Capítulo 2 (Emma)

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Me desocupe algo tarde de la reunión ese día y había quedado con Sofía para acompañarla a una academia de baile a la que quería entrar y después tenía partido de futbol así que corrí a mi casa y eche el uniforme, taquetes, espinilleras y también unas mallas y playera holgada para la clase de baile y salí a toda prisa rumbo a la academia.

Sofia es mi mejor amiga fuera de la religión y la conozco desde la secundaria, es una chica alta y delgada con una complexión que siempre me recuerda a las modelos de revista y bien podría serlo por su hermoso rostro con pómulos altos y esa amplia sonrisa. Siempre se mostró orgullosa de su cabello pelirrojo. 

Cuando llegué Sofía estaba hablando con un par de chicas, ni si quiera se para que me pidió ir, ella es muy sociable y no se le dificulta hacer amigos.

-Pensé que pondrías una de tus típicas excusas por no venir- Dijo Sofía cuando llegué.

-Perdón, la reunión duró más de lo que pensé. -Dije expresando un gesto de disculpa.

-No te preocupes, aún no comienza la clase. Por allá están los vestidores. -Dijo señalando un pequeño pasillo al fondo del salón.

El pasillo conducía a dos puertas, una era el baño y otra el vestidor, el cual era una pequeña habitación de unos 4 metros cuadrados con un espejo en una de las paredes. Me cambie rápido y aproveché para recogerme un poco el cabello. Después salí y fui al baño a lavarme un poco la cara y limpiarme el sudor que traía por las prisas, aún estaba un poco colorada por la carrera que di para llegar a tiempo. Cuando salí de nuevo al salón vi que todas estaban sentadas en el suelo formando un círculo y en medio había dos chicos, me dirigí hacia donde estaba sentada Sofía.

-¿Que está pasando, quienes son ellos?- Le pregunte a Sofía

-Un par de galanes que aparentemente aman el baile. -Dijo Sofía en tono irónico.

-Obviamente se quieren colar para ver si consiguen algo con alguna de aquí- Dijo una de las chicas con las que hablaba Sofía cuando llegue.

Ambos chicos eran altos, bueno en comparación con mi 1.60, ellos debían medir entre 1.75 y 1.80, el rubio era un par de centímetros más alto que el moreno. El rubio tenía una complexión un poco más robusta y musculosa, llevaba un short gris, una camisa manga corta color azul marino y tenía barba mientras que el moreno tenía una complexión un poco más delgada, más bien atlética, llevaba joggers color negro, una playera de resaque holgada color gris con la que se veía parte del costado de su abdomen, no era precisamente guapo pero tenía una linda sonrisa, tenía el cabello largo y alborotado un poco esponjado.

-Lindos brazos- Dijo Sofía refiriéndose al moreno.

-Prefiero las nalgas del rubio.-Comentó otra muchacha al lado de Sofía mientras las dos reían.

Comenzaron bailando salsa, el rubio tomo el rol de dirigir, todas reímos cuando vimos eso, el rubio se movía bastante bien mientras que el muchacho moreno intentaba seguirle el paso. Después pasaron a bailar break, más concretamente la coreografía de White chicks. En ese caso los dos se la sabían muy bien, me sorprendió el mortal hacia atrás del muchacho moreno que ya se notaba más confiado. Al final hicieron un intento de reguetón en donde el moreno incluso le dio unas nalgadas al rubio mientras este se inclinaba y movía el trasero. Todas estaban eufóricas entre risas y diversión, el aliento se me fue de tanto que reí. Cuando la música termino los chicos hicieron una reverencia y agradecieron por nuestra presencia.

La maestra aceptó que los chicos tomarán la clase y nos pidió que tomáramos posiciones para comenzar. Nunca había tomado clases pero a Sofía y a mí siempre nos había gustado bailar y la verdad me consideraba buena en ello. El chico moreno se puso al lado mío y me saludó despidiendo un olor a cebolla pero no quise incomodarlo al decirle así que solo le correspondí el saludo, a primera vista me pareció un muchacho agradable aunque algo distraído.

Después ya no dijo nada y se concentró en la coreografía. Cuando la clase termino fui con Sofía para apresurarla a marcharnos, sabía que si no lo hacía se quedaría platicando horas.

-¿Y bien, que te pareció la clase?- Me preguntó Sofía mientras nos cambiábamos en el vestidor.

-Estuvo muy divertida pero sabes que no tengo tiempo para asistir.

-Bueno por lo menos lo intente, desde que salimos de la prepa te veo menos y pensé que si veníamos juntas a esto nos veríamos más seguido.

-Sabes que nunca dejaré de hablarte, somos mejores amigas desde la primaria y si, tal vez nos vemos menos por todas nuestras actividades pero seguiremos en contacto siempre. Por lo menos para un café y ponernos al día.

-Más te vale- Me amenazo sonriendo.

-Por lo pronto por qué no vienes a verme a mí partido y de ahí te pago el café.

-No me gusta el futbol pero no puedo rechazar un café gratis.

Cuando salimos del vestidor los chicos ya no estaban.

-Al parecer era cierto que solo venían a bailar.- Dije

-O tal vez ya consiguieron lo que querían.- Dijo Sofía.

Después del partido el cual ganamos, Sofía y yo fuimos por el café que le había prometido.

-Ahora sí, cuéntame. ¿Cómo vas con el súper capitán?- Me preguntó Sofía con una sonrisa pícara y gesto de complicidad

-Todo igual, no pasará de ser un crush. Incluso aunque él me hiciera caso sabes que mi familia no lo aprobaría.- Le dije con una expresión de lastima.

-Esas reglas de ustedes me siguen confundiendo y me ponen de malas. Dijo Sofía.

-No son reglas- Dije sonriendo- Son sugerencias para que tengamos una mejor convivencia y relaciones serias.

-Pues no las entiendo. —Dijo Sofía mientras le daba un sorbo a su café helado

Me reí y cambie de tema, platicamos de muchos temas, la universidad, su vida amorosa, películas, libros, etc. Después me dejo en mi casa y quedamos de salir otro día.

-¿Cómo te fue en el juego de hoy?- Preguntó mi papá apenas entré a la casa.

-Excelente, no metí gol pero hice 2 asistencias.

-¡Qué bien!

-¿Y qué tal esa clase de baile son Sofía, te pudo convencer? – Escuché la voz de mi mamá que venía de la cocina.

-Estuvo muy bien pero entre la las reuniones, predicar, la escuela y el futbol apenas tengo tiempo. Le dije a mi mamá mientras me dirigía a la cocina a ayudarle.

-Pues sabes que te apoyamos pero al decir verdad me alegro que no descuides lo verdaderamente importante.- Dijo mi mama mientras picaba unas zanahorias.

-Sabes que puedes estar tranquila.-Le dije mientras la abrazaba y le daba un beso en la mejilla.


¡Por amor de dios!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora