo eso se derrumbó con un solo mensaje:
-"Te puedo ver hoy?- Christian"
Todo en mi me decía que no debía aceptar pero no pude resistirme a aceptar, me encontré con Christian dos horas después en el cine.
-¡Wow!, te ves hermosa.- Dijo Christian mirándome de los pies a la cabeza, no pude evitar ruborizarme
-Gracias. Tú también te ves muy bien. ¿Cuál película veremos?-Pregunté.
-La del conjuro, escuche que se prohibió en algunos países por que las personas se infartaban en las salas.- Dijo Christian.
-No estoy segura, esas películas no son de mi agrado.- Dije
-Vamos, si te asustas, yo te abrazo.-Dijo Christian con una sonrisa.
-Está bien.-Dije correspondiendo la sonrisa.
Ese tipo de películas no eran muy bien vistas que digamos en mi religión y aunque no podía dejar de sentir culpa, la sola idea de que Christian me abrazara me emocionaba y me hacía sentir feliz y nerviosa a la vez. Pasados 20 minutos de la película me sobresalte en una escena de suspenso donde una sombra aparecía de repente y las bocinas de la sala de cine retumbaron en mis oídos, en ese momento Christian me tomo de la mano y nuestros dedos se entrelazaron, sentí que la mano me sudaba de los nervios, cuando voltee a verlo él también lo hacía y sus ojos miraban a mis labios, no pude evitar hacer lo mismo y en ese momento se acercó y me besó, mi corazón latió tan rápido que pensé que me infartaría. Después de unos 5 segundos que duro el beso que yo sentí como si hubieran sido semanas se apartó, sonrió y giro la cabeza hacia la película, no pude evitar sonreír y hacer lo mismo.
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¡Por amor de dios!
Ficção AdolescenteDaniel es un chico de 24 años recién graduado de la universidad que disfruta su estilo de vida viviendo sin preocupaciones, pasando el rato con sus amigos y jugando in-line hockey hasta que conoce a Emma y por primera vez siente lo que es el amor y...